#5: Quien avisa no es traidor

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Un clásico de las vacaciones familiares en la playa eran las jugarretas de Elise, que cuando quería podía ser mucho más insufrible que Ranpo. Sobre todo porque tenía esa malicia de nuestro padre omega al hacer una travesura y disfrutar del enfado de la otra persona, ambos eran un verdadero peligro cuando se empeñaban en poner de los nervios a alguien. Ese trío eran los demonios, mientras que los dos albinos de ese núcleo de cinco miembros ocupábamos, según ellos, el papel de angelitos bonachones... 

Hasta que conseguían que perdiéramos los estribos.

- ¿Te vas a disculpar?

- Nop.

- ¿Cuántas veces tengo que decirte que odio que me tires algas?

- Las que quieras, lo seguiré haciendo.

- ¿Te parece gracioso hacerme enfadar?

- Por supuesto.

- Ougai...

- ¿Qué?- sonrió de lado, a él no le asustaba esa mirada fría de su esposo... De hecho, por desgracia para sus tres hijos presentes, eso conseguía "animarlo".

- ¿Todavía quieres que sea mamá quien te dé la charla?- susurró Ranpo, mirando aquella escena y preparado para huir al agua si la cosa mejoraba para ellos. 

- Que no quiero charlas, ¿cuántos años te crees que tengo?

A nuestro lado, Elise gesticuló y terminó poniendo esa sonrisa idéntica a la de nuestro padre omega, con lo que aparté la vista avergonzada.

- N-No me da miedo, y deja de usar signos tan vulgares, ¿dónde demonios los aprendes?

"Secreto", dijo moviendo las manos con exagerada lentitud para darle un matiz travieso.

- Kouri...

- Si te dejo que me saques el tema, ¿prometes dejarme en paz luego?

- Hasta que lo hagas.

- Joder, que yo no te pregunto lo que haces con Poe y tampoco me interesa, tengo un mínimo de respeto.

- Lo tomas o lo dejas. 

Lo miré tan mal que silbó antes de rodarse un poco en su toalla, alejándose de mí.

- ¿De qué mierda quieres hablar?- resoplé, rendida. Si a mi hermano se le metía algo entre ceja y ceja, no iba a parar hasta conseguirlo.

- Solo quiero instruirte en ese mundillo, al fin y al cabo nunca has tenido experiencias antes.

- Él tampoco, estamos avanzando despacio y nunca movemos un dedo sin el consentimiento del otro, hay muchísimo respeto y tampoco somos tontos... Mayormente esos avances son gracias a su alfa y a mi omega, se llaman cada vez más y tenemos que intermediar. 

- Ah, esos juegos primerizos son una auténtica delicia- sonrió, esta vez sin ánimo de burla ni de celos.

- ¿Qué, ya lo aceptas?

- No, pero es lindo oírte hablar de eso, y si encima dices que todo os va genial y lleno de respeto mutuo pues supongo que tengo que echarme un poco atrás.

- ¿Un poco?- alcé una ceja. Allá al frente, de pie en la arena a poca distancia del mar, aún provocándose el uno al otro, los mayores permanecían ajenos a nuestra conversación. 

Por suerte.

- A lo que voy es... ¿Sabes cómo manejar la tercera y la cuarta base?

- La t-tercera no, y tampoco quiero.

Flawless Fate (Omegaverse)Where stories live. Discover now