Capítulo 2. Como verde esmeralda.

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En sus ojos estaba un secreto, puede que fuera parte del universo. O solo fuera parte de una extraña realidad que solo yo reconocería.


-Levántate Lu- dijo la pequeña Maggy riendo, empujando a su hermana mayor que estaba dormida.

-Es muy temprano- Luna reviso su reloj y suspiro- lo bueno que es lunes, sino te mataría.

-Anda Lu, quiero ver si te puedo alcanzar.

- Yo no cargare tus patines Maggy-  dijo Luna levantándose y buscando su ropa deportiva. Solía usar short y una blusa sin mangas- bueno ya estoy lista- dijo y movió un poco la cortina que se encontraba aun lado de su cama, para poder ver el paisaje y ver si no había gente. Le encantaba ver el cielo azul, que se llenaba de nubes y escondían al sol. Las mañanas eran increíblemente hermosas.

Las dos hermanas bajaron las escaleras y  buscaron a su madre para poder pedirle permiso para salir, y con ello irse.

-¡Corre Lu!- grito Maggy mientras se dirigía al parque, Luna solo camino, sabía que Maggy podía sola, era pequeña, tenía solo ocho años.

En cuanto cruzo la puerta del parque, Luna comenzó a buscar a su hermanita, que salía del área de juegos y mientras comenzaba a correr no dudo en sentir que alguien la miraba siguió corriendo más rápido cruzando el  puente que separaba el parque en dos y dejando atrás a Maggy, adoraba esos momentos de libertad, en los que ella podía ir al parque y estar sola en él, también que era el único lugar en donde podía sentir la brisa recorrer todo su ser, por lo regular sentía que el clima era bastante caluroso como para estar en un lugar templado. Vivían en una región de bosque templado y aun así el clima se sentía extraño para ella.


Siguió corriendo un poco más, iba tan rápido que sin darse cuenta se resbalo-¡Rayos!- grito viendo una pequeña raspada en la rodilla.

-¿Te encuentras bien?- pregunto una voz a su espalda, sonaba algo grave.

-Yo no... estoy  bien- dijo Luna con temor que la voz del chico desapareciera y solo fuera una ilusión, sin embargo camino para estar enfrente de ella.

-Te ayudo- dijo el muchacho mientras la tomaba de la mano y la ayudaba, ella al verlo quedo un poco confusa, había visto a muchas personas en el parque, pero la mayoría era de la edad de su hermana. En cambio este chico era incluso mayor que ella, era muy alto de tez blanca, tenía un hermoso cabello negro y sus ojos eran oscuros también.

-Gracias – dijo la muchacha sonriendo y volteando a otro lado. Todo para evitar verlo, pero era imposible.

- Soy Ethan- se presentó el chico sonriendo, llevaba puesto unos jeans, una playera blanca y sobre ella una chamarra negra.

-Me llamo Luna- dijo ella algo insegura sonriendo, jamás nadie se había presentado así tan de repente. Decir su nombre a alguien mas, era algo que no había pensado hacer algo, en sus labios sonaba extraño

-Y yo soy Matthew- dijo otro chico más joven de cabello castaño claro, que había llegado de la nada. Tenía ojos azules, al hablar Luna lo vio y no supo que pensar, ese chico tenía un postura dura.

-Hola- fue lo único que logro decir la pobre muchacha, demasiado sorprendida para entender porque dos chicos le hablaban justamente a ella. Debía de ser su día de mala suerte, porque si Maggy la veía, no dudaría en contárselo a su padre.

-¡Lu!... ¡Lu!...- grito Maggy a lo lejos.

-Oh, lo siento, me tengo que ir- dijo ella mientras miraba a todos lados, para poder encontrar a su hermana menor.

Los guardianesUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum