Capítulo 2

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A la mañana siguiente, Camila se levantó temprano en la madrugada como era de costumbre, se vistió y salió de su habitación para abrir el café, pasó por la habitación de su madre y vió que esta seguía dormida en su gran cama sólo con su hermana Sofía, ya que su padre se había ido a trabajar horas atrás. Entró al café, abrió las ventanas para encontrarse con el sol brillante de la mañana, limpió un poco las mesas y puso pequeños manteles y objetos de centro en cada una de ellas, tomó su delantal del perchero tras el mostrador y lo amarró sobre su vestido de ese día. Finalmente, reprimiendo un bostezo, abrió la puerta principal, y volteó el cartel de "cerrado" a "bienvenido".

Volvió detrás del mostrador y se sentó para luego suspirar. Era bastante temprano, y la gente tardaba un rato en comenzar a llegar, como todos los días.

Había dormido bien, cuando la junta había terminado su madre se había encargado de limpiar así que ella había podido irse a dormir tranquilamente, había salido bien, con su suerte era de agradecer que no hubiese volcado el café sobre Lauren en su primera noche en el pueblo.

Lauren... Camila recordó a Lauren, quien posiblemente debía seguir durmiendo en la habitación de su hermana. Al pensar en ella, a pesar de que la había conocido hace menos de veinticuatro horas, se formaba una imagen muy clara sobre su personalidad en la cabeza de Camila, había notado que era alguien peculiar, claramente lo era físicamente, ya que era una señorita muy apuesta, pero también su forma de ser era algo que había llamado su atención como una bola de lana llamaría la atención de un gato. Había escuchado su conversación con sus padres, con algunos vecinos y con el padre Shawn, y su manera de hablar era dinámica, era espontánea, era expresiva, amable pero también dominante, te intimidaba de una manera que te hacía sentir bien, era más agradable de lo que Camila esperaba que fuese.

Entonces recordó que la noche anterior se había propuesto retratarla. Tomó un lapiz de carboncillo del cajón de la derecha, y su cuaderno de pintura del cajón del fondo, aquél que nadie nunca abría porque nada realmente importante se guardaba allí y comenzó a dibujar líneas en el papel, por ahora quería dibujar sólo su rostro, ya que quería que sus ojos fueran tan visibles como pudieran ser. Hizo varios trazos más por un rato, sus ojos, sus pestañas, su nariz, sus labios y parte de su ondulado cabello. Se mordió un poco la lengua en signo de concentración, estaba intentando hacerlo lo mejor que pudiese, a pesar de que fueran sólo garabatos a memoria de alguien que apenas conocía.

-Buenos días. -Una voz detrás de Camila hizo que esta diera un salto.

Cerró su cuaderno lo más rápido que pudo y se giró para encontrarse con Lauren Jauregui tras ella. Tenía puesta la misma ropa que la noche anterior, pero ahora con una bata sin terminar de abrochar sobre esta. Camila se llevó una mano al pecho para sentir los acelerados latidos de su corazón por el pequeño susto que la pintora acababa de darle.

-Señorita Lauren... No la escuché entrar. -Suspiró

-Perdóname, debí haber golpeado la puerta antes de entrar, siento haberte asustado. Ay, qué desconsiderado de mi parte. -La mayor se disculpó.

-No, no, está bien, no se preocupe, es sólo que estaba un poco ensimismada. ¿Quiere que le haga un café?

Lauren sonrió.

-Sería maravilloso, Camila. Muchas gracias.

-¿Negro?

Lauren asintió y dió la vuelta al mostrador para sentarse frente a Camila mientras esta preparaba el prometido café. Una vez tomó asiento sus ojos se encontraron con el cuaderno de dibujo, el cual Camila había olvidado volver a poner en su cajón debido al pequeño susto.

-¿Esto es un cuaderno de pintura? ¿Es tuyo? -Preguntó la ojiverde con su voz ronroneante.

El corazón de Camila se volvió a acelerar, no sabía si estaba lista para que alguien como Lauren viera lo que dibujaba, ni siquiera sabía si estaba preparada para que cualquier persona del mundo lo hiciera, aunque no fuese un artista de clase alta.

hold me while you wait; camren.Where stories live. Discover now