Extra 1

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- ¡Hasta mañana Hoyo! - se despidió Kagome de manera enérgica de su compañero de clases en la universidad que asistía.

Suspiro y camino por las calles de esa ciudad que poco conocía, llegó hasta el edificio en donde vivía y se adentro para llegar a la privacidad de su departamento.
Mientras abría la puerta de su departamento desbloqueo su celular y fue a la casilla de notificaciones. Ni un mensaje de su novio y ninguna llamada pérdida, hacía más de una semana que no se comunicaban.

Un año ya había pasado desde que se fue de su hogar para asistir a una universidad a kilómetros de sus seres amados, los primeros seis meses en una relación a distancia junto con su novio había pasado de manera exitosa. Se hacían videos llamadas, se mensajeaban constantemente y hasta él la había ido a visitar unas tres veces durante el medio año, pero pasando esos meses las cosas fueron cambiando. 

Inuyasha había dejado de trabajar como profesor en la secundaria uniendose al negocio familiar, ahora pertenecía al mundo empresarial y eso le quitaba más tiempo libre del que escasamente tenía anteriormente. Y Kagome con el compromiso de mantener su beca empezó a esforzarse aún más para tener notas perfecta lo que consumía de igual manera, el poco tiempo  libre que tenía.

Dejando de lado aquello, también estaba como intruso "la desconfianza" a Kagome le irritaba él que el peli plata no confiará completamente en ella de ser una mujer fiel.

- "Hay muchos chicos guapos con hormonas alborotadas, ignora a todos Kagome"

Le había dicho varias veces Inuyasha a través de llamadas cada vez que ella le decía que saldría con unos compañeros de clases a divertirse.

- "El único chico que conozco con hormonas alborotadas eres tú Inuyasha. Ya te dije que no me fijo en nadie"

Y lo último era mentira, sí tenía ojos era para ver y apreciar la belleza de la naturaleza y de la humanidad.  Eso ella no se lo decía, pero sí miraba lo apuesto que algunos chicos eran y no quería pensarlo de manera profunda pero sabía que Inuyasha no era ningún santo y que también miraba...esperaba que solo mirará, con lo calenturiento que su peli plata era, guardaba cierta desconfianza para él.

- Y solo es el primer año...ay, ya no estoy tan segura de seguir así...- murmuraba Kagome mientras se preparaba algo como cena en la cocina de su departamento-  ¡Yo también  tengo necesidades!

Y sí, Kagome necesitaba compañía masculina en las noches, pensando en Inuyasha se tocaba explorando su cuerpo como lo hacía desde hacía unos meses atrás. Su cuerpo, sus órganos sexuales pedían atención masculina de cierto peli plata pero debido a la ausencia recurria a sus manos o usaba algún juguete sexual que había comprado por mera curiosidad y con la opción de experimentar.

No era lo mismo pero de esa manera evitaba en pensar en ser débil y tener un encuentro casual con cualquier otro chico.

- Ese estúpido...¿Acaso piensa que lo nuestro ya es seguro?  ¡Porque no llamas! - grito molesta mientras comía de manera ruidosa.

¿Y por qué no llamaba ella?  Kagome volteó los ojos mientras tomaba su celular entre sus manos, marco el número de su novio poniendo en alta voz mientras seguía comiendo esta vez de manera tranquila.

- ¿Bueno? 

Kagome dio un respingo ¿Esa voz era de una mujer? Levanto su celular y miro el número comprobando que ese efectivamente sea el de su peli plata.

- ¿Este es el número de Inuyasha?  - pregunto Kagome aparentando serenidad, pero la verdad era que tenía sus dientes apretados.

- Sí, pero ahora se encuentra dándose un baño, le dire que llamo eh...

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