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El bulto en el suelo comenzó a moverse y a tomar forma en cuanto hizo el intento por levantarse. Entonces vi su carita, sus moretones y sus ojos entrecerrados.

—Si viniste.

Me acerqué rápidamente, dejándome caer a su lado y divisando a la vez una sonrisa cansada. Por con siguiente, lo abrecé.

—Lo siento.

—No hables —susurré en su cuello. Mi vista viajó por su vestimenta, percatándome de que era la misma del día del cumpleaños y estaba manchada. Los jodidos hijos de su puta madre lo golpearon.

—No, fui un incrédulo.

—Que no hables, Yeonjun —separé con frustración mis orbes de su ropa para dirigirme a sus ojos y le sonreí.

—¿Crees que puedas hacer algo por mí antes de que muera?

—¡No digas eso! —añadí más dolor al, inconscientemente, maltratar sus piernas con mis manos—. No morirás —sonrió apenas, distinto de su mirada, que se encontraba asesinándome—. ¿Qué quieres?

—¿Puedes sincerarte?

—Me gustas y mucho —El silencio me permitió analizar cada una de sus inimaginables imperfecciones y rasguños recientes—. ¿Y tú?

Acercó su rostro al mío, pero, muy al contrario, yo ni me inmuté en romper esa pequeña barrera.

—Junnie, te hiede un poco la boca.

Mi tonto comentario hizo que ambos soltáramos una risa, disminuyendo a su paso la tensión anteriormente causada. Aunque la suya haya sido un poco débil y avergonzada.

—Aquí no te dan tiempo para lavarte —murmuró esquivando la vista.

—Estaba bromeando, pero lo sé —terminé para ayudarle a pararse y salir despacio de ese horrible lugar.

—¡Yeonjun! —exclamó Hyunsuk al percibirnos fuera y también se lanzó a abrazarlo.

—Hyung —pronunció el susodicho con la voz distorsionada, recibiéndolo aún más feliz.

—¿Estás bien? Digo, no te ves tan bien como yo, pero... ¿Cómo te sientes?

—Cállate —articuló entre dientes a lo que el más bajo sonrió divertido.

—Yeonjun. —Fue Taehyung quien ahora, con lágrimas en los ojos, envolvió al castaño entre sus brazos. Ambos se susurraron algo que me permití no escuchar y seguido lo soltó—. Tenemos que revisarte. Súbanlo a la ambulancia.

—Gracias, Hyung.

—No fui el único que participó —respondió, dirigiéndose con un gesto a nosotros.

Y bueno... no creí haber ayudado mucho, pero agradecí los créditos y claro, debía otorgar parte de ellos a Hyunsuk por ayudarme con las ideas.

El personal se encargó de subirlo y una vez acostado, el ex chico secuestrado hizo un ademán con la mano para que me acercara.

—Tengamos una cita.

—¿Aquí? —pregunté ofendida, arqueando las cejas. Él rio.

—En el hospital, tonta. Irás a verme, ¿verdad?

—Pensé que me llevarías a un lugar más elegante —abulté los labios, bajando lentamente la cabeza.

—Ve solo si quieres que te responda.

—Señorita, debemos irnos, ¿puede bajarse? —interrumpió una enfermera subiéndose a revisarlo.

—Sí —contesté en voz baja para luego proporcionar un golpe en el brazo del herido y bajarme.

₂₀ᴄᴍ  | Cʜᴏɪ YᴇᴏɴᴊᴜɴWhere stories live. Discover now