Extra 5

438 56 14
                                    


Kagome miraba concentrada la hoja de papel blanco que tenía entre su regazo, entre sus dedos, un lapiz negro bailaba reluciendo su  punta afilada listo para ser utilizado. Pero Kagome no sabía como empezar, tenía pensado que decir pero no como iniciar de manera escrita su discurso.

— Sobrina querida ¿Cómo vas? — Kagome levantó su mirada fulminando con sus ojos a su tío.

— ¿Tú que crees?

Su tío miro la hoja en blanco para luego mirarla a ella con una sonrisa ancha.

— A este ritmo, creo que voy a improvisar cuando me toque dar el discurso, sé lo que quiero decir pero no sé como empezar a escribirlo —  frustrada suspiro, su tío tomo asiento a su lado mirando hacía el frente.

— Hazlo, sera mucho mejor así — asintió su tío, Kagome se relajo dejando de estar encorvada, se enderezó y se apoyo en el hombro de su tío también mirando hacía el frente — Creo que tu espontaneidad es lo bastante buena para lo que sea que tengas que decir mañana.

— Mañana... — susurro Kagome.

Al frente de ellos se encontraban grupos de personas preparando el salon para el egreso del día de mañana, probaban sonidos, música, el himno y la decoración varios jóvenes participaban de ella.

— ¿Cuándo te vas sobrina?

— Dentro de tres días, planeaba quedarme más tiempo pero... quedaron cosas pendientes así que volveré antes.

— ¿Ya te reencontraste con los que querías ver?

— Sí... bueno, casi —  murmuro Kagome recordando al hombre que aún amaba — No vi a Inuyasha.

— Ah...

— Se está por casar y... y es feliz — cada vez se le dificultaba más hablar de él y sobre lo que sabía — Eso es lo que quiero para él...

— ¿ Y tú? 

— ¿Qué?

— ¿Qué es lo que tú quieres?

— ¡Dire, venga que lo estamos necesitando!

Su tío le sonrió de manera tierna antes de levantarse y  acudiendo al llamado de sus alumnos.

¿Qué es lo que ella quería?

Por primera vez, estaba pensando de manera egoísta y lo que ella quería era que Inuyasha dejará todo para que estuvieran juntos nuevamente.

Pero no. Ella no era así y aunque él fuera capaz de dejarlo todo por ella, Kagome no se lo permitiría.

Lo extrañaba, desde que llegó aquí lo único en lo que pensaba era en verlo, abrazarlo y en lo posible besarlo, pero en cuanto se cruzo en el aeropuerto con un local de revista lo vio en la portada de varias de ella anunciando que se casaba en tan solo dos semanas.

¿Con quién? 

Con su secretaria, el sueño frustrado de varias de ellas.

°°°

Se despidió de su madre, su tio la esperaba en su auto fuera de la casa. Había ido a buscar un conjunto de ropa que usaría el día de mañana para el acto de egreso, iría a casa de su tío a pasar la noche ya que quedaba más cerca del instituto.

— ¡Mañana vuelvo mamá! — grito saliendo de la casa con su mochila colgando de su hombro.

— ¡Nos vemos hija!

Ya en el auto en marcha, su celular sonó, era un mensaje. O bueno varios en diferentes horarios ¿Por qué no había escuchado los anteriores?

Sango:

CASTIGOWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu