El primero con el que camines de la mano | AsaNoya

1.1K 88 58
                                    

Género: G, fluff.

Serie: (Quiero ser) Todas tus primeras veces.

Tema: Caminar de la mano, citas accidentadas (?

Nota: A pesar de ser de mi OTP suprema (o tal vez sea por eso), tengo una relación amor/odio con este one-shot, al punto que dudé bastante subirlo aquí. Tuve que editarlo un poco para que me gustara lo suficiente. Está inspirado en otro fanart más de D+CON (su arte me inspira demasiado, es hermoso ;-;💕). Aviso que este es el último que me queda hasta dentro de cuatro días.

-- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --

¡¿Por qué era tan difícil sostener objetos con guantes?! De todas las cosas sobre el invierno, definitivamente esta era la menos favorita de Nishinoya. Por lo menos, el resto de las incomodidades podía resolverse hasta cierto grado —varias capas de ropa calentita, chocolate humeante y la calefacción compensaban al frío del ambiente; las neviscas proporcionaban un montón de nieve con la cual jugar cuando el tiempo estuviese tranquilo y había muchas festividades con las cuales distraerse o por las que podía reunirse con sus amigos, a pesar de estar de vacaciones—; pero, ¿qué solucionaba al pobre agarre de las manos enguantadas?

Los guantes deberían venir con antideslizantes, tal y como los zapatos. ¿De qué servía proteger sus manos si igual quedaban casi inutilizadas? Era casi imposible maniobrar cosas correctamente así, necesitaba de ambas manos para sentir que no se le resbalaría lo que agarrase. ¿Cómo pensó que podría con su bebida y con la de Asahi, una en cada una? «Torpe, torpe, ¡torpe!». Lo único que obtuvo fue un desastre en el suelo del local, la molestia de quien tuvo que ir a buscar con qué limpiarlo, desperdiciar su dinero —aunque aún quedaba la mitad del vaso— y mojar sus guantes en su intento por atrapar al fugitivo; cosa que, ahora que lo pensaba, no tenía mucho sentido y solo empeoró todo. Además, Asahi pidió suficientes disculpas como para valer por diez personas, aun cuando Nishinoya ya lo había hecho por sí solo y le decía que ya no hacía falta más.

Fue al recuperar un poco la tranquilidad que se percató de la humedad en sus manos. Arrugó la nariz; estaba obligado a quitarse los guantes, pues una de las reglas de oro en tiempos helados era no mojarse y eso incluía la ropa. No tenía repuestos —¿quién salía con un par de guantes extra, de todos modos?—, Asahi tendría unos muy grandes si daba la casualidad de que él sí, así que estaba condenado a dejar sus manos al aire. Por suerte, no hacía el frío suficiente dentro del local como para querer esconder sus dedos.

Esta era la primera cita que tenían durante las vacaciones de finales de año y, por lo tanto, la primera vez que salían con nieve afuera. La idea era tomar algo caliente y pasear, ver cómo habían decorado al vecindario esta vez, cosas muy simples; pero su descuido picó esos planes por la mitad. Sin algo con qué proteger sus manos, no sería cuestión de muchas calles llegar a su límite. Frunció la boca, qué manera de arruinar una cita.

—¿Ya tienes frío?

—¿Hm? No, ¿por qué? —Nishinoya levantó una ceja.

—Tienes mala cara. ¿Sigues molesto por lo de tu bebida?

—¡Vamos a tener que volver a casa apenas salgamos de aquí! —exclamó con frustración, haciendo que Asahi se sobresaltara un poco.

—Podemos seguir después de buscar otros guantes en tu casa, no hay pro...

—Los dejé en la lavadora antes de salir.

—Ah. —Llevó una mano a su nuca. No hubo más respuestas, el menor solo tomó un trago de lo que le quedaba—. Aún tenemos varios días para caminar por ahí, no hay problema en dejarlo para luego.

¡Uno más!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora