Capítulo 10: ¿Hawks?✔️

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Ochaco se levantó excesivamente temprano para no tener que enfrentar a su idiota inquilino. Aún le duele los acontecimientos de ayer pero tomó una decisión al respecto; no volverá a caer en su red de engaños o su juego de seducción.

Salió despacio de la casa, cerrando la puerta cuidadosamente y se fue sin más.

No tendría que verlo esta mañana y lo hizo meramente feliz.

Ajustó su agarre sobre su bolso mientras caminaba por las calles, agradecía que su trabajo no quedara tan lejos de su casa pero en muchos sentidos es una molestia, su jefe siempre recalca que como vive cerca debe ser la primera en todo.

Es una gran presión sobre sus hombros.

Alzó la cabeza abruptamente cuando aquel extraño sentimiento de ser observada la envolvió, elevando su miedo inmediato.

Justamente en el mismo callejón.

—Señorita—Tarareó una voz masculina desde las sombras. Un hombre rubio se dió a conocer, su expresión inundada de extraña felicidad.

Su atractivo fue atrayente pero ella se sintió alertada en todos los aspectos y cuando el hombre misterioso se acercó más la castaña dió un paso hacia atrás para poner una distancia prudencial.

—¿Quién es usted?—Exigió saber la fémina alzando la barbilla como cuando discutía con su demonio.

Las facciones masculinas del sujeto se estrecharon pero la sonrisa se mantuvo.

—Soy tu ángel guardián—respondió con simpleza el mayor—. Estoy protegiéndote de todo lo malo.

Ochaco frunció el ceño, confundida.

¿Ángel guardián?

No, no era posible. Cree firmemente en la existencias de ángeles pero si no está equivocada sería contra sus leyes mostrarse ante un humano, sobre todo por la debilidad de la mente terrícola.

Podrían volverse locos al enfrentarse a algo que no están para nada preparados.

—Estás loco—Contrarió y lo aparto para seguir caminando e ignorando al loco sujeto acosador.

—No estaría diciendo esto por gusto—No le dió tiempo a responder porque se movió a una velocidad asombrosa, atrapándola contra la pared de un alto edificio—. ¿Por qué no lo crees?

Los nervios de la morena aumentaron, se sintió aterrada pero mantuvo la calma ofreciéndole una mirada de enojo al mayor.

—No creo que mi ángel guardián sea tan brusco y me toque sin mi consentimiento—Intentó empujarlo pero las muñecas del rubio no lo permitieron.

—Eres una humana suspicaz—Pasó sus dedos por sus muñecas y suspiró—. Tú no eres mi objetivo, preciosa.

Ella contuvo el aliento cuando lo entendió. No, por supuesto que ella no es el objetivo: ese es Katsuki Bakugo.

Lo están buscando tal como él afirmó.

—Si no lo soy entonces no me molestes a mi—Vuelve a empujarlo pero no cede. Internamente lloriquea por el atraco.

—Eres la pieza clave para llegar a él, necesito que cooperes conmigo—Murmura con excesiva suavidad—. Mi nombre es Hawks.

Hawks intenta no estremecerse por la piel de la humana, ciertamente la energía que la rodea es algo completamente paranormal y poderoso

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Hawks intenta no estremecerse por la piel de la humana, ciertamente la energía que la rodea es algo completamente paranormal y poderoso.

Algo no humano.

¿Que criatura puede ser?

Contrariado por no encontrar las respuestas a sus pregunta observa a la pequeña chica intentar liberarse de su agarre. Ella ciertamente podría si quisiera o si realmente supiera lo que es y sin embargo sigue pareciendo una humana ignorante a lo que es en realidad.

—Dime humana, ¿sabes lo que eres?—inquirió mirándola a los ojos.

—¿Que?—su frente se arruga en clara señal de confusión—. Estoy empezando a creer que estás drogado y sabes? Alguien podría verte y denunciarte con la policía.

—Eres totalmente ignorante, pequeña.

El muchacho alado decide apartarse. Por ahora ella no le dará ninguna respuesta porque es igual de ignorante que los demás sobre su extraño origen.

—Katsuki Bakugo no es el tipo de persona con la que deberías estar—advierte sin contemplación—. Es un dem—

—Se perfectamente lo que es—Lo interrumpe y sus cafés parecen peligrosos. Su postura parece totalmente lista para pelear y le sorprende sobremanera.

En todos sus años como mitad ángel y demonio nunca vió a alguien que le diera ese tipo de desafío. Su pequeñez tampoco es que de miedo, todo en ella es contradictorio, una pieza faltante en el rompecabezas que aún no lograr armar.

—Y no sé lo que seas pero es evidente que humano no, lo que tengas con aquel demonio resuélvelo pero a mi no me involucres—Prosigue con avidez—. De hecho, llévatelo si quieres, ya es lo suficiente irritante.

Su boca se abre de par en par por el atrevimiento de la muchacha. No puede creer como es que no le tenga miedo y de hecho lo desafíe sin temor alguno.

—¿Estas segura que eso es lo que quieres?—logra articular a pesar de su asombro.

Intenta analizarla, quizá ella tenga alguna conexión emocional con el demonio y eso probablemente sea un gran error de parte de ambos.

Algo prohibido.

La morena frunce los labios y sus cejas se juntan como si procesara lo que acaba de decir.
Ahí está la respuesta, si Katsuki Bakugo no le importara no lo pensaría tanto.

—En cuanto me lo lleve morirá—Murmuró para observar la reacción de la chica y lo perturbó sobremanera como esas manos femeninas se volvieron puños, pálidas por el agarre firme. Vislumbró los labios entre dientes y como ese ceño fruncido se afianzó con una ferocidad extravagante que lo dejó sin aliento.

Ella definitivamente no es humana porque una humana no podría cambiar sus ojos de cafés a dorado metálico.

Ochaco parpadeó ante la capa de violencia que la invadió por la mención de muerte de su demonio, no, no podía permitir que muriera por muy irritante que fuera, no obstante, su reacción no ha sido nada normal.

Inhala y exhala con lentitud para calmarse. Se siente más liviana a medida que lo hace así que luego de unos segundos mira al extraño hombre frente a ella que sigue viéndola como si no pudiera creerlo.

—¿Por qué quieres matarlo?

—Porque su existencia es un obstáculo para alguien más.

—No creo permitir que muera por algo tan tonto como eso—Musita con suavidad—. Verás...yo tengo cuentas pendientes con él y odiaría que desapareciera.

—¿Que tenemos aquí?—Canta una voz gruesa desde las sombras.

El beso del demonio Where stories live. Discover now