Musa oculta | AsaNoya

239 22 60
                                    

Género: G.

Advertencia: Spoilers del arco final.

Tema: Asahi-centric(?, inicios en el diseño.

Notas: Día 4 de la AsaNoya Week con el tema Fashion/Modelo. Me ha agarrado un bajón súper raro, así que no creo poder publicar los que faltan a tiempo porque apenas he empezado el quinto 😓 pero los iré haciendo cuando mejore mi ánimo.

 Me ha agarrado un bajón súper raro, así que no creo poder publicar los que faltan a tiempo porque apenas he empezado el quinto 😓 pero los iré haciendo cuando mejore mi ánimo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No sabría marcar un inicio exacto a su interés por la moda. Es algo que siempre ha estado ahí, piensa, más presente en algunas etapas que en otras antes de ser realmente consciente de ello. Es casi como si intentase descifrar desde cuándo es tan ansioso. Aun así, puede destacar algunos momentos específicos, tal vez significativos.

Podría relatar esos días en los que se quedaba en casa de su abuela y, de tantas veces que observó cómo tejía o cosía alguna prenda, se le ocurrió enseñarle a hacerlo; o cómo a veces se distraía de alguna investigación al acabar abriendo varias pestañas con artículos sobre la vestimenta de alguna época. De ser él mismo quien diseñase, sin embargo, diría que un momento clave fue a causa de un descuido.

Empezó ocasionalmente en segundo año de la preparatoria, pero fue a inicios del tercero que se volvió más un hábito. Había descubierto que le gustaba dibujar ropa, de hecho, era lo que mejor le salía. ¿Siempre había sido así? No lo recuerda, no solía dibujar tanto en el pasado. No le costaba crear atuendos en lo que ilustrara ni plasmar en papel alguno que estuviera viendo. Si su puesto no hubiese estado hacia el final de la fila, está bastante seguro de que se habría ganado un par de regaños por no prestar atención a la clase.

Por lo general, solo pensaba qué tipo de combinación deseaba dibujar sin darle demasiado contexto, pero pronto se atrapó diseñando a partir de alguna prenda que quisiera ver usada de otra manera o de cómo creía que la vestiría algún amigo. Varias veces acabó borrando errores originados por el freno repentino del lápiz al percatarse del origen de su inspiración. Se le hacía algo vergonzoso admitirlo, incluso para sus adentros. ¿No era muy raro eso?

Después de eso, intentó no hacer ni un boceto mientras estuviera en la preparatoria; sería algo de solo en casa. Solo podía imaginar lo ofendido que estaría cualquiera que se enterara de que alguien más tomase un atuendo suyo —o solo preservase una parte de él— y lo transformara en uno que considerase mejor, más favorecedor o creativo. En caso de no poder evitarlo, se limitaba a cosas que se pondría él mismo, tal vez un familiar.

La vergüenza perduró hasta que la hicieron estallar. ¿Lo bueno? Fue para no volver. Había terminado temprano los ejercicios que les dejaron en la última clase de ese día, por lo que aprovechó el tiempo sobrante para dibujar; la mayoría de sus compañeros seguía tratando de dar con las respuestas como para fijarse en qué hacía él. Su lógica no habría tenido huecos de no ser porque, acabada la hora, los primeros en salir del salón olvidaron cerrar la puerta, motivo por el que no sintió que alguien entraba a buscarlo.

¡Uno más!Where stories live. Discover now