Capítulo 15: Copas y más✔️

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—¡Y entonces se fue y me dejó—Gimotea una castaña con su cabeza apoyada en la mesa de vidrio.

Sus amigas intercambian miradas incómodas, una salida que terminó con una Ochaco despechada y ebria.

—Él me dejó—Vuelve a repetir alzando su cabeza, sus mejillas están rojas por el alcohol ingerido.

Ashido mina la abraza con dulzura intentando calmarla mientras que Tsuyu asui aparta la botella de vodka, escondiéndola de su vista.

—Creo que no nos queda otra opción—Apunta la peliverde con resignación a la pelirosa—. No creo que Ochaco nos escuche a nosotras.

La morena sigue farfullando cosas ininteligibles en los brazos de su amiga.

—Ni siquiera cuando rompió con Midoriya la vi llorar, ¿quien es el tipo que rompió su corazón para patear su trasero?

—No tengo idea, no nos ha contado hasta hoy y no es mucha información—Asui saca su celular marcando a la única persona que podría hacer entrar en razón a la melancólica Ochaco.

—No quiero volver a verlo—La muchacha tomada se aparta de su amiga con pesadez, se tambalea con una mueca de furia impregnada en su expresivo rostro—. ¡La próxima vez que vea a ese idiota demonio lo golpearé hasta que pida perdón!

¿Demonio?

Ambas muchachas presencian aquel arrebato de ira confundidas, sin entender nada. Nunca habían visto a Ochaco Uraraka enojada o disgustada, siempre ha sido todo sonrisas, dulce e inocente.

¿Quién podría provocarle tal reacción?


Ochaco se siente mareada y una sensación agridulce la invade, el alcohol en su sistema ha provocado una reacción contrarío a lo que esperaba.

Solo quiere olvidarlo.

Él se fue.

Pero no rogará más por él, fue su decisión e intento tantas veces porque pensó que la quería. A ochaco nunca le importó que fuera un demonio y ella humana.

Eso no importa si quieren estar juntos pero evidentemente el rubio no lo ve de esa forma, el conocimiento aún pincha en su pecho.
Tragándose el nudo en su garganta se mueve violentamente al ritmo de la música, ignorante al hecho que sus amigas la ven boquiabiertas.

¿Es parte de la tristeza sentirse libre al bailar?

Ella no lo sabe con exactitud, quiere dejar atrás ese horrible sentimiento porque a pesar de todo quiere volver a verlo.

—Ochaco.

Se detiene cuando una mano tira de la suya y enseguida se ve atrapada por unos ojos bicolores que la observan con preocupación.

—S-Shoto—Tartamudea la morena sorprendida por ver a su mejor amigo—. ¿Qué haces aquí?

Intrigada por todo no pierde de vista como aquel muchacho la aprisiona entre sus brazos con suavidad—eso de alguna forma la hace sentir más vulnerable—. busca un refugio en el mayor.

—¿Por qué estás así?—Inquiere el mitad albino con la barbilla apoyada en su cabeza. Su tono es lejano pero ella percibe una pizca de furia—. No me digas que es por aquel idiota.

Los ojos cafés suben para encontrarse con los heterocromático.

—É-Él se fue—Sorbe la nariz apoyándose en el pecho del muchacho quien a su ves acaricia su cabello con dulzura.

El sentimiento de celos lo absorbe, ¿por qué tendría que enamorarse de ese tipo y no de él?

Quizá ni de él. De alguien más, de alguien normal.

El beso del demonio Where stories live. Discover now