Capítulo 5

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–Quizá se retrasó un poco. Los hombres de negocios siempre están ocupados ¿no? –dice Hannah tratando de justificar que llevamos una hora fuera del negocio de Owen y él no aparece.

–O quizá le da lo mismo y solo fue una broma que quiso hacerme –digo mientras tengo los codos sobre mis rodillas y ambas manos al lado de mi cara.

Hannah sigue viendo su celular una y otra vez.

–Vámonos de aquí –le digo ya incorporándome. –no necesito pasar esta humillación.

–Espera un poco más, seguro que ya viene en camino. Lo sé, lo presiento.

Ruedo los ojos y vuelvo a ponerme en la posición que me encontraba.

Si Owen me había echo una broma en venganza porque me fui de su casa aquella noche sin decir nada debería darle un buen golpe en la cabeza para que dejara de actuar como un niño.

–¡Te lo dije! –grita Hannah y apunta a la camioneta que acaba de estacionarse detrás.

Owen baja de esta y se rasca la cabeza mientras tiene un ojo abierto y el otro trata de mantenerlo así, por el aspecto que tiene me comprueba que quizá no durmió al parecer mucho en la noche.

–Hola –saluda con voz adormilada y Hannah sonríe pero yo no puedo actuar como ella.

Estoy molesta porque me hizo esperar.

– ¿Qué clase de negocio abre a la una de la tarde? –bajo de un salto de la camioneta.

Owen se gira y me ve de arriba abajo, apuesto que es por mi ropa, Hannah me convenció de cambiarme y usar algo de lo que ella me trajo así que ahora visto un pantalón ajustado, una blusa de color negro y otra de cuadros azules y blancos encima de esta, decidí ponerme unas botas que tenía guardadas desde hace mucho tiempo así que era obvio que estuviera algo... ¿sorprendido? Por no verme con mi usual atuendo de chica de ciudad.

–El mío –dice algo irritado y saca unas llaves para abrir la puerta.

– ¿Por qué tardaste tanto? –pregunta Hannah viéndolo algo extraña.

–No dormí casi nada, lo siento.

La puerta se abre y entra, Hannah y yo le seguimos, el lugar olía animales.

–No pasa nada. –dijo ella comprensiva pero yo le dirijo una de mis peores miradas.

¿Que no pasaba nada? ¡Llevábamos una hora esperando! Tengo hambre, sueño y un dolor de cabeza que está amenazando con dejar salir mi mal humor.

–Estarás en la registradora –me apunta a la pequeña caja. –Aquí se vende comida para todo tipo de animales, de aquel lado. –a punta a los del lado derecho –Son para animales domésticos, perros, gatos, hámster ya sabes.

Luego apunta al lado izquierdo.

–Allí hay algo de accesorios para ese mismo tipo de animales.

Asiento algo enojada pero no digo nada, se da la vuelta y se dirige detrás donde está el letrero que dice Granja. Así que lo sigo.

–Aquí tenemos el alimento para los animales más grandes, caballos, vacas y todo eso.

Hannah se cubre la nariz y imito su movimiento ya comenzó a oler mal.

–Aquí hay alimento para cerdos, si, huele mal. –se dirige por un pequeño pasillo hasta llevarnos a una especie de espacio abierto donde está el heno, la paja. –Aquí es donde pongo los paquetes de paja, suelo cargar la camioneta aquí... este servicio es solo para los que viven lejos, así como tu abuelo.

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