Capítulo 13. La diferencia del mundo.

119 10 5
                                    

A mí alrededor todo tiene un color brillante, la vida puede ser misteriosa y apreciada, pero una vez que tú te acercas... todo se vuelve más intenso, el color se hace más claro.... Y mi corazón... pierde el control.


——————————————

Llevaban varias horas en asimilar tanta información. Era el momento de actuar, para que su cuerpo fuera otra vez el suyo y de esa manera, completando la misión, podrían conocer a los guardianes. No a los legítimos, sino a los elegidos.

Luna se sentía nerviosa a cada paso que daba... cada paso era significado de avanzar a casa. Y eso era estar más cerca de Maggy, su hermanita, aquella que la había despreciado por haber desobedecido a su padre, aquella que le había gritado que la odiaba. Esperaba con todo su ser verla, pero tenía miedo. Miedo a que Maggy en verdad la odiara, no soportaría vivir en el Espiral esmeralda, con su hermana menor odiándola.

Ya estaban cruzando aquella puerta, esa que no les habían enseñado usar y que solo habían atravesado la primera vez que llegaron a ese bello lugar. Un lugar donde ella no era castigada, ni era tratada como un fenómeno.

Su respiración iba variando, al igual que los latidos de su corazón que se hacían más intensos cada vez que se aceraban más a la gran puerta. Al portal.

-¿Nerviosa?- le pregunto Matt mirándola de una manera curiosa.

Ella asintió con la cabeza y el decidió posar una de sus manos en su hombro, un gesto para tranquilizarla. Aquello la tomó por sorpresa y a pesar de ello, agradeció inmensamente que él hubiera hecho algo así, porque ahora se sentía menos tensa.

-Todo saldrá bien.

Matt la miro a los ojos y ella asintió.

Era de las primeras veces que había visto una mirada sincera en él, incluso puede que preocupada. Había estado tan acostumbrada a su presencia, pero no a su atención. Era más probable que Ethan le hablara y la tranquilizara, pero de Matt era todo lo inesperado, ese muchacho era como una roca. Con el corazón frio y un carácter duro.

-Es el momento- dijo Ethan, haciendo un elegante movimiento con su mano, mientras cerraba los ojos y susurraba unas palabras.

La puerta se cerró suavemente y el entorno comenzó a cambiar, el color oscuro de la habitación se fue haciendo más claro. El suelo ya no se veía gris, ahora tenía un color verde y su textura era suave, el aire era como lo recordaba, ligero y tranquilo. Era todo lo que había extrañado.

Luna cerró los ojos para concentrarse en los cambios que sentía, no quería verlos porque de hacerlo podría marearse y volver al cuento de "esto no es real". Su imaginación era traicionera y comenzó a trabajar en enormes posibilidades de encontrarse con Maggy, trato de espantar aquellos locos pensamientos, aunque en todo caso era inútil.

Abrió los ojos suavemente y pudo notar los rayos de sol sobre su rostro. Admiro el paisaje, estaba en el mismo sitio en el que había tomado el portal la primera vez, Mei estaba sonriendo, con los ojos cerrados, mientras daba vueltas para sí misma. De esa manera podía sentir el aire fluir en todo su cuerpo.

Estaban más que vivas. Estaban recordando lo que una vez fueron. Y estaban olvidando su pasado.

-Bonito lugar- dijo Ethan.

Luna lo volteo a ver, él ya había estado aquí antes, no entendía porque decía eso ahora. El y Matt se pusieron a hablar y ella pensó que era la oportunidad perfecta para examinar todo el parque.

Le habían dicho que podía estar SOLO en el parque. Le prohibieron salir de el, pero no deambular por el.

Mientras Mei estaba distraída, Luna  decidió caminar y cruzar el puente. Sabía perfectamente que Maggy odiaba ese lado del parque, por lo que nunca se acercaba a menos que buscara a su hermana para irse a casa o para pedirle ayuda. Camino por un terreno conocido, todo era como estar en casa de nuevo. Sabía de memoria el cantar de las aves, el leve sonido del agua, la brisa del viento era exactamente como la recordaba.

Los guardianesWhere stories live. Discover now