Capítulo 6. Todo es brillante.

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-La chica que se ve como si acabara de levantarse, es Luna- estaba explicándole Matt a Jesse- y la chica que tiene ojos de gato, es Mei.- ambos chicos se voltearon a ver- Si, sus ojos son extraños.

Ambas chicas le lanzaron una mirada asesina a Matt y el parecía o no notarlo, o solo su mirada lo tenía sin cuidado.

Era tan seguro de sí mismo, que llegaba a caer mal y no tenía ni media hora de estar enfrente de él, pensó Luna.

-Los ojos de ambas, son extraños- concluyo Jesse, agachando la cabeza, por si el comentario ofendía a las chicas.

-Si bueno, creo que eso lo sabíamos todos desde un principio- dijo el otro chico riendo y volteándose a la puerta.

-¿Ya te vas?- pregunto Mei en un falso tono dramático. El chico la volteo a ver, solo para sonreír a su broma y se acercó a Jesse para decirle algo. Parecía que ellos solo hablaban a gusto si era en voz baja.

-Deberían acompañarnos a la oficina principal, creo que Ethan va a querer hablar con ustedes...- antes de que pudiera terminar la frase, Matt entro a la habitación nuevamente.

-Necesitan conocer sus habitaciones y arreglarse un poquito.- dijo de forma automática y volvió a salir.


- Antes era más amable- dijo Mei riéndose de la actitud de Matt.

-Lo bueno que contigo si fue amable, conmigo no creo que lo sea nunca.- dijo Luna en un susurro para que solo Mei pudiera escucharla.

-Bueno señoritas... ¿nos vamos?- dijo Jesse, para ser más amable que su compañero.

Ambas chicas asintieron y salieron de aquel oscuro cuarto. El pasillo no era muy diferente al cuarto donde se encontraban.

Afuera, apoyado en la pared estaba Matt, tan encantadoramente guapo, con la cabeza agachada y el cabello castaño tapándole los ojos. Era todo un problema que fuera tan grosero. Cuando el chico escucho sus pasos, volteo a ver a las chicas y les sonrió, aunque era una sonrisa falsa.

-Bueno, vamos porque puede que Ethan se enoje si nos tardamos.- comenzó a caminar por el pasillo, con las manos dentro de los bolsillos, caminaba como un niño perdido, conocía el rumbo, pero se veía que tenía miedo de conocer más allá.

-Él siempre es así- contesto Jesse a la pregunta que aun ellas no formulaban- especialmente cuando están en su "territorio"- el chico comenzó a reír y siguió a Matt- vamos, que estamos lejos.

-Creo que no hay opción- dijo encogiéndose de hombros Mei.

Caminaron por el largo corredor que no tenía ventanas, ni puertas, las paredes eran oscuras. El lugar seria oscuro, de no ser por los focos que iluminaban a cada cinco metros de distancia y que se prendían cada vez que alguien pasaba enfrente de ellos. Subieron por unas escaleras en forma de caracol y se encontraron con una puerta metálica, que tenía un código.

-Pensé que su casa era un subterráneo- trato de bromear Mei, algo asustada por desconocer el lugar.

-Abajo solo es el portal para llegar aquí.- explico Matt- no se quieren intrusos, por eso tiene código la puerta, además que derribarla es imposible. También si has olvidado la clave, puedes llamar por aquí- dijo mientras les enseñaba un pequeño botón que se encontraba aun lado de una cajita.- Y quien este de guardia, les dará el paso.

-Es muy simple en realidad- les dijo Jesse.


-Si tú lo dices- dijo Luna mirando al joven, que le sonrió y le dio la mano, ella se la acepto, no solo porque el lugar era extraño, sino porque jamás había estado tan lejos de casa sin conocer a alguien y este chico parecía amigable.

Los guardianesWhere stories live. Discover now