Tic-Tac

Capitulo 3

Camino en la noche negra por una calle oscura que no conozco, no hay luces ni casas a los lados o quizás no las veo, simplemente camino para llegar al final, aunque no se ve un final cercano. Hace un poco de frío y estoy algo desabrigada para estar fuera, desearía haber traído mi abrigo y zapatos. Miré a un lado cuando oí un ruido, pero no alcanzaba a ver qué era, un luz se encedió haciéndome sobresaltar. luego otra se encedió y así una a una, volví mi mirada hacia adelante. Ahora podía ver todo con claridad, el camino estaba iluminado. Oí aquel sonido otra vez a mi derecha, giré e intenté observar qué era, pero no alcanzaba a verlo, caminé hacía allí pero era un campo enorme jamás vería lo que hacía ese sonido, aunque probablemente sea un conejo. Caminé hacia atrás para retomar mi viaje, pero me detuve nuevamente al pisar algo extraño, se sentía como abultado, suave y frío, muy frío. Mi corazón comenzó a latir más fuerte, miré hacía mis pies para ver que había debajo. -Aaaah!!!.- Grité asustada, al ver a aquella chica que yacía muerta en suelo, dirigí mi vista hacia el resto de la calle con la respiración acelerada, pude ver muchísimos cuerpos en el suelo que yacían muertos, todas mujeres. No sé cómo, pero sabía que habían sido asesinadas. Decidí seguir mi camino para escapar de allí, pero no podía caminar rápido y mirara dónde mirara había cuerpos fríos y duros. Levanté mi vista hacia delante para seguir mi camino y salir finalmente de allí, pero me detuve aún más asustada viendo como un hombre vestido de negro se acercaba a mí a todo prisa, era como una sombra que se desplazaba sin ningún problema. Comencé llorar y a correr hacia el otro lado, mi corazón latía tan fuerte que parecía que iba a salir disparado de mi pecho, mi respiración estaba tan acelerada que no me alcanzaba el aire, tenía piel de gallina, tenía miedo, corría pero no podía tenía las piernas duras por el frío que hacía y cada vez que mis pies tocaban el suelo congelado parecía que algo me cortaba la planta de mi pie y se extendía por toda mi pierna. Sin embargo, seguí intentando correr, pero la sobra de aquel hombre estaba cerca. En ese momento pise algo, no estoy segura de qué pero me hizo caer. No podía levantarme mi pierna izquierda dolía mucho, entonces pude ver que el hombre se acercó a mí y comenzó a asfixiarme sin piedad, luchaba porque se detenga pero no lo hacía estaba quedándome sin fuerzas para continuar, él sonrió satisfecho pero lo único que veía era su sonrisa y nada más. Seguí luchando y el seguía apretando con las manos en mi cuello.... 

-Mora, Mora, despertate.- Oí la voz de alguien que estaba a mi lado intentando que abra los ojos. -Mora, ¿estás bien?- 

Abrí los ojos y ahí estaba David, intentando despertarme. -Sí.- Contesté. -¿Qué susede?- Dije al mirar mi reloj y darme cuenta que faltaban 5 minutos para que suene.

-Estabas ahogándote y murmurando algo.- Me dijo.

-Sólo fue un mal sueño.- Dije sonriendo. -¿Querés café?- El asintió, también sonriéndo.

Nos sentamos a beber el café con algunas tostadas que había comprado. -¿Estas bien?- Preguntó Dave, a lo que simplemente asentí. -¿Qué soñaste?-

-Nada que ahora mismo importe.- Sonreí.

-¿Tenes miedo?-

-¿Miedo?- 

-Con todo lo que sucede, es algo lógico que lo tengas.-

-No, no te preocupes, estoy bien.- Intenté sonar convincente y creo que lo había logrado. 

Dave sonrió y me besó en los labios. -Yo te voy a cuidar, lo prometo.- Me dijo luego. 

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El lugar donde trabajo, es el lugar más desagradable donde uno puede trabajar. Nadie estaría feliz de ir allí a cumplir con sus obligaciones. Las paredes, que en algún momento supongo que habrán sido blancas, ahora eran de un amarillo horrible junto con hongos asquerosos. El techo estaba destruído, tan así que cuando llovía era casi imposible trabajar porque se llovía todo. Los escritorios eran tan viejos que tenías que apoyar los papeles tan cuidadosamente para que no se rompa y las sillas eran las más incómodas que jamás había probado. Era terrible, pero no había algo mejor, todos allí lo sabíamos.