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! Esta historia contiene temas de drogas, el abuso de ellas, violencia familiar y lenguaje homofóbico.


Explicarle a Raphael aquella cosa rojiza en su cuello no fue fácil y esa noche, el beta se molestó tanto que durmió en una habitación separada (para la alegría de Louis). Harry le dijo a su novio que se había quemado con la secadora (¿era posible?), aunque su novio evidentemente no le creyