En el parque de los Evangelios
muy suave es la noche,
matrimonios que van juntos
con el deseo de crecer;
se detienen en acariciarse
entre ellos para predicarse.
Los niños juegan felices a la pelota;
a las resbaladillas , a los columpios;
pues ya son libres del castigo
que su padre amado
les dejó años atrás.
La melodia de los salmos
la luz de los evangelios;
me encanta, me alucinan,
lo mismo que tu último aliento
¡Oh Jesús!
Me detengo a reflexionar
por este parque religioso
que tiene el manuscrito
de los grandes evangelistas.
Este mensaje alientador
me acaricia el rostro,
viviendo de las gotas del cielo
como lagrimas de mis ojos;
libranos de nuestros pecados
lo mucho que te hemos fallado
y así lo mostraremos.
Que en el parque de los evangelios
quiero cantar muchas alabanzas
con las manos,
poder descubrir de todos
los secretos íntimos
y todas tus verdades ocultas
del placer de tu palabra.
"Y conoceréis la verdad, y la verdad
os hará libres." Juan 8:32
