XIII; The law of redheads

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❝Si todos los caminos que tomabas conducían de vuelta a mí,
Yo estoy siguiendo el mapa que me conduce hacia ti.

—Maps,
Maroon 5

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Luego de haber descansado una media hora, con fuerzas recargadas volvieron a Arkadia. Lexa, la cual se había puesto algo mucho más cómodo que una chaqueta de cuero y unos jeans, los acompañaba con una mochila colgada de un hombro. El ambiente era bastante tenso. Aunque Lexa les había explicado todo con lujo de detalles el porqué fingió su muerte, no era algo que pasara todos los días y se necesitaba tiempo para digerir la información. Así caminaron hasta Arkadia, con Heda y Wanheda encabezando el grupo, Anya y Acacia detrás como guardaespaldas y el resto del grupo detrás de ellas. A unos metros de las puertas de Arkadia, los terrestres y Acacia se despidieron para volver a sus hogares. Clarke les agradeció por ayudar y luego Lexa les habló en trigedasleng. Clarke no entendía por completo el idioma, pero entendió algo así como "ni una palabra de esto a nadie". Los terrestres asintieron inmediatamente. Lexa seguía siendo su comandante, por lo tanto les convenía seguir sus órdenes aún.
Clarke, Anya -la cual se iba a quedar un rato como guardaespaldas-, Lexa y el resto de skaikrus siguieron su camino hasta quedar a unos pocos metros de las puertas de Arkadia. Cuando las puertas se abrieron, la gran mayoría de miradas iban dirigidas a Lexa y su repentina aparición.
Pocos la reconocían. Es que sin su pintura de guerra y su característica ropa era difícil ubicarla.

Clarke siguió avanzando con Lexa a su derecha y Anya a la izquierda, haciendo caso omiso al resto de personas.

—Clarke, no entiendo para qué tengo que estar aquí —le susurró Lexa, mirando al frente y sin hacer caso a las miradas y murmullos—. No tengo nada, estoy bien. Necesito volver a Polis y...

—Lexa, necesitamos estar seguras de que estás bien —recordó Clarke sin dejar de mirar el frente—. Sólo unas pruebas y podrás volver a tus labores.

Lexa asintió a regañadientes. Estaba bien, no necesitaba nada.

—Polis está en manos de los embajadores —explicó Anya antes de entrar en lo que antes había sido una estación del Arca—. Gaia, nuestra nueva Flamekeeper, salió a buscar nuevos Natblidas, pero no hay suerte. Los buscadores no tienen nada tampoco, por lo tanto hay una escasez de Natblidas o los están escondiendo mejor que a la última generación. Además —agregó—, no encontraron a Ivyanna y a Aden, y tampoco están enterados de la otra.

Lexa frunció el ceño. ¿Cómo que la otra? ¿Cuántas cosas se había perdido?

—En resumen —finalizó Anya—, tienes todo el derecho a ser Heda nuevamente. Juega a tu favor el hecho de ser ex Heda.

Our Little Natblida Where stories live. Discover now