Capítulo 57: Un castillo embrujado

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El grito venia del castillo. Era un sonido espectral, casi no parecía humano, por lo que me hizo ponerme alerta.


«Acabo de salir de un problema, para entrar a otro»


Dude en la dirección en la que íbamos, si el castillo no era seguro tal vez lo eran las ruinas de aquel pueblo.


Pero mi sorpresa fue más grande al ver que parte del suelo se estremecía, en varias locaciones para formar un agujero del cual empezaron a salir algunas partes humanas.


—Kyaaa — gritó Alicia — son... son... ¡zombis!

—¿Zombis?

—¡Si! ¡Corre! — me tomo de la mano y acelero con todas sus fuerzas hacia el castillo.


Ni siquiera pensó en aquel grito que habíamos escuchado minutos antes.


Llegamos e intentamos abrir la puerta la cual era de madera, desgastada, podrida y tenía un color negruzco hecho por la humedad del ambiente, aun así, se deslizo fácilmente y entramos.


Las paredes de piedra estaban repletas de hongos, musgo y un relente que hacia todo más frío. El pasaje era oscuro, solo a lo lejos podíamos ver pequeñas señales de luz proveniente de un artefacto de fuego.


—Vamos hacia allá — dijo Alicia apresurada, mientras cerrábamos la puerta.


Pero casi al llegar a nuestra pequeña zona de descanso la luz se hizo más tenue y se apagó. Intentamos dos veces más la misma acción, pero tuvo el mismo resultado.


«Esto es extraño»


Esta vez le pedí a mi compañera que nos quedáramos a una distancia segura sin llegar al centro de la luz, pero fue en vano; nuevamente las luces se extinguieron al mismo tiempo en el que sonaba un grito nuevamente.


—¡Ayuda! — la voz sonaba angustiada.

—¿Qué será eso? ¿Deberíamos ir a ayudar? — me pregunte en voz baja.

—¿Acaso estás loco? — me grito Alicia — ¿no tienes sentido común?¿Acaso quieres morir? — movía su cabeza en señal de desaprobación.

—Está bien, iremos en sentido contrario a los gritos.


Después de aquellas palabras la exagricultora mostró un semblante más sereno y calmado.


Caminamos hasta una cámara la cual tenía muchas fotografías de gente adinerada, aunque la gran mayoría de ellas estaban roídas y en mal estado, hubo una que no tenía ningún defecto. Tampoco la luz de aquella recamara se debilito.


—Creo que es el Rey Gray — dijo la chica.


En ese instante sentí una mano que tocaba mi espalda; y por instinto y reflejo solté un golpe en esa dirección, movimiento que copio mi compañera.

Game of the Gods: Journey to a fantasy world Anture (Historia en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora