Había un océano encerrado en sus ojos. Un mar infinito que ocultaba su universo.
Yo, por mi parte, no podía ver más allá de donde el agua cae. Porque a veces, cuando los días era malos días, la marea subía. Y todo era borroso.
A veces, cuando la marea sube, todo es borroso.
Había un universo de bajo de sus pestañas. Un universo que merecía ser explorado.
¿Se dilataban sus pupilas cuando me veía? Solían hacerlo.
Ahora está seco, pero solía ver el océano entero sólo dentro de sus ojos.
YOU ARE READING
Poesía Nocturna
Poetry«Una mirada dice más que mil palabras» Sus ojos me escudriñáron. Y logré leer su mirada. Descepción, tristeza, indiferencia, inseguridad, asco, deshonra... He visto mucho en una sola mirada. Y aquí están, ahora en poemas. El resultado de un segundo...