capítulo treinta y seis

3.5K 309 91
                                    


Aún estás a tiempo.

Sin poder evitarlo, sus palabras resonaron y se repitieron una y otra vez.

— ¿Evan? —cuestiona Sheryl, mirándome de reojo—. Están esperando.

Me le quedo mirando por unos segundos, a la vez que ella señala con su cabeza hacia adelante, haciéndome entender sobre la presencia de toda la manada, que estaba expectante ante mis acciones y palabras.

— Buenas noches, Luna Llena —saludo al fin hacia el público, recordando mi discurso—. Me alegra poder estar aquí con ustedes para celebrar el aniversario de nuestra manada como su Alfa, ¡Por 500 años! —brindo levantando mi copa.

— ¡Por 500 años! —responden a coro, mientras el choque de copas resuena.

— Ya se que este día por si solo es un evento especial, ya que celebramos la unión que nos h mantenido vivos como familia y manada —continuo—. Pero quería hacerlo aún más, al hacer algo que debí haber realizado hace tiempo; pero que no había tenido ocasión.

Mis ojos sin quererlo se topan con el azul claro de mi padre, que me mira divertido alzando su copa.

Ya me imagino lo que me diría,

"Evan, hazlo hijo, atrévete a arruinar tu vida con esa humana. Aún estás a tiempo de rechazarla."

Deslizo mi mirada de su rostro hacia la compañía de mi par, observando a detalle a la castaña a mi lado. Mientras ella al sentir mi mirada me visualiza con esos ojos que traspasan tu cuerpo, tu alma, con ese color tan puro y hermoso.

Y ahí, decidí verdaderamente lo que tenía que hacer.

Carraspeo la garganta, antes de volver a tomar la palabra, pero esta vez olvidando el discurso que tanto había practicado.

— Voy hacer honestos con ustedes, este tema lo había estado posponiendo voluntariamente.

Varios murmullos se escucharon, mientras Sheryl me tiraba una mirada de,

"¿Qué haces pedazo de animal?"

Aunque seguramente con peor vocabulario.

— Al principio no tenía fe en la decisión de la Luna —me sincero—. Creía que se había equivocado o que estaba posando en mí algún tipo de venganza o algún castigo por el odio en mi corazón.

Sacudo algo nervioso la corbata.

» Pero ahora me doy cuenta que estaba plenamente ciego. Y ahora me pregunto cómo no lo había visto antes, cómo pude tan siquiera dudar de la sabiduría de la Luna. Por eso, hoy hago acto de lo que debí hacer hecho hace tanto tiempo. Así que pido una disculpa por mi imprudencia, que sé que causó muchas dudas e interrogantes a toda la manada por mi indecisión, pero prometo no volver a cuestionar a la Luna, ni muchos menos, dudar de mi mate.

Trago saliva, moviéndome de adelante hacia atrás.

— Sheryl —le llamo, extendiendo mi mano hacia ella, la cual duda por unos segundos, antes de mirarme a los ojos y aceptar mi mano.

— ¡Hoy nombro! —exclamo mirando hacia la manada—. ¡En esta Luna llena, ante la mirada de nuestra creadora, a nuestra nueva Media... Sheryl Poe!

La sala se reino primero de un silencio, apagado y expectante, después, se llenó de bullicios y aplausos.

— ¡Por nuestra Media! —habló Noha.

— ¡Por nuestra Media! —se oyó a coro.

🌙🌙🌙

— No estuvo tan mal —eleva las cejas sorprendida, por lo que me rio.

La mate del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora