Capítulo 23: Hogar✔️

1.9K 197 65
                                    

Advertencia de contenido +18
Este capítulo contiene lenguaje vulgar y situaciones sexuales que puede resultar ofensivo para algunas personas, si no te gusta abstente de leerlo.


Bakugo acunó el rostro de la castaña dándole una mirada intensa sin renuente a despegar sus pupilas rubís.

—Cara de ángel.—Murmuró con voz grave—. Creo que estoy jodidamente enamorado de ti y para un demonio de mi clase no sé qué mierda significa pero sé con seguridad cuanto te amo.

Ochaco retuvo la respiración sin dignarse a esconder su sorpresa junto con la emoción que invadió su corazón, un sentimiento deslumbrante e increíblemente abrumador.

—Yo también te amo—Dejó salir de sus labios recuperando su sonrisa cálida y alzó una mano para posarla en la mejilla del demonio con ternura—. Te necesito.

Ella realmente lo hace. Necesita sentirlo tanto a un nivel emocional como físico. Los recientes descubrimientos no la separarán de él, no después de todas las cosas que han pasado juntos.

—¿D-De que vayamos hablas, mujer?—Se atraganta con sus propias palabras. Reprimirse cuando ella lo observa así y le suplica que la tome lo tienta y no solo eso, ya es más que evidente que no podrá controlarse—. Eres una humana insolente.

La fémina batió sus pestañas con inocencia.

—Tal vez un poco—Movió su rostro en un ángulo donde pudo estar más cerca del cenizo logrando sus narices se rozasen—. Katsuki—suspiró sin quitarle los ojos de encima, la ola de deseo que la golpeó no fue ni de cerca como las anteriores y no pudo de resistirse más cuando se arqueó.

Y sus labios se chocaron con los del mayor. Sus bocas se movían rítmicamente, intercalando breves pausas para recuperar el aliento hasta volver a encontrarse sin darse tregua alguna.
Las manos masculinas tantearon el vientre de la fémina por debajo de su blusa, deslizándose por su cremosa piel hasta tal punto que Ochaco se retorció con el tacto, tan sensible por las yemas rústicas de su pareja.

—Katsuki...—Jadeó con dificultad uniendo su frente con la de él—. Y-Ya no...

—Ah, cara de ángel—Mordió su labio inferior sin darle tregua, la pasión aumentó gradualmente e hizo movimientos provocativos causando que al final la tímida lengua de la morena se encontrara con la suya.

Eso fue su puta perdición. El demonio fue brusco haciendo rodar su lengua de forma lenta y sensual, barriendo su mano por toda la anatomía femenina se detuvo hasta que ahuecó uno de sus senos con un gruñido que vibró, atrapado en su pecho.
Dejándose llevar por el calor en sus venas el rubio descendió lentamente por el cuello, lamiendo su piel blanquecina, hipnotizado por el aroma que desprendió su mujer, tan fuerte y demandante que voló su cabeza y cualquier control o pensamiento racional que haya tenido.

—Joder, te necesito tanto—Se separó rasgando su blusa sin inmutarse, pese a verla con el sostén puesto le dió satisfacción su mano dentro de el y de esa forma froto su pezón endurecido sacándole gemidos con los labios entre abiertos—. Tan jodidamente hermosa, maldición.

—Ah, si—Ella arrastró su uñas por sus antebrazos, arqueando su espalda buscando más contacto, más caricias—. Más.

—¿Más? Tsk, mi mujer me pide más—Furiosamente excitado sus labios se posaron en la curva de sus pechos y volvió a rasgar la parte que las cubría—. Mierda.

El beso del demonio Where stories live. Discover now