Capítulo 22

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Seth me está llevando en brazos por el hospital hacia la salida, puesto que ya he recibido el alta. Lo normal sería ir en la silla de ruedas que nos han dejado en el hospital y que él la empujara, pero parece ser que la silla no es digna de llevarme, porque la gruñó como si fuese lo peor del mundo, y he acabado en sus brazos, con mi lindo zorrito escondido en la mochila que llevo sobre mi estómago.

—¡Señor! No es aconsejable llevar a la señorita Haynes así. —Exclama una enfermera al ver a Seth llevándome al estilo princesa. El lobo simplemente gruñe en voz baja, y mira mal a la pobre enfermera cuando intenta acercarse a mí. —Necesita reposo absoluto, así está incómoda.

—No está incómoda. Su lugar es en mis brazos, señora. —Dice Seth y sigue el camino hacia las puertas, y luego hacia el coche de su madre. Antes de dirigirse a mí, es como si su voz borde desapareciese y me hablase con dulzura. —Cariño, te vas a quedar conmigo mientras mi madre arregla lo de tus papeles. No puedes quedarte sola en una casa con sólo dieciséis años.

Asiento y me acomodo en el asiento trasero, Seth se apresura a subirse por el otro lado, y rápidamente estoy sobre tu regazo. El lobo agarra mi mochila y deja salir al pequeño zorro, que bosteza, y se coloca sobre mí.

—¿De verdad voy a vivir con vosotros? —Murmuro un poco avergonzada. —No quiero molestar.

Seth vuelve a gruñir, y muerde suavemente mi cuello, luego deja un beso sobre la herida que, en vez de ser hecha para hacer daño, es para jugar. Según tengo entendido, a los lobos les gustan jugar con su comida.

—Camila, cielo, no es problema, además, el juez ha dejado claro que puedes quedarte con nosotros por ser tus vecinos mientras todo se arregla. Por suerte, tenemos conexiones con el sheriff Swan. —Dice Sue, y yo sonrío, sabiendo perfectamente que es ella la que tiene esas "conexiones" con el sheriff. Según sé, llevan saliendo unas semanadas. —No te preocupes por nada.

—Gracias, señora Clearwater. —Murmuro con una sonrisa, y Seth rápidamente gime contra mi mejilla demandando mi atención solo para él. Suspiro y me giro para dejar un beso en sus labios. Lleva actuando así desde que me desperté hace unos días. Si ve que hablo con alguien más, actúa como un cachorro y exige mi atención. Aunque el único momento en el que Seth me ha dado un poco de miedo, fue a las horas de despertar, antes de exigir que cambiasen a mi médico.

Flashback

Cierro los ojos con una sonrisa mientras Seth está tumbado conmigo en la camilla, tiene su cabeza apoyada sobre mi estómago, y está lo más relajado posible desde que he despertado, pero creo que ha sido porque la habitación se ha vaciado y estamos solos. Pero de un momento a otro, Seth levanta la cabeza como un resorte y huele el aire antes de gruñir.

—¿Seth? —Pregunto con un poco de miedo, no estoy preparada para más problemas, la verdad. Ahora solo quiero descansar, y hacerle el duelo que se merece a mi madre.

—Vampiro. —Susurra Seth como respuesta, Se coloca entre la camilla y la puerta, y se inclina, en posición de ataque. —Fuera.

—Soy el Doctor Cullen, vengo a ver como se encuentra la paciente. —Oigo una voz desde detrás de la puerta, y Seth se tensa aún más si es posible.

—No. —Dice Seth con una voz más grave, como si su lobo hablase con él. —Mi impronta está herida, no pienso permitir que un vampiro entre en la habitación donde ella descansa. —No hay respuesta audible para mí, pero tras unos momentos, Seth se tranquiliza y vuelve a tumbarse en la misma posición en la cual estaba antes. —Viene un médico nuevo.

Fin flashback

Seth está actuando demasiado salvaje, con su lobo a flor de piel, como si cualquier cosa me fuese a atacar, y según Sam, no pasará hasta que yo esté totalmente a salvo y recuperada.

Seth vuelve a cargarme al llegar a su casa, y me tumba en su cama con todo el cariño del mundo, deja un beso en mi frente, y luego coloca al zorro sobre mí. —Ahora vuelvo, voy a por algo de comer que sepa a comida de verdad.

Sonrío y asiento, quedándome sola por primera vez desde que desperté en el hospital. Me levanto con cuidado, y aunque tengo las piernas un tanto temblorosas por no usarlas en tanto tiempo, consigo llegar a la ventana y ver a lo lejos mi casa. La observo con un poco de añoranza, pensando en mi madre hasta que me percato de algo.

Hay alguien en mi habitación, mirándome fijamente.

NUNCA ANTES  |SETH CLEARWATER|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant