Capitulo 6

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Llegué a la clínica lo más rápido que pude, mi madre estaba caminando de acá para allá por el pasillo en donde se encontraba la habitación de mi hermana, a mi padre no lo veía allí. Me acerqué a ella que aún lloraba desesperadamente, murmurando algo que no entendía. Cuando ella me pudo ver me abrazó con fuerza, yo en cambio quedé paralizada, nuestra relación era bastante distante, desde hacía un par de años, decidí que lo correcto sería apoyarle una mano en la espalda. Cuando se separó de mí pude ver que tenía los ojos hincados y rojos de tanto llorar, y que su rostro había envejecido un par de años. Nos observamos un buen rato podía ver que sus ojos suplicaban mi cariño, así que la abracé nuevamente pero esta vez mi abrazo significaba 'todo estará bien.'

Nuestra relación siempre había sido complicada, nunca habíamos tenido una buena relación, ella siempre había sido un poco egoísta y superficial. Mi hermana Sofia,era la que más había sufrido, ella tenía un carácter diferente al mío era mucho más sumisa y siempre hacía lo que decía mi madre. Cuando me fuí de casa me sentí muy apenada por ella porque por lo menos cuando yo vivía allí podía contenerla y protegerla. 

Se preguntaran por mi padre, él es un hombre increíble, pero es adicto al trabajo, casi nunca estaba en casa, por lo menos cuando yo vivía allí. Siempre tenía una nueva anécdota divertida, un chiste para hacernos sonreír o alguna palabra de aliento para cuando estaba desanimada.

-¿Cómo está Sofi?- Pregunté una vez que mi padre se acercó a nosotras. Él tenía una mirada triste y al igual que mi madre parecía que había envejecido un par de años.

Mi madre entre llantos quiso decir algo pero no pudo, así que mi padre contestó. -Una sobredosis de pastillas.- Dijo con la voz entrecortada y temblorosa. Aclaró la voz y continuó. -Pero ahora está estable, pero dormida.-

-¿Puedo pasar a verla?- Él asintió. Entré al cuarto y allí estaba mi hermana, acostada en la cama con aparatos enchufados, se veía tan pequeña, tan débil. Me eché a llorar, me senté en un sillón que estaba al lado de su cama y le tomé la mano, la besé dulcemente y luego la observé un buen rato. Se veía tan parecida a mí, tenía un cabello largo color castaño y su piel blanca. Sus ojos miel se abrieron, me observaron un rato. -Shh, intentá dormir.- Dije acariciando su rostro. 

-¿Dónde estámos?- Preguntó desconcertada. -¿Qué estoy haciéndo acá?- Dijo ahora angustiada. Se sentó en la cama, se mareo, miró desesperadamente a todos lados.

-Tranquila, ¿no recordas nada?-

-No.- Dijo acomodándose en la cama, pero no le creí, no dije nada solamente me quedé observándola. -Bueno, sí.-

-¿Qué recordas?-

-Estaba en casa, en mi cuarto. Había discutido con... con...- Hizo un corto silencio. -Mamá no estaba, papá tampoco, fuí a la cocina agarré el vodka y la caja de pastillas y... bueno.- Dijo ahora entre llantos. -Me siento tan estúpida, tendría que haber muerto.-

-Sh sh, no. No digas eso.- Intenté tranquilizar su llanto ahora incontrolable. -No te sientas estúpida, ni pienses que tendrías que haber muerto.- Ella me dedicó una media sonrisa, acaricie su rostro. -¿Con quién habías discutido?-

-No lo recuerdo.- Mintió.

-Bueno, cuando lo recuerdes me lo podes contar.- Ella asintió, me levanté de donde estaba sentada y le dí un beso en la frente. -Le voy a avisar a papá y a mamá que ya despertaste.- Volvió a asentir.

Salí del cuarto, papá y mamá estaban sentados frente de la habítación. Mi madre aún lloraba en el hombro de papá. Me acerqué a ellos sonriendo. Mamá me observó desconcertada, papá me devolvió la sonrisa. Mamá se levantó y se acercó a mí hecha una furia. -¿Qué sonreís?-

Tic-TacWhere stories live. Discover now