#3: Más vale tarde que nunca

39 5 0
                                    

Mi padre omega tenía cierta similitud con Chuuya: eran omegas de carácter, podían compararse perfectamente a un alfa y, hasta que sus respectivos destinados no se cruzaron en su camino, tuvieron que vivir sabiendo que los llamaban fenómenos. No solo eso, ahora que estaban casados y les importaba un comino el resto del mundo, cuando se cabreaban podían llegar a ser mucho peores que sus alfas.

Claro que mi padre alfa ya imponía solamente de verlo o escucharlo, enfadado todo eso se multiplicaba, pero lo de su esposo era otro nivel: el miedo crecía, no era repentino, empezaba como un simple escalofrío y escalaba hasta convertirse en una asfixiante sensación de querer correr a la otra punta de la ciudad, lo más lejos posible de él. Su expresión furiosa no era un ceño fruncido y el gesto duro, sino los ojos tan abiertos que se olvidaba de parpadear seguido y una sonrisa de psicópata, y en cierto modo eso era en lo que se convertía cuando alguien osaba hacerle algo a alguno de sus cachorros.

No obstante, en cuanto uno de los tres se asustaba y necesitaba de él para calmarse, volvía a ser el omega que nos protegía con un gran abrazo y ese aroma que solo los que habían sido padres sabían emitir. 

A Natsume le costó horrores evitar que subieran las escaleras, tener que interponerse en el camino de un alfa más joven y un omega dispuesto a derramar sangre por sus hijos era un suicidio, pero se las apañó para controlarlos a ambos y así poder hablar sin tener que empujarlos.

- Por cómo huele su celo me atrevería a decir que ya encontró a su destinado, hace muy poco de hecho- aún escondida en el pecho del pelinegro, asentí-. De ahí que Fyodor reaccionara a pesar de ser omega.

- La teoría me la sé, de mis tres hijos dos son omegas y la menor es alfa, lo que quiero es romperle las manos al degenerado que se atrevió a amenazar a Kouri- nunca lo había visto tan furioso, me estaba hasta dando miedo ver el lado más agresivo de mi padre, temblando con ganas de destrozar algo empezando por los huesos de cierto omega ruso.

- Escuche, Fukuzawa-San, yo no tuve cachorros con mi difunto esposo pero sé lo que es perder los estribos cuando hieren a alguien de la familia, y sé también que solucionarlo como animales salvajes lo empeora todo. Aunque no lo parezca Dostoyevsky es muy inteligente, con la breve charla que tuve antes con él creo que le quedó claro que le conviene desviar su atención de Kouri, ahora que ya encontró a su destinado y que me tiene como buen vecino no se atreverá a cometer otro error semejante, al menos no con ella.

- ¿Ya había hecho algo así antes?- me encogí aún más al escuchar el tono de advertencia de mi padre omega, experto en interrogatorios. Como no contesté, me alejó y me sujetó por los hombros, sin apartar sus ojos violetas de los míos-. Kouri...

- S-Sí y no- murmuré-. Yo sabía que le gustaban los omegas, pero a mí nunca me hizo nada más allá de insinuaciones... Lo de hoy no lo vi venir, fue demasiado repentino, aunque intuía que era alguien malicioso siempre que nos cruzábamos hablaba con respeto.

- Bien, recoge tus cosas, te vienes a casa.

- ¿¡Qué!?

- ¿Después de lo que acaba de pasar crees que voy a dejar a mi hija aquí como si nada? Olvídate, señorita- frunció el ceño.

- Solo durante el celo, por favor, no quiero irme de este piso, tengo el trabajo al lado y...

- Su hija no es una mosquita muerta, por si no lo sabían... Cuando llegué arriba Dostoyevsky estaba retorciéndose en el suelo, han hecho bien en enseñarle defensa personal.

Ambos me miraron para corroborarlo, y yo asentí.

- No la conozco más allá de oírla subiendo y bajando las escaleras todos los días, pero opino que si se mudó aquí sola a los 17 por facilidad laboral, se las apañó para devolverles a ustedes el dinero de las facturas, compaginó el trabajo con sus estudios y además supo cuidarse perfectamente cuatro años, deberían escucharla.

Flawless Fate (Omegaverse)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें