Capítulo 17

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Acaricio con suavidad al zorrito que dormita sobre mi estómago, mirando el techo y buscando alguna forma en él. No es que tenga más cosas que hacer, pues estoy encerrada en la casa de Sam Uley hasta nuevo aviso, pues los lobos han pensado que es lo mejor para protegerme, sin pensar, al parecer, que los lobos no saben pelear contra una fae, porque incluso yo conseguí ganarlos sin tener ni idea de qué estaba haciendo, no quiero ni imaginarme lo que pasará contra mi abuela, una fae con años y años de experiencia.

Hace dos días que no salgo de aquí, y no sé que ocurrirá con Seth, no lo veo desde que me dejó aquí, pues ha tenido vigilancias dobles, e incluso triples para encontrar a mi abuela y hacer lo que sea que tenga que hacer para que yo no resulte herida. Cosa que me parece estúpida, yo sé que puedo ayudar, sé que mi poder puede servir de algo, pero los machos machorros no quieren ni escucharme proponer un plan para atrapar a mi abuela.

—¿Frustrada, bella flor? —Pregunta una voz en el cuarto, y levanto la vista de golpe, buscando a la horrible persona a la cual le pertenece esa voz. Sentándome de golpe, veo en una esquina como una niebla negra que va tomando la forma de mi abuela, que tiene una pose chulesca. —Oh, niña hermosa, ¿vas a dejar que esos lobos cabezotas mueran por ti? Si te entregas, no les mataré, es más, dejaré ir a tu madre, ya sabes mi hija traidora. —Dice mi abuela antes de lanzarme un beso y desaparecer en el aire. El zorro grita asustado antes de salir corriendo.

Persigo al zorro por el pasillo y cuando salta por la venta abierta de la cocina, abro los ojos sorprendida y abro la puerta de la casa antes de ver la cola roja desapareciendo por los arbustos del bosque. Ruedo los ojos de forma exasperada y salgo corriendo detrás de mi zorro, y cuando lo encuentro, está escondido en un agujero de un enorme tronco.

—Hey, lindo zorrito, no temas, no te va a pasar nada. —Digo con la voz suave, intentando que mi zorrito deje de lloriquear hecho una pequeña bola con su hocico escondido en la cola, sigo arrullándolo hasta que deja de llorar y levanta sus ojitos, huele el aire y grita feliz de reconocerme. Salta a mis brazos, y me levanto del suelo polvoriento.

—¡Camila! —Exclama Seth abrochándose los pantalones antes de correr hacia mí, viéndose terriblemente preocupado. —¿Qué haces aquí tu sola?

—Mi zorrito se había asustado antes de salir corriendo. —Digo, no sé si contarle lo que ha pasado en el cuarto. Seth suspira y me abraza, aplastando un poco al zorro entre nosotros antes de besar mi frente, coloca su brazo en mi cintura, y hace que camine hacia la casa Uley de nuevo.

Al llegar, me fijo en las enormes ojeras de mi lobo, y en como se mueve un poco torpe, lo ayudo a subir a la habitación de invitados donde he estado estos días, y hago que se tumbe en la cama, pues parece destrozado. El zorro salta y se tumba a su lado, pegado a su costado y buscando su calor.

Fijándome en cómo ha aceptado a mi zorro sin cuestionar nada, y en como me protege hasta llegar a la extenuación me hace fijarme en algo, en algo importante.

Estoy enamorada de Seth y yo también soy capaz de cualquier cosa para protegerlo.

NUNCA ANTES  |SETH CLEARWATER|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora