¿Aún te gustaría? | IwaOi

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Género: G, fluff, future fic.

Temas: Recuerdos de la infancia, propuesta de matrimonio.

Nota: NO PUEDO CREER QUE MI PRIMER FIC CON PROPUESTA DE MATRIMONIO SEA IWAOI Y QUE SEA TAN FLUFF EN LA VIDA. De veras, este one-shot tiene novedades para mí: jamás había probado a Iwaizumi (y vaya que escribir de su perspectiva me fue de lo más cómodo, cosa que nunca esperé), tiempo presente (hace AÑOS que no escribo así), el ship (que sí estaba en mis pendientes, al menos). En fin, estoy MUY FELIZ con el resultado. Escribir esto fue genial, fluido e inesperado 💖

Fue escrito para un Amigo Invisible del grupo de Facebook Haikyuu Yaoi, donde la persona que me tocó (en la dedicatoria) mencionó varios ships que le gustarían y entre ellos, opté por IwaOi (sorpresivamente, porque tenía otro ship en la lista que es de mi preferencia, PERO justo en esos días se me había ocurrido esta historia y aproveché la oportunidad).

PD: Me preocupa un poco que el título se parezca al del BokuAka de más atrás, mucho más por la temática tan opuesta, pero siento que no puede tener otro mejor. Es este o este.

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A pesar de que muchos de los momentos de la infancia están para perderse en las profundidades más inalcanzables de la memoria, algunos dejan una marca tan nítida que son imposibles de borrar. Iwaizumi lo sabe muy bien, pero no es capaz de admitirlo, no frente a Oikawa. Siente que, de hacerlo, el chico le respondería algo como «¡Por supuesto! Pasaste casi toda tu infancia conmigo, tienes que recordarme». No está dispuesto a escuchar algo parecido. Le ahorra un pescozón, debería darle las gracias.

Sin embargo, suele sonreír a solas con las imágenes del pasado que deciden visitar su cabeza. Puede parecer un proceso aleatorio, pero clasificarlo así sería un error garrafal. Los recuerdos son evocados, y por ser de manera involuntaria la mayoría de las veces es que vienen las confusiones. Ellos vienen cuando se expone a un elemento que está relacionado con el suceso; puede ser algo muy obvio o algo casi rebuscado, como una frase exacta o el tipo de música que sonaba a la distancia cuando ocurrió.

Hay un recuerdo que ha estado persiguiéndolo las últimas semanas. El detonante: una publicación de Oikawa en Instagram bajo la etiqueta para las fotos viejas. A primera vista, engaña al parecer que su versión infantil besaba el dorso de su propia mano. Iwaizumi, siendo el buen conocedor de todo lo que era ese muchacho, no cayó en la trampa. Al primer vistazo identificó la banda colorida en su dedo anular como el plástico que formaba el anillo del caramelo favorito de su niñez. Sí, el pequeño Oikawa era un adicto a los anillos de caramelo.

Desde que vio esa foto, Iwaizumi no ha dejado de pensar en un par de cosas; una muy seria, otra muy tonta. Ya no puede cruzarse con estantes llenos de golosinas porque el accesorio dulce regresa a su mente, tampoco puede frenar la memoria que se muestra como un video como consecuencia del acto. Ese día sigue fresco, aun con los dieciséis o diecisiete años que ha tenido para secarse y deteriorarse. En ella, ambos tienen juegos de dientes incompletos y raspones en las rodillas. Estaban a medio verano, y mientras él había sido un niño normal que se compró un helado, Oikawa demostró su amor a los anillos dulces al adquirir uno.

Recuerda que les costó conseguir un banco con sombra desocupado y que acabaron sentándose en una parada de taxi sin saberlo. Él fue mucho más rápido en comer su helado, por lo que el aburrimiento lo atacó casi enseguida luego. No había ganas de perder su puesto techado, así que sacó su curiosidad a relucir:

—Oye, ¿por qué amas tanto esos caramelos?

—¡Porque tengo mis manos libres! —Le dio fuerza a su punto moviendo todos sus dedos.

¡Uno más!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora