Capítulo 11

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Donghyuck andaba sumamente feliz, porque hoy el clima y el universo se habían juntado para  hacerlo despertar de buen humor.

Quizá era por haber completado ya la saga de Harry Potter, quizá era por el sabroso pastel que le habría regalado Taeil al ensuciarle la camiseta nueva que le habían comprado.

Que agradecía, pues los regalos que le daban sus tíos, generalmente no eran muy "lindos", pero su madre lo obligaba a usarlos mínimo una vez por mes. Ahora, ya no volvería a ver de nuevo esa camiseta que decía "Newyork pineapple's".

El día era perfecto.

Había pasado una agradable mañana junto a Mark, llenando su corazón de brillo y sentimientos excesivamente dulces. A él le encantaba lo excesivamente dulce.

Ahora mismo, estaba dirigiéndose casi a brinquitos a buscar al rubio.

Hoy había recordado la existencia de aquél libro extraño que enseñaba lo básico para ser un "rey" en la actuación. Primeramente buscaba el de temática victoriana, pero quizá aún no era muy tarde para entregarle aquél manual a Mark.

Mejor tarde, que nunca.

Sonrió casi inconscientemente al escuchar la voz del rubio, pero se dio cuenta, que esta no sonaba demasiado alegre. La situación fue aún más confusa cuando escuchó también a Taeil allí adentro.

—Anda, si pareciera que hasta te salen corazones de los ojos al ver a Donghyuck. Yo creo que te está durando mucho el asunto de hacerte el difícil — sus ojos se abrieron de sobremanera al escuchar su nombre en la conversación.

Pero su corazón se removió tímidamente al escuchar que supuestamente a Mark, le salían corazones al verlo.

¿Sería verdad?

Una sonrisa tímida escapó de sus brillosos labios, acercándose un poquito más a la puerta. Deseaba con todo su corazón que lo que dijera fuera cierto.

Quizá, en algún momento lejano, pero no demasiado, muy quizá, podrían intentar algo más allá de la amistad. Sonaba bonito.

La voz enojada y seca del rubio se hizo presente.

—No se de que hablas, Donghyuck es sumamente molesto, parece como si tuviera un hermanito de cuatro años persiguiéndome — pausó y gruñó.

¿Qué?

Su corazón se hizo trizas.

—Solamente estoy siendo amable, nada más. No confundas las cosas Taeil. Donghyuck es agradable, pero jamás lo podría mirar así. Somos amigos por la obra, nada más

Solo bastaron esas palabra para que lágrimas traicioneras comenzaran a caer.

¿Tan molesto era él?

¿Acaso era un jodido infantil?

Sintió como su mundo caía, también el libro.

Por casi dos segundos llegó a conectar la mirada con Mark. Comenzó a derramar un río de lágrimas a través de sus abultadas mejillas, que ni si quiera le importó removerlas con la manga de su chaleco marrón.

Donghyuck corrió lo más que sus piernas le permitieron, huyendo de todas las palabras hirientes dichas por Mark. Sus lindos ojos ahora estaban llenos de pena y dolor, careciendo de la alegría que siempre trataba de mostrar, sintiendo su corazón ser estrujado y lastimado con todas las ilusiones que se había hecho.

No era hiriente el que lo rechazaran, era hiriente el que fuera una simple "molestia".

Corrió, sintiendo sus piernas flaquear, pero sabía que no podía parar. Su corazón dolía, le dolía como si lo estuvieran pisando y rompiendo sin pudor alguno.

Casillero | Markhyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora