Cierta Entrada

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En cierta calle, en cierta parada  
a la vista hay cierta entrada
con un número muy preciso
y un sentimiento nostálgico 
que me recuerda el lejano paraíso,
que en los atardeceres antes
de venir la noche 
nunca está abierta cuando doy
los primeros pasos.
Se cumplió la obligación
me encontraría una voz esperada
en la disolución del olvido
y en el amor de madrugada encantada.
Esas cosas no pueden ser.
Otras son mis plegarias:
Las horas muertas,
el alma impura,
el egoismo de la literatura
y el confinamiento de la libertad.
Sólo quiero esa piedra filosofal.
Sólo quiero ese deseo
para poder existir al despertar.

NOCHES DE POESÍA Y VERONICA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora