#6: Gota a gota, la mar se agota

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En un reloj con alarma, en un aparato digital, en el móvil... Fuese donde fuese, los malditos despertadores eran inventos del demonio, expertos en sacar a la gente de los sueños y la comodidad del descanso para mandarlos de una patada a la realidad.

- Kouri.

- No.

- Venga.

- No.

- Kou...

- No.

- ¿Siempre eres así para levantarte?

- No.

- ¿Es por mí?

- Sí.

- ¿Me vas a seguir respondiendo con monosílabos mientras te sigues escondiendo más y más?

- Sí.

- No seas perezosa, anda, levántate. 

- No.

- Ni que fuese la última vez que vayamos a dormir juntos, boba, suéltame que vas a llegar tarde, y eso que trabajas justo aquí al lado.

- No.

- Bien, llamaré a Dazai para que...

Me levanté de un salto de la cama.

- Es un monstruo- lo señalé con el dedo, como si hubiese propuesto invocar a un demonio-. Conoce todos mis puntos débiles, igual que Chuuya, y no tienen piedad ninguna para abusar de ellos hasta que hago caso, la última vez que me negué a algo delante de esos dos mi padre omega me llamó porque notó tanta angustia que pensó que me había dado un ataque.

- ¿Pero se puede saber qué te hicieron?

- Cosquillas y toques indebidos, y no es tan gracioso como se oye... Entre que yo soy muy sensible, cosa que ya has notado, y que ninguno de ellos tiene misericordia hasta que acepto algo, acabo como si me hubiese peleado con un puñetero tigre.

- Pelo revuelto, ropa desarreglada, cara de susto... ¿Verdad?

- ¿Cómo lo sabes?

Por toda respuesta, me señaló antes de sonreír burlesco. 

- Oye, no es lo mismo- me sonrojé-. Tienes mucha suerte por no ser así, no pueden torturarte con cosquillas.

- ¿Y qué tiene de malo? A mí me encanta oírte reír.

- N-No es lo mismo.

- ¿Lo comprobamos?

Prácticamente huí de la habitación.

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Odasaku

Tras apagar el despertador y no querer soltarme en la cama, ahora era yo el que estaba enganchado a ella, con un brazo en torno a su cintura mientras desayunaba sentada en mi regazo. Los dos en silencio, cada uno comiendo sus tostadas con mantequilla y mermelada de frutas, tomando de vez en cuando pequeños sorbos del zumo de naranja, el ambiente no podía ser más tranquilo y hogareño.

Kouri estaba recién duchada, con una camisa de botones negra, vaqueros claros y zapatillas bajas blancas, según ella perfectas para estar varias horas de pie trabajando, y las puntas aún húmedas de su cabello apoyadas en la toalla sobre sus hombros para no mojarse la ropa. A pesar de estar de espaldas, podía notar que estaba distraída, sus movimientos parecían programados y no movía la cabeza ni siquiera para comer, cosa que mencioné apenas nuestros respectivos platos y vasos quedaron vacíos.

- ¿En qué piensas?

Dio un respingo antes de reírse, acariciando mis brazos cuando afiancé el agarre alrededor de su cintura, sin apretarla demasiado.

Flawless Fate (Omegaverse)Kde žijí příběhy. Začni objevovat