Capítulo 27: Batalla✔️

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Fue un día lluvioso cuando apareció el ejercicio de Zeus. Alrededor de dos mil y cada uno portaba armaduras de acero.

—Nuestros vecinos creerán que esto es una película. —Ochaco miró por la ventana con tristeza—. Zeus es tan tonto para caer en nuestra trampa.

—Y tengo entendido que un tal Hades hablo con el bastardo de Endeavor, ¿lo conoces? —Bakugo ignoró la hilera de soldados y preguntó.

—No tengo recuerdos de mi niñez y solo de los dioses conozco a Zeus y tampoco tengo buena impresión de ellos. Todos deben ser iguales.

—Tsk, que importa, voy a matar a ese cabrón.

—Tenemos que esperar a Endeavor con su ejército. —Ochaco se preguntó si tendría que terminar borrándoles la memoria a sus vecinos.

—¿Puedes hacer eso? —Bakugo se quedó perplejo por tal poder.

—Soy una diosa. —Se encogió de hombros como si esa explicación fuera plausible.

Se escuchó un estrépito seguido de una explosión. Eso significaba que Endeavor ha llegado.

—Vamos. —Ochaco entrelazó sus dedos contra el blondo, por fuera parecía tranquila pero su interior era otra asunto totalmente distinto.

En el fondo temblaba de miedo por temor a perder. Otra vez.

No. No puede darse por vencida.

Se convenció así misma y enfrentó a Zeus quien discutía con el rey del inframundo.

—No puedes gobernar mi lugar, tu mejor opción es irte, te daré esa oportunidad. —Propuso lucifer con arrogancia.

Eso enfureció a Zeus o eso hasta que vio a Ochaco y sonrió como si se alegrase, pero ella ya conocía esa sonrisa cruel y venenosa.

—¿Que pretendes hacer? Hicimos una promesa, ¿recuerdas?

—No. Tú solo hiciste esa promesa, yo no prometí nada. —La morena apretó los labios y su corazón trastabilló. Un dolor agudo ardió en su interior.

Sintió que le faltaba el aire.

—Jajaja si que funcionó, ¿sabes como acabo con mis enemigos? Haciéndoles creer que sobrevivirán y eso eres tú. Antes que renacieras por primera vez implante una bomba de energía alrededor de tu corazón, si rompías la promesa que yo propuse eso sería todo. —La voz de Zeus sonaba insidiosa y satisfecha.

Ochaco pudo escuchar la voz de Bakugo levemente. Las lágrimas cubrieron sus párpados y el dolor creció, la batalla entre los dos ejércitos también comenzó.

Y ella no estaría para ver el final.

Cuando pensó que todo estaría mal todo se detuvo.

El sonido. Los movimientos. Todo se paralizó. El dolor se fue.

Ochaco tomó una bocanada de aire y eso se sintió cómo recargarse.

Lo entendió. Apocalipsis vive de la naturaleza irónicamente y como Diosa también es capaz de deshacerse de tratos fraudulentos cómo el de Zeus.

Se miró los dedos y notó que el tiempo estaba detenido.

¿Ella lo hizo?

No estaba del todo segura.

Pero de algo si.

El hombre que venía hacia ella con pánico en su expresión la abrazó cuando el tiempo recuperó su curso. Los brazos a su alrededor se sintieron como casa. Seguros y cálidos.

—Mierda, me asustaste.

—Lo siento por eso, ahora es mi turno de hacerle pagar por todo lo que nos hizo. Tengo que patearle el trasero a un Dios.

Levantó las palmas de las manos y liberó todo su poder. La onda de energía sacudió los árboles y las casas, el suelo retumbaba por la presión violenta de esta.

Ochaco se mordió los labios y centró su poder en Zeus. El Dios en cuestión cayó de rodillas intentando levantarse sin resultados, Endeavor se acercó junto con un hombre de cabello negro y presencia peligrosa.

Hades.

Hawks y Dabi aparecieron en su campo periférico y Zeus se vió rodeado sin poder escapar.

—Has perdido fácilmente. —Hades miró a su hermano con repugnancia.

Ochaco se inclinó hacia adelante aún desgarrando la piel de su enemigo.

—No completamente. —respondió Zeus y utilizando lo último de sus fuerzas arrojó el cuerpo de Bakugo lo suficientemente como para matarlo.

Ochaco no dudó en interponerse.

Su espalda se estrelló contra el suelo pero eso fue bueno, aún viva.

A lo lejos escuchó los gritos de Zeus cuando Hades lo mató.

La castaña suspiró.

—¿Que carajos hacías, cara de ángel? —Bakugo se arrodilló a su lado y la acunó entre sus brazos—. No vuelvas a hacer esa mierda.

—No creo que un Dios psicótico vuelva a tirarme por los aires. —Se rió cansada—. Pero estamos vivos, es el resultado que esperé en todas nuestras reencarnaciones. Además tengo mis poderes y he podido romper la maldición que tanto daño nos ha hecho.

—Apocalipsis. —Hades se acercó mirando a la pareja con ojos inescrutables—. Puedes volver a tomar el lugar de Zeus.

Bakugo le enseñó los dientes como respuesta. No iba a permitir que se llevaran a su compañera por muy diosa que fuera.

—No. Me quedaré aquí, ocúpate de eso, no quiero tener más nada que ver con los dioses. —La morena se hundió más en los brazos del blondo.

Hades resopló pero asintió.

—Sin embargo si no sabes lidiar con el poder inmensurable de la vida que crece en ti puedes venir a buscarme.

Sus ojos se clavaron en el vientre de la azabache.

Katsuki Bakugo se atragantó con su saliva y empezó a toser mientras Ochaco analizaba sus palabras con los desorbitados.

¿Está embarazada?

El beso del demonio Where stories live. Discover now