7 "Preparate la fiesta comienza ya"

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JACE.

Mi última semana había estado más que extraña, no podía creer que me haya vuelto un consejero del amor. ¿En qué estaba pensando? Yo ni siquiera podía afirmar haber estado enamorado de alguien, no diría que amaba a Sephia, tal vez sí, pero más como una amiga que como novia.
Estaba metiendo a mi hermano y a Alan en una idea que quizá no era la mejor, no podía seguir haciendole ilusiones al pobre chico se quedaría con la peor idea de mi parte si las cosas no salían como se las estaba proponiendo.

Dejé de lado todo los malos pensamientos y me enfoqué en lo que yo creía era bueno, después de todo yo conocía a mi hermano y sabía lo amable que era... Si en el peor de los casos rechazaba a Alan, no le dejaría de hablar y tampoco de considerar un amigo.  Aunque claro, eso no iba a borrar el dolor que causaría en el corazón de este. En ese caso, no sabría que hacer.

Suspiré y decidí no pensar de más. Me puse mi chaleco y observé mi apariencia en el espejo, no me veía para nada mal -modestia aparte-.  Salí de mi habitación y me encontré con Jayden caminando hacia la sala, se veía bien también, estaba seguro que a Alan se le iba a caer la baba al verlo.

—¿Nos vamos ya? —Me preguntó.

—Claro, pero pasemos primero por la casa de Sephia, sabes que la debo buscar —Le informé mientras buscaba en el estante del televisor un pequeño detalle que había comprado para ella.

—De acuerdo, entonces vamos.

Nos despedimos de mamá ya que era la única que estaba cerca, supuse que papá estaba en su oficina trabajando. Sé bien que no le gusta estar cerca de mi madre cuando ella está por ahí, me duele el pensar que ya no son ni la pisca de lo que algún día fueron... Antes ni se podían separar tanto tiempo porque se veían mal, pero ahora, el estar separados les hace mejor. Pero a pesar de esta mala racha que están teniendo, guardo la esperanza de que puedan llegar a reconciliarse.

El trayecto hasta la casa de Sephia no fue tan largo, menos mal papá nos había prestado el auto y lo teníamos hasta el día siguiente, mañana era su día de descanso así que debíamos aprovechar.  Recogimos a mi novia y llegamos en poco tiempo al lugar donde se realizaba la fiesta, que era en el coliseo de la escuela, el día anterior todos nos pusimos a terminar la decoración así que había quedado muy bien.  Bajamos del auto y mi hermano se fue con su grupo de amigos y yo me quedé con Sephia, la cual me sujetó del brazo entusiasmada.

—Te vez muy guapo, Jace —me susurró para después darme un beso en la mejilla.

—Pero no estoy mejor que tú —le sonreí— ¡Te ves maravillosa!

—Gracias, lo sé —Se rió y seguimos hacia la entrada.  Mostramos nuestras invitaciones e ingresamos a la fiesta, como era de esperarse todo estaba animado y bueno, al ser ya una fiesta de graduados muchos de ellos no se estaban conteniendo con nada.

—¡Vaya! ¡Pero si son la pareja más guapa! —Esa fue Lin la que se acercó a nosotros, mi novia le sonrió y la abrazó fuertemente.  Eran buenas amigas.

—Tú también te ves bien, Lin —le dije— ¿Dónde está Luca?

—Realmente no lo sé —Suspiro ella— Ya no sé que hacer para que se fije en mi... Ahh...

—Ay amiga... —murmuró Sephia.

—Lo saludé de la forma más amable posible y me dijo que me veía bien, pero nada más —hizo un puchero la castaña— Ahora no sé donde demonios está.

—Ya lo encontré —Dije. Pues lo acaba de ver bailando con un par de chicas muy animado, aunque estaba algo desinteresado de su entorno— Iré a hablar con él, ya vuelvo.

Un tonto enamorado Where stories live. Discover now