Quédate esta noche | DaiSuga

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Género: G, songfic.

Serie: DaiSuga Week 2018.

Tema: Noche, recoger después de una fiesta (?

Notas: Eh, en serio que no sé qué poner en el tema 😂 Los temas del Día 2 eran Domestic/Night. Normalmente, habría escogido algo doméstico, pero tenía tiempo con ganas de probar escribir un songfic (algo que no sé si he logrado dominar, es enredado 😂) y hace poco tuve esta idea escuchando a Change My Mind; así que aproveché la week para hacerlo y este fue el tema en el que me cuadró, je. Pondría la canción en la multimedia arriba, pero no me gusta que primero aparezca el video y luego la fotito cuando se ponen ambos, así que solo dejaré el link en el enlace externo al final.

 Pondría la canción en la multimedia arriba, pero no me gusta que primero aparezca el video y luego la fotito cuando se ponen ambos, así que solo dejaré el link en el enlace externo al final

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El fin de la noche.

Deberíamos decir adiós,

Pero continuamos mientras todos se han ido.

Están despiertos en horas que suelen ocupar para dormir. Es una excepción por hoy; todos tienen el día libre mañana y Suga tendrá la casa para sí solo hasta la tarde del domingo. Daichi es el único que no ha regresado a la suya. En su lugar, recoge junto al anfitrión el desastre que dejan las fiestas, no iba a abandonarlo con tanto trabajo del que no da mucho gusto hacer cuando lo más seguro es querer descansar tan pronto se quede a solas.

Lo bueno es que sus amigos son bastante considerados, o tal vez Suga fue bastante firme al pedirles —o exigirles— que no se pasaran de revoltosos, porque es más desorden que suciedad lo que deben arreglar. Vasos desechables fuera de la basura, juegos de mesa sin guardar en sus cajas, bebidas a medio tomar y bolsas de papas rizadas con más aire del que ya incluyen. Solo es cuestión de reorganizar las cosas en sus respectivos sitios; eso es muchísimo mejor que trapear el suelo mojado por algún derrame o inventar excusas si no se lograse disimular la quebradura de alguna decoración costosa. En pocas palabras, nada caótico que no pudiesen solucionar en diez minutos.

Lo malo es que no son diez minutos los que les toma devolverle la perfecta distribución de los objetos a la casa; tampoco son quince, veinte ni treinta. Se acercan las dos de la mañana y solo han terminado de botar los vasos plásticos, todo porque se le ha ocurrido la fantástica idea de comerse lo que quedaba de las papas. El estómago de Daichi siempre le da la bienvenida a la comida que venga en el momento que sea. Suga se le ha unido, por supuesto. Esos son unos siete minutos perdidos más otros doce que dedican a conversar de por medio. No solo eso, también se distraen con cualquier cosa que les haga recordar entre risas alguno de los momentos más aleatorios de la fiesta; por lo que se detienen más de lo que avanzan al retomar la limpieza.

Nunca me sentí así antes.

¿Somos amigos o algo más?

A pesar de la demora, Daichi no está molesto, para nada. Si esto fuera en el gimnasio al final de una práctica, podría ser comparado con un toro que brama con humo; aquí, en cambio, hasta agradece la lentitud con la que trabajan. Es un efecto que solo se da con Suga. Todo lo que signifique estar más tiempo a solas con él es bienvenido. Le gusta lo calmado que puede llegar a estar con él en la cercanía, la mínima sonrisa casi permanente en sus propios labios, la calidez en su pecho.

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