Capítulo 19.

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Mientras los días pasaban seguí con mi rutina, el chico nuevo de vez en cuando se acercaba a saludar y después desaparecía de mi vista.

Sigo pensando que lo conozco de un lado y sus ojos son tan parecidos a los de el...

- Isy ¿que tienes? - entró Marcus a mi habitación sin tocar, se sentó en la cama como indio y me miro inquisitivamente - y no digas que nada por que te conozco mejor de lo que tu lo haces, asi que no me vayas a salir con evasivas.

Lo miré unos instantes y por un momento sentí que esto ya lo habia vivido. Cosa que me saco una leve risita y eso lo dejo algo desconcertado.

- Falta el chino - le digo después de unos segundos.

Marcus arrugo el entrecejo y luego el reconocimiento llego a su cara, se levanto de la cama y salio del cuarto. Minutos despues regreso con un zanahorio recién bañado y con una toalla en la cintura cubriendo sus menudencias. Ambos tenian cosas para comer en sus brazos.

-Ahora si, ¿que pasa? - dijo Marcus una vez pusieron todo en la cama y empezaron a comer.

- es Ian el... - lagrimas se empezaron a agrupar en mis ojos - me ponía los cuernos, lo supe desde hace meses, pero me hacia de la vista gorda, no queria creerlo... por eso a veces me daba ramos de rosas blancas por cada ramo que me daba era una vez que me engañaba con alguien mas, ¿por que lo hace? ¿no soy suficientemente buena o hay algo malo conmigo?

- No - el zanahorio se acuclilla enfrente de mi y toma mi mano derecha entre las suyas - tu eres una muy dulce y buena persona, tienes tu caracter y todo, eso te hace unica y especial pero sabes a veces las personas somos muy estúpidas y no sabemos apreciar lo que tenemos, bueno yo si por que amo a mi novia y te quiero mucho eres la mejor amiga mujer que he tenido jamás, pero el no sabe el valioso tesoro que ha perdido por codiciar una moneda de cobre.

- y, deja ya de estar triste, saldremos hoy en la noche ¿que te parece? Como en los viejos tiempos.

Sonrei ante esto.

Los chicos tenian razón. 

Valgo mucho como para llorar por un hombre. Como diría Marilyn Monroe "A un hombre se le llora tres dias, al cuarto te pones ropa y zapatos nuevos y continuas con tu vida" o eran dos dias y al tercer... rayos olvidé como iba, la cosa es que no debo llorar mas por el, de todas formas no valía la pena si creia que podia engañarme por mucho tiempo.

Seque mis ojos, estaba decidida a no dejar que ese imbécil me arruine. Mi felicidad no depende de un hombre. No señor, yo y solo yo soy la que es responsable de ser felíz y si el no me hace felíz ¿pues que mejor que salga de mi vida?

Tras decirles a los chicos que iria a bañarme los deje comiendo en mi habitación. Al salir envuelta en una toalla, caminé a la cocina. Obviamente traia puesta ropa interior, no piensen mal. Saque del refrigerador la caja de jugo y como tenia flojera de servirlo en un vaso lo bebi directamente de la caja. ¡Directo de la caja sabe mas rico! Ahora entiendo por que los chicos lo beben directo de la caja.

Hmmm se acabo.

Me encogi de hombros y deseche la caja.

-Vaya, vaya que vistas.

Me congele en mi lugar y me aferre mas a mi toalla. Alguien se metio al departamento.  Mire de reojo el fregadero. Una sartén ¡si! Disimuladamente lo tome y me di vuelta para enfrentarme al intruso pero en cuanto lo vi la sartén se calló de mi mano.

-¡¿Que haces aqui intruso?! - el ojiverde solo sonrio misteriosamente ¿que se cree? - ¡Chino! ¡Un intruso se metio a la casa! - espere unos segundos a ver si alguno de los dos se movia a hacer algo pero nada - ¡Estoy medio desnuda joder! ¡ayuda!

De mal en peor. (Cosas de la vida #1)Where stories live. Discover now