Capítulo 19

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Maratón 2/4

Owen me vendó lo ojos en cuanto nos subimos a su camioneta y me pidió que por favor no la retirara hasta que él lo dijera, normalmente estaría en contra de esto porque odio las sorpresas, pero había escuchado y sentido tanto en esta noche que decidí simplemente dejarme llevar.

La verdad no sabia a donde nos dirigíamos solo sabia que Owen daba muchas vueltas, estaba comenzando a desesperarme cuando me di cuenta que la camioneta dejó de moverse.

– ¿Llegamos?

Su risa profunda me erizó la piel.

–Si, llegamos.

–Entonces ¿Ya puedo quitarme esto?

– ¡No!

–De acuerdo –dije alejando mis manos de la venda y me reí.

Escuché como salió de la camioneta y luego abrió la puerta para mí, me tomó de la mano y me ayudó a bajar.

–Falta poco. –murmuró y sentí nervios por lo que estaría al otro lado de la venda.

Caminamos hasta que topé con algo duro.

–Ya puedes mirar.

Lentamente bajé la venda de mis ojos y solté un grito, retrocedí de inmediato por inercia, pero Owen se encargó de tomarme de la cintura para que no me alejara demasiado.

–Solo es Fortem, tranquila.

– ¡Se que es Fortem! –grité todavía con el corazón acelerado. –Pero no debes poner un caballo frente a mí, diablos estoy temblando.

Levanté mis manos para que se diera cuenta.

–Lo siento, creí que ya no le temías.

–No lo hago... o bueno, más o menos.

Acarició mi cintura para tranquilizarme, pero ese gesto hizo todo lo contrario, me di la vuelta para verlo.

–De verdad lo siento.

–No te preocupes –sonreí y levanté mi mano para ponerla en su mejilla, él cerró los ojos para disfrutar mi caricia y eso me disparó el corazón. –Es raro que sienta este momento mucho mas intimo que los que en realidad hemos tenido.

La comisura de su labio se elevó en una preciosa sonrisa que no hizo mas que acelerar el ritmo de mi corazón, inclinó un poco la cabeza de modo que su nariz tocó la mía.

–No, no es raro.

–Owen...

De verdad temía que me diera un infarto por lo rápido que iba, pero él se alejó incorporo antes de que pudiera decir otra palabra.

–Ven, acompáñame.

Me tomó de la mano y me llevó hacia Fortem, por un momento me olvide de que estaba aquí, lucia su precioso pelaje blanco y se veía increíble bajo la luz de la luna, aunque debía admitir que aun así me daba un poco de miedo.

– ¿Dónde estamos? –pregunté mirando alrededor porque era un campo abierto y Fortem se encontraba atada a una cerca.

–Aquí es donde mi tío trae a Fortem para que se despeje.

Miro con admiración a Fortem, era una yegua realmente hermosa, pero me aterraba estar cerca de ella, pensaba moverme un poco para mantener la distancia entre el animal y yo, pero Owen me estiró con gentileza para que me acercara.

–No creo que sea buena idea.

–Confía en mí.

Tomé un gran suspiro y me armé de valor para acercarme, tan pronto como estuve a unos centímetros de ella Owen puso sus manos en mi cintura y me elevó sin mucha fuerza para sentarme en la silla de montar, me quedé quieta esperando a que él subiera conmigo, pero no lo hizo, si no que tomó el lazo con el que estaba atada en la cerca y comenzó a deshacer el amarre.

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