17 "Ya no puedo hablar"

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JACE.

Aquel día desperté con resaca pero no había olvidado nada de lo que sucedió y menos lo de Alan. Me sentía avergonzado por haber actuado de esa forma tan infantil y penosa, por eso tomé la decisión de no hablarle hasta sentir que me encontraba bien conmigo mismo y poder pedirle disculpas por lo ocurrido.  Pensaba ese mismo día ir a visitarlo y pasar el rato con él para arreglar las cosas. Sin embargo, ese mismo día recibí una animada llamada de Luca, diciéndome que Alan le aceptó salir. Me quedé sin respuesta a esa afirmación, pero no pude dejarme descubrir por lo que lo felicité. 

No sé con qué maldito derecho me había enojado con mi hermano por haber sido cobarde y no decirle las cosas a Alan, si al final yo estaba siendo como él. Sacando conclusiones, callando, desesperándome pero al final de cuentas, no hago nada. ¿Qué demonios me faltaba para darme cuenta? Me gustaba Alan y solo sabía fingir que no era así.

Mi karma por callar era que él se fuese con otro y eso ahora estaba pasando. ¿Qué debía hacer?  Quería consejo de algún amigo, pero en el que más confio es el mismo que ahora es mi rival... Que ironía... Mierda, odio todo esto.

Al verme sin salida decidí irme de casa un rato, caminar y despejar mi mente. Paré en un pequeño local y me compré un refresco, pensé en ir al parque donde siempre me sentaba a charlar con Alan, pero en ese momento no era muy buena idea. Después de todo lo mejor era no pensar en él. 

Caminé hacia otro lugar y en el transcurso del camino me encontré con la mejor amiga de Alan, Alyn. Iba muy tranquila con una bolsa del supermercado en la mano. Me vió y sonrió ampliamente, se acercó a mi y me saludó amena.

—¡Jace! ¡Pero que sorpresa! —Entusiasmada no dejó de sonreí— ¿Paseando solo?

—Al parecer sí —murmuré no muy animado— Creo que hoy no es mi día...

—Oh vaya ¿sucedió algo? —Se notó preocupada, su sonrisa enseguida se borró.

—¡Eh! No es nada malo, bueno... Nada de lo que te debas preocupar.

—Oh, vamos. Eres mi amigo, me preocupa si estás mal —Insistió— Si quieres hablarlo, estaré dispuesta a escuchar, pero si deseas solo distraerte, también puedo ayudarte con eso, haré algo de comer a mis hermanos ¿quieres venir?

Su oferta me pareció tentativa. No voy a negar que me daba algo de pena ir a su casa sabiendo que apenas estamos entablando una amistad, pero ella se veía que era de las personas que no aceptaban un no por respuesta.

—Creo que no hay problema...

—¡Bien! ¡Nos vamos! —Me sujetó de la muñeca y me arrastró hasta su casa.

              •  •  •

Al llegar a casa de Alyn me sentí un poco incómodo porque no conocía a nadie en el lugar, los hermanos de la chica eran un poco inquietos, pero no molestaban mucho. Ella me sirvió algo de beber y luego se sentó en la mesa conmigo.

—Bien, puedes contarme ahora —juntó sus manos y en ellas apoyó su barbilla, me miraba mientras esperaba que yo dijera algo.

—Me siento como en un interrogatorio...

—¡Lo siento! A veces me emociono mucho con estos temas —Suspiró una suave risa— Puedes decirme si gustas, sea como sea buscaré la forma de ayudarte.

—Ahora veo por qué Alan confía mucho en ti —mencioné algo desanimado, mencionarlo me ponía de ese modo.

—¿Uh? Yo solo trato de ser una buena amiga...

—Y lo haces bien —Le sonreí amable, ella se quedó algo sorprendida y se sonrojó— Siento que me caíste del cielo, necesitaba hablar con alguien de confianza.

