Una responsabilidad para Marín

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Ese mismo día Marín, al acabar de su trabajo, decidió caminar por el santuario, cuando se encontró con alguien que había visto antes, pero lo que más llamo su atención fue que el traía un niño pequeño, ella le calculaba unos 5-6 años.

— hola Marín

— otra vez tú, ¿Qué pasa?

— el es Seiya, Marín te encargaras de el, apenas tiene 6 años pero es Japonés igual que tú, creo que eres la indicada

— así que, tu quieres que le enseñe a ser un caballero

— así es, lo dejaré aquí, cuídate Seiya y espero que lo logres, yo me tengo que ir de aquí

Aquella persona se marchó rápidamente.

— bien, Seiya, ¿Porque un niño como tú vendría hasta Grecia?

— por la armadura

— ¿La armadura?

— si quiero la armadura para llevarla a Japón

— y ¿para que quieres llevártela a Japón?

— eso no te lo diré

— Agh, entonces pasamos a lo siguiente, rompe aquella roca

— ¿Romper esa roca? Pero es gigante

— un caballero puede hacerlo (Marín la rompe) y puede hacer mucho más, es un entrenamiento duro, vienes aquí y sales con la armadura, o sales como cadáver -

— eh?, B-bueno, prometo hacerlo

— bien, empezemos, has mil abdominales en el piso

— ¿1000? Pero . . . . . Eso es demasiado!!

— tu dijiste que puedes hacerlo, hazlo entonces!!

Seiya no se negó e inicio a hacerlo, se tardó toda el día, hasta la noche, mientras que Marín estuvo ahí contando cada movimiento que hacía.

Al acabar Seiya cayó rendido al suelo, y se quedó dormido.
Marín no tenía la intención de levantarlo del piso, pero sentía algo de lastima, así que lo levanto, lo cargo, camino a una vieja estructura griega dónde había una gran roca y normalmente se sentaba ahí a observar las estrellas, recostó a Seiya en sus piernas.

El estaba agotado, pero Marín sabía que el entrenamiento de un caballero es así de duro, y no podría sentir lastima por el simple hecho de que el fuera un niño.

Ella miro las estrellas, pero alguien la interrumpio por atrás. Era Aioria, quien mostraba una cálida sonrisa.

— hola Marín – le saludó, y enseguida de eso se quedó callado un momento y enfocó su mirada hacia Seiya –  ¿Quién es el pequeño?

Pregunto con curiosidad.

— Es mi nuevo alumno

Le respondió bajando la mirada a Seiya.

— ¡Soy Seiya! - gritó el pequeño abriendo los ojos y sentandose.

— veo que no estabas dormido- le replicó Marín un poco enfadada.

— jejeje, bueno, hola Seiya- le respondió Aioria

— tu tienes una armadura, pero, ¿Porque es tan brillante?

Pregunto observando minusiosamente la armadura de Leo acercándose a Aioria.

— yo soy un caballero dorado, Aioria caballero dorado de Leo, protector de la casa del zodiaco de Leo

Le respondió a Seiya, con un tono heroico y burlón a la vez.
Seiya miro impactado, mientras Marín solo soltó una risita.

— ¡Eso es genial! Marín, Marín, ¿Cuando tendré una armadura?

Pregunto Seiya entusiasmado mirando directamente a su maestra.

— hay que trabajar mucho

Le respondió levantando la cabeza con impotencia

— ¡Me esforzaré mucho! ¡Lo prometo!, pero ahora estoy muy cansado, ¿Puedo dormir?

Marín y Aioria soltaron una risita al mismo tiempo.

— claro

Le contesto Marín asintiendo con la cabeza.
Seiya se recostó sobre la roca, al lado de Marín

— veo que ahora tienes una gran responsabilidad en tus manos, pero se que eres la indicada

Comento Aioria para cortar la tensión del ambiente.

— No lo sé. . . . . .digo, estoy un poco nerviosa, mi entrenamiento fue muy duro, pero quisiera cambiar el método con Seiya, tal vez una forma diferente de pensar para mí

— Se que harás lo correcto Marín

Dijo sonriéndole y con un tono tranquilo.

— siempre me anima tu confianza en todo

— ¿En todo o en ti?

Pregunto Aioria por impulso y sin rodeos

— eh? . . .

Aioria abrió más los ojos y luego los cerró con fuerza.

— L-lo siento, eh no quería decir eso, fue muy tonto en realidad. . .

— En realidad, tienes razón – interrumpio– me gusta que las personas confíen en mí, y en especial tu. Pero en fin, tengo que llevar a este niño a dormir, y yo también debo hacerlo

— Es cierto, los dos merecen un descanso, nos veremos después– Marín asíntio con la cabeza, se levantó de su asiento con Seiya en brazos y encaminó hacia su casa. – Oye, ¡Me gusta que deposites tu confianza en mi Marín!

Le grito antes de que se alejara más con una sonrisa igual de amable. Marín sonrió.

— ¡Gracias por aceptarla!
Le respondió alzando la voz y después de decir esto, Marín se fue.

Aioria se quedó ahí, siempre había observado que Marín venía a este lugar, y se preguntaba el porque, pero al ver la hermosa vista, las estrellas, la luna, el cielo entero se veía hermoso.

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