Tic-Tac

Capitulo 10

Definitivamente tenía que hacer algo con mi ansiedad, se estaba volviendo perjudicial para mi salud. Si no era Sofia, era este e-mail. No podía dormir, nuevamente, quería llamar a Lucas pero eran las dos de la mañana. No podía despertarlo, si no era cuestión de vida o muerte. O quizás podría hacerlo, no era cuestion de vida o muerte pero sí era cuestión de curiosidad, a demás era sábado probablemente este de fiesta y después de todo no era tan tarde, es decir sí, pero tampoco para exagerar.

Estiré mi brazo hasta mi mesa de noche, estaba a oscuras así que intenté tantear con la mano, pero no encontré mi celular. Encendí la luz, pero no estaba a la vista. Me levanté de la cama, lo busqué por toda la casa y no estaba ¿qué había hecho con él? Pensé y pensé pero lo útimo que recordaba era haberlo dejado en la cocina. Me dirigí allí pero no estaba. Quizás Sofía lo había tomado, toqué la puerta de su cuarto pero no respondía, volví a tocar y no tuve exito. Abrí la puerta lentamente y entré con cuidado, parecía vacío, encendí la luz y efectivamente ella no estaba allí. ¿Dónde se había metido? Me había dicho que se iba a dormir, que estaba muy cansada para salir con sus amigos. Y yo le creí como idiota. Mi celular estaba sobre su cama, había abierto mis mensajes con David, ¿para qué? Ella no quería que me entrometiese en su vida, pero qué era lo que quería saber de la mía.

-¿Hola?- Murmuró David.

-¿Te desperté?-

-Sí.- Se oyó que cerró una puerta y continuó hablando. -¿Pasó algo?-

-¿Saliste de tu cuarto?-

-Sí.-

-¿Por qué?- Pregunté extraña. Alguien sale de su cuarto cuando está con alguien en él.

-Tengo sed.- Dijo aún en voz baja. -¿Qué pasa?-

-Mi hermana no está, no sé dónde se metió.-

-Estará con las amigas.- Se oyó ruido de agua y luego continuó. -No te preocupes tanto.-

-Pero... antes...-Suspiré. -Me dijiste que no le creías... que me preocupe más por ella.-

-Pero vos dijiste que le creías.-

Suspiré arrepentida por haberlo llamado. -Bueno, en otro momento hablamos...- Oí algo parecido a una voz pero colgó antes que pueda descifrarlo.

Era la voz de una mujer. Pensé y estaba segura de que lo era.

A la primera pelea, si a eso se le puede llamar pelea, ya se había ido corriendo a buscar a la primera mujer que se le ofrezca, grandisimo idiota.

Me dirigí al sillón que se encontraba en la entrada de casa y me tiré allí. Creo que mis ojos se cerraron cayendo en un profundo sueño. El sonido de la puerta que se abría me despertó sobresaltada, Sofia entraba intentando hacer el menor ruido pero para su desgracia yo estaba allí. -Gracias por avisarme.- Dije de mala gana.

-Perdón.- Contestó mientras cerraba la puerta detrás de ella, tenia los ojos rojos y un poco hinchado. -¿Qué te pasa?- Preguntó al notarme desmejorada.

-Llamé a David y escuché la voz de una mujer.- Lo tenia que contar, tenia que decírselo a alguien y por mas que este enojada con ella, la necesitaba.

-No me gusta David para vos.- La observe confundida, cuando lo conoció dijo que le gustaba... ¿qué había cambiado? -No me gusta, hay algo en él que no me cierra.-

-¿Y qué es eso?-

Suspiró, se sentó a mi lado. Miro a sus manos, luego a mi. -Solamente voy a decirte que no te conviene.- Se levantó y se fue a su cuarto.