—Bueno, ahora ves que soy un angel mandando de Dios —me guiñó el ojo.

Reí antes de suspirar y ponerme serio otra vez.

—Siento algo por alguien... Pero no sé que hacer... Antes no lo notaba porque estaba confundido y ahora que he aceptado mis sentimientos, quizá lo voy a perder...

Hubo un corto silencio antes de que Alyn respondiera.

—Wow, es un chico —Sonrió con picardía— Imagino quién es el afortunado... Pero hey, aún no está perdido todo... Si de verdad lo quieres para ti, ve y díselo.

Claro, no tuve cuidado con mis palabras y ella ya se había dado cuenta de quién estaba hablando yo.

—No es tan fácil... Justo ahora debe estar en una cita con otra persona...

—Eso no quiere decir que ya lo hayas perdido para siempre Jace... Él debe saber sobre tus sentimientos...

—Pero tengo miedo de que me rechace.

—Es normal, sé lo que se siente y quizá esté siendo hipócrita al decirte que le digas cuando yo estoy en una situación similar y no he podido abrir mi boca —suspiró— Pero tú eres más valiente, no pierdas tu oportunidad por miedo. Recuerda lo que pasó con tu hermano, con Alan... Inténtalo antes de dar todo por hecho.

Ciertamente estaba esperando que alguien me dijera esas palabras, necesitaba aliento para dejar mi cobardía y acercarme a Alan y gritarle lo que sentía por él en la cara. 
Me levanté de la silla asustando a mi acompañante.

—Creo que lo haré...

—Oh, Jace, me alegro que tomes esa decisión.

—Gracias por escucharme Alyn.

—Cuando quieras.

Asentí y me despedí de ella para luego salir corriendo a no sé dónde porque nisiquiera sabía el carajo lugar al que habían ido esos dos.  Caminé un par de calles de lado a lado y no veía a nadie, si ya se había ido para su casa lo mejor era esperarlo ahí.  Me fui en dirección a la casa de Alan, cuando estaba por llegar, lo ví junto a Luca, estaban cerca de su casa pero se habían detenido ahí y parecían hablar.  Muy juntos... Muy contentos.

Mi corazón se sentía presionado. Abrumado y mis animos decayeron.

¿Debía dejar todo de lado y acercarme para decirle mis sentimientos? O ¿lo mejor era rendirme y dejarlo ser feliz con alguien más?

Las palabras de Alyn eran ciertas, no podía dar todo por hecho sin hablar.  Me armé de valor y caminé hacia ellos, estaba dispuesto a irrumpir ahí y también a ganarme la enemistad de Luca si era necesario, pero le diría a Alan lo que sentía por él. Sin embargo... Me detuve, no porque mi valor se haya ido, sino porque se estaban besando.

Se besaban de una forma...

En ese momento todo lo que me había llenado de fuerzas ahora me destrozaba. No quería ver eso, no quería aceptar que mi oportunidad estaba totalmente perdida.  Era tanto mi dolor y tristeza que no lo pensé dos veces y decidí llamarlo, quizá lo haría dudar el ver mi llamada, hubo una pausa en que miró el celular y parecía pensarlo, si me respondía le diría si no... Esa misma noche iba a rendirme con él.

Tuve la esperanza de que contestara, pero no lo hizo, me ignoró y volvió a besar a Luca. Nada en mi vida me había dolido más que eso, apreté el teléfono y me fui de ahí. No había nada más que ver.

Le envié un mensaje a Alyn, diciéndole que no había podido, que me rendía y que por favor no contara a nadie de quién se trataba. Ella aceptó y me dijo que sentía lo que estaba pasando, que si necesitaba desahogarme fuese con ella. Pero realmente en ese momento quería estar solo.

Maldita la hora en que me vine a dar cuenta.

Maldito sea el momento en que decidí leer esa carta e involucrarme con Alan.

Un tonto enamorado Where stories live. Discover now