Acuerdos a distancia | AsaNoya

Comenzar desde el principio
                                    

No puede evitar leer los comentarios de sus publicaciones, aun si sabe con qué se encontrará en muchas de ellas. Ahora que las cámaras le sientan de maravilla más a menudo, la gente es más consciente de su atractivo y no tanto de la rudeza accidental en sus facciones, por lo que hay más mensajes halagándolo —fabuloso— o preguntándose si tiene pareja —grr—. Un puñado así de parte de admiradores no sería una molestia, más bien le subiría el orgullo de ser la persona especial de alguien codiciado; pero si ese mismo puñado sospecha que podría estar saliendo con quien sea más o menos recurrente en sus fotos, solo le dan ganas de poder negarlo con propiedad, con pruebas que prevengan futuros rumores.

Nunca pensó llegar a tener celos de esa manera. Él ni siquiera es de sentirse así; Asahi sigue sin darle motivos para ello, porque sabe que lo máximo que hay entre quien sea el candidato del momento y su novio es amistad. ¿Que, como dicen, se verían lindos en caso de que fuera alguna de las modelos que han mencionado? Nishinoya opina que lindos se queda muy corto, sí, ¡pero hasta ahí! Le provoca ir a Japón solo para tener una foto reciente de ambos para publicar, a ver si es que se les ocurre emparejarlos también como deberían hacer.

Está bien, puede que haya modelos más musas que el resto, mas servir de inspiración no significa romance. En sus inicios, diseñaba pensando en qué le quedaría bien a Shimizu o a Suga, que accedían a probarse lo que creara. ¿Alguno de ellos es o fue su pareja? No. Claro, también ha diseñado con él en mente y porta muy gustoso cada prenda, porque se ha quedado con todas, excepto las que ha confeccionado después de su última visita, ya que se niega a enviárselas; siempre que vuelve, su colección personal crece.

Sus celos no son más que un tonto sentimiento pasajero, así que no les da tanta importancia. Ha hablado de ellos con Asahi a modo de broma para no preocuparlo —tanto— y porque eso le ayuda a minimizarlos hasta convertirlos en la trivialidad que son. No le extraña que a su novio le dé pena cuando recibe comentarios de ese estilo, incluso desde antes de confirmar que un poco de mal le causan. Lo que sí le sorprende es lo que le cuenta en su siguiente videollamada.

Hey, quiero hablar de algo importante —avisa. No luce consternado, por lo que Nishinoya supone que debe emocionarse.

—¿Te aceptaron en alguna Semana de la Moda?

Ojalá fuera eso —lo ve contener una risa—, pero sí es algo... hm, no sé exactamente cómo describirlo, dependerá de tu opinión. No es malo.

—Supongo que es una consulta, entonces —responde con un tono algo interrogativo.

Sí, eso es. Ah... —Le toma unos segundos ordenar las palabras—. Como verás, creo que esta colección será uno de mis mayores éxitos hasta ahora y... bueno, sabes lo que eso significa.

—Sigo pensando en Semana de la Moda.

Vamos —suelta una risilla, él también—, me refiero a la popularidad. —Por eso, pero se lo guarda para no interrumpir. Recuerda que se supone que es algo importante a lo que quiere llegar—. Me quieren entrevistar para una revista.

—¡Pero si eso es genial! —Inhala con fuerza.

Espera. Lo que sucede es que me puse a pensar en lo que podrían preguntarme desde que me contactaron diciéndome eso.

—Eso es tan tú. —Inicialmente, Asahi contesta rascándose la nuca con una leve sonrisa.

Leí entrevistas anteriores que han hecho a otros, así que a lo mejor solo serán cosas de mi trabajo, pero... no me quedo tranquilo ante la posibilidad de que toquen otros temas.

—Hm... —Extiende el sonido por unos instantes—. ¿Temes que pregunten de amor?

No me gustaría mentir al respecto... no, creo que ni siquiera podría hacerlo, solo que aún me da miedo dar la noticia entera. Sé que no es algo tan sorprendente en esta industria, pero...

—No tienes que explicarte. —Le sonríe—. Desde siempre hemos sabido que no nos podemos arriesgar antes de que te hagas un buen lugar, por si acaso.

Siento hacerlo complicado.

—Es un poco tarde para eso, ¿no crees?, pero tampoco tienes que disculparte por seguir tu vocación.

Es cierto. El punto es que quiero saber si estarías bien con que diga que tengo pareja, pero que quiero preservar su privacidad al no ser alguien de los medios. —Nishinoya queda boquiabierto. Se pregunta si su rubor es lo suficientemente intenso para que se note en el video; no quiere apartar la mirada de Asahi para comprobarlo en la miniatura con su propia imagen—. No es mentira, y creo que es suficiente mientras tanto, solo que necesito tu aprobación primero. —Finaliza con una sonrisa nerviosa. Él también sonríe, pero contento.

—¡Claro que tienes mi aprobación! —Le muestra ambos pulgares en alto—. ¡Es perfecto!

Responderé eso, entonces. —Lo ve soltar el aire, seguramente aliviado—. Eso también frenaría los comentarios. —El énfasis vuelve obvio a qué se refiere. Nishinoya no sabe si reír o festejar por adelantado—. Todos ganamos.

—Mientras nadie se atribuya el puesto... —bromea.

¡Oh, por favor, no! —A pesar de arrugar el rostro, identifica ganas de reír también—. Eso sí, si no me preguntan nada de eso, no sé si hacer un anuncio así de la nada sea buena idea. No sé cuál podría ser un buen momento.

—Sí, sería un poco raro que fuera de repente. —Lleva una mano al mentón—. Piénsalo si hace falta después de la entrevista, y dame la exclusiva si te lo preguntan. —Guiña un ojo.

Claro. De por sí, eres el primero en saber de la entrevista.

—Genial. —Sonríe en grande.

Aun sin fecha de caducidad establecida, el solo saber que se acerca el día en que podrán ponerle alto al origen de sus tontos celos hace que, poco a poco, sienta cómo van disminuyendo.

¡Uno más!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora