V; Welcome to Arkadia

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"Muy dentro de mí, me estoy fundiendo en negro. Hice un juramento con la sangre de mi mano y no voy a romperlo.
Puedo saborearlo, el final está sobre nosotros. Juro que voy a lograrlo.
Voy a lograrlo.

-Natural,
Imagine Dragons"

La noche no había sido tan fresca como ellos esperaban.
Últimamente el tiempo tenía cambios drásticos; existían días muy calurosos, en los que, según Skaikru, pasaban los 41°C y noches muy frías, capaces de congelar a cualquier animal e incluso persona que estuviese a resguardo. Los Natblidas no sufrían tanto los cambios, su sangre-nocturna les ayudaba a soportar cambios climáticos como esos.
Aden e Ivyanna se dieron los buenos días, arreglaron sus camas, sacaron algo de pan, agua y unas manzanas, se sentaron en la mesa y comenzaron a desayunar en silencio.

-¿Qué haremos?- preguntó Aden rompiendo el silencio- Ya todo Polis y alrededores debe saber que estamos vivos y no tardarán en encontrarnos.

-Nadie puede entrar al bosque, Aden. Lexa lo prohibió hace muchísimo y es casi imposible para un adulto como ellos entrar. Y si entran, los escucharemos y escaparemos como siempre.

Algo era incorrecto en lo que Ivyanna decía. Lexa lo había prohibido hacía tiempo, pero ahora Lexa no estaba y cualquiera podía dar la orden de entrar en el bosque.
¿Por qué Ivyanna decía eso como si la anterior Heda aún estuviera con vida?¿Por qué no se mostraba muy dolida como él por la muerte Lexa, quién había sido como su madre?¿Era acaso su mejor amiga una persona falsa? Eran algunas preguntas que pasaban por la mente de Aden.
No, no era una persona falsa. Llevaban mucho conociéndose y si así fuera ya lo hubiese sabido. Debía tener sus razones para no mostrarse dolida.

-Luna nos protegerá si vamos a Floukru...

-Aden, por décima vez en menos de veinticuatro horas.- Aden era probablemente la persona más terca y perseverante que Vinie haya conocido. Seguía firme con ir a Floukru aunque ella le decía que era peligroso-En cualquier clan estamos en peligro.

-Quizás Delfikru....

-¿Estás jugando conmigo? ¡No estamos seguros! -Ivyanna había perdido la paciencia por completo. Intentó hacerle entender que de momento estaban seguros en la cabaña, pero el deseo de Aden de ir a Floukru y conocer a Luna era mayor.

-¿A dónde vas?- preguntó el Natblida al ver a su mejor amiga agarrar su arco y unas flechas.

-A cazar, el pan se pondrá duro en poco y las manzanas no durarán mucho.

-Está bien. Recuerdo unos arbustos de moras cerca de aquí, me pondré el morral y recogeré las que estén bien. -Aden asintió repetidas veces mientras buscaba su morral-¿No quieres que yo vaya a cazar?

-Aden, no sueñes con volver a usar mi arco.-Aden creyó por un segundo que la había engañado- La última vez casi le sacas un ojo a Sven.

-Casi.

-No te lo daré igualmente.

-¿Qué hacemos con el agua? Tampoco durará mucho.

-Un problema a la vez, Aden. Cuando volvamos resolveremos el tema del agua.

-Bien, no te alejes mucho, debemos estar cerca por cualquier cosa.-Ambos asintieron y salieron rumbo a sus destinos.

[...]

Fueron únicamente dos días en los que tuvieron paz.

El tema del agua había sido fácil de resolver; había un lago a unos metros del bosque y utilizaban el agua para asearse y hervirla, de esa forma podían cocer las presas de ambos o potabilizarla dentro de la olla de metal que Aden había encontrado en la cabaña. La comida no había sido problema, el bosque contaba con una pequeña variedad de frutos y hongos consumibles, sin contar con los animales que cazaban.
Tenían mucho tiempo libre ahora que no podían atender a sus clases, así que se pasaban el tiempo entrenando, recogiendo bayas -con las cuales aveces Ivyanna le teñía las puntas del cabello a Aden-, afilando sus armas, practicando puntería con el arco y alguna otra cosa que inventaban sobre la marcha para no aburrirse.
Aden había mejorado en puntería, incluso logró cazar con el arco y aprendió a trenzar el cabello, algo que siempre quiso aprender. Siempre veía a sus compañeras, mujeres de Polis, guerreros y hombres con cabello largo e incluso a Lexa, Anya y Vinie con peinados con trenzas -la gran parte muy elaborados-, los cuales le llamaban mucho la atención y quería hacerlos. Para su mala suerte, su color de sangre, sus obligaciones y el hecho de ser muy tímido como para preguntarlo se lo impidieron hasta ese momento. Se lo había preguntado a Ivyanna si podía enseñarle y aceptó encantada.
Ivyanna había aprendido a hacer coronas de flores después de mucho tiempo, Aden le había enseñado así no era la única del grupo que no sabía hacerlas. Él había aprendido de Phoenix, una tarde luego de los entrenamientos en los que los tres se encontraban sentados a las orillas del río y la pelirroja había comenzando a enredar algunas flores y hojas alrededor de una rama, la cual había atado en los extremos con un hilo, formando un círculo. Ambos se interesaron en lo que su amiga hacía, les explicó que era una corona de flores improvisada y Aden pronto se encontró haciendo una; si no aprendía a trenzar el cabello mínimo sabría hacer una corona de flores.
Vinie intentó, no le salió, se frustró, dejó su intenso de corona sobre el césped y nunca volvió a intentar.

Our Little Natblida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora