4 "¿Un amigo quizá?"

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Logré recuperar la carta que le había escrito a Jayden Bracco, el chico del cual yo estaba enamorado, el mismo que no podía tener. Además de que ese año se graduaría y no sabía si volvería a verlo, tenía pareja y era una hermosa chica con la cual no tenía posibilidad alguna de competir, empezando por el principal hecho de que ella era mujer y yo no.

Habían pasado ya dos semanas desde que conocí personalmente al hermano de Jayden y resultó ser un estúpido, aunque no me jugó sucio con respecto al trato que teníamos, hizo bien porque no me iba a contener si me volvía a chantajear. No volví a hablar con él por suerte lo malo era que ahora me lo topaba por todos lados. Aunque no le dirigía la palabra, su mirada inquicidora era más molesta que cualquier insulto que pudiera darme. Y eso sin mencionar que al parecer lo de la carta había funcionado porque lo veía junto a una chica de cabello plateado, bajita y bonita. Los Bracco tenían buena suerte con las mujeres.

-¡Oye! ¿Acaso no ves que estoy aquí? -La voz de Alyn me sacó de mis pensamientos. Estaba regañando a Steven, uno de nuestros amigos porque no le había pasado la pistola de cilicón.

-¡Ya voy! ¡ya voy! -El flojo de Steven se levantó de la silla en la que se encontraba cómodo y se acercó a ella, recibiendo un golpe en la cabeza de su parte- ¡Auch! No me pegues.

-Pues no te hagas pegar, idiota -Rodó los ojos, luego me miró- ¿Y tú qué, Alan? ¿también vas a holgazanear?

-No, solo estaba tomando un leve descanso.

-Bueno, pero apurate, quiero irme ya a casa -Suspiró ella, volviendo a su trabajo que era terminar un letrero de bienvenida.

Yo me encargaba de contar y organizar las tarjetas de invitación que obvio al mismo tiempo sería un pase de entrada a la fiesta, eso para evitar que otros se colaran. Harry había ido a revisar el sonido por lo que en el salón solo estábamos los tres y algunos alumnos más con los que no nos llevábamos.

Me lo pensé mucho para contarles lo que me había pasado en la casa de Jayden y con su hermano. Cuando se enteraron de que me estaba chantajeando querían matarlo, pero les dije que había solucionado ese problema y que mejor lo dejaran así. Yo no me sentía muy bien, el corazón aún me dolía cuando veía por los pasillos a ese castaño de ojos verdes que me encantaba, recordar que ya no tenía ni una sola posibilidad, la imagen de él besando a esa mujer... Todo, me dolía demasiado.

-Llevaré las tarjetas al comité de bienvenida -Anuncié a mis amigos.

-Claro -Dijo Alyn sin apartar la vista de su trabajo- No tardes, aún tenemos mucho por hacer.

Asentí y salí del salón en dirección a las oficinas del director. Faltaba poco para esa esperada celebración a la cual ya no me quedaba ni una pisca de ganas de ir y estaba pensando no hacerlo, siempre imaginé estar con Jayden bailando y que me dijera que me quería bajo ese ambiente romántico... Pero claro, solo podía quedarme soñando despierto.

Llegué a la oficina donde estaba la líder del grupo de bienvenida, al entrar me tope con esa chica castaña que si no estaba mal, también la había visto con Jace.

-Buenas, vine a dejar esto -susurré sin mostrar mucha emoción- Son todas las invitaciones, contadas y organizadas por orden alfabético.

-¡Maravilloso! -Se emocionó ella- Que lindo y ordenado eres, muchas gracias... Eh... ¿Cómo te llamabas?

-Alan...

-¡Eso! ¡Alan! Muchas gracias -Me sonrió tan ampliamente que me comencé a sentir incómodo.

-Lin, ya está todo listo con...

Justo lo que me hacia falta. Verle la cara al tonto este...

-Bueno, ya acabé mi parte, me iré -Dije para salir lo más pronto posible de ese lugar. El saber que Jace estaba detrás de mi me provocaba un escalofrío.

Un tonto enamorado Where stories live. Discover now