#8: No hay rosa sin espinas

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Noviembre entró con fuerza: lluvia casi todo el día, tormentas eléctricas mínimo dos o tres veces a la semana, temperaturas cayendo cada vez más rápido anunciando la proximidad del invierno, bastante estrés para estudiantes como Atsushi y Akutagawa por ser su último año, decenas de consultas literarias en la librería para próximos regalos, altibajos en Chuuya típicos del primer trimestre de embarazo...

La continua preocupación por dos celos inminentes...

- ¿Qué parte de que te tienes que esperar a que salga de trabajar no entendiste?- refunfuñé mientras hacía equilibrio con la pila de libros en mis brazos. Notando que en cualquier momento se me caería alguno, Dazai se hundió de hombros y cogió algunos de arriba, aligerándome la carga.

- Me preocupaste, Kou-Chan, me invitaste tan de golpe a tu casa y con un tono tan serio... ¿Es que cierto alfa te hizo algo?- sonrió como todo un sádico.

- No, joder, no sería capaz de lastimarme, me tienes ya un poco hasta las narices con eso. Solo necesito pedirte consejos sobre el celo, y obviamente al primer alfa al que voy a recurrir es a ti.

- ¿Y tu padre?

- Me descabezaría a mí antes de ir a por Odasaku.

- ¿Y Akutagawa?

- Por Dios, no pienso preguntarle a él.

- Básicamente soy el punto medio en lo que a edad respecta- adivinó.

- Exacto. Además, lo poco que sé in situ sobre un alfa en celo fueron las veces que te tuve que reducir y obligarte a tomar los supresores, mi padre tiene muchísimo autocontrol y jamás nos dejó verlo en ese estado, y me resulta hasta grosero que me propongas hablar con dos chavales que aún están estudiando, aunque yo les lleve apenas tres años me parece muy desubicado de mi parte.

Tras asegurarme de que eran todos los tomos que debía ordenar, el castaño me ayudó a llevarlos hasta la estantería correspondiente y, mirando por encima del hombro para asegurarse de que Chuuya no nos escuchaba por andar revisando el inventario en el ordenador, se inclinó hasta quedar cerca de mi oreja.

- Me alegro de que tú estés aquí con él, no estoy tranquilo cuando los dos nos vamos de casa por la mañana. ¿Cómo lo ves?

- Bien, con problemas de control emocional y mucha irritabilidad y mareos pero bien. Entiendo que estés nervioso porque vas a ser padre, pero te recuerdo que tu destinado es una máquina capaz de destrozar cualquier cosa que se le cruce por delante, quitando que es un caos de hormonas sigue siendo él. 

- Cuando te toque a ti cargar con tus cachorros te bastará con ver cómo se pondrá Odasaku para entenderme. 

- ¿Ya asumes que voy a tener más de uno?- me reí-. Ni siquiera nos hemos mudado juntos.

- Vamos, Kou-Chan- puso los ojos en blanco-. Desde siempre te han encantado los niños, todavía recuerdo lo que dijiste cuando tuviste a Elise-Chan por primera vez en brazos.

- ¿El qué? 

- "Mamá, papá, cuando sea grande voy a tener diez hijos"- empezó a carcajearse-. A Yukichi-San casi se le va el alma al piso.

- T-Tenía nueve años, ¿vale?- me sonrojé-. Claro que me gustaría tener más de uno o dos, pero ya se verá, lo que me preocupa ahora es la dichosa marca.

- ¿Y por qué no lo hablamos ahora?

- ¿Porque estamos en horario laboral a pesar de que tú te hayas escaqueado de la oficina? No sé, digo, yo al menos me tomo mi trabajo en serio.

- Yo soy muy serio.

- Y yo no huyo de mi superior- le sonreí de lado-. Hablaremos esta tarde con calma, Dazai, no es un tema para sacar aquí, tú ven cuando salgas del trabajo y cuando termine subimos a mi casa. Y gracias por ayudarme con los tomos, esta colección es bastante grande.

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⏰ Last updated: Nov 18, 2020 ⏰

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Flawless Fate (Omegaverse)Where stories live. Discover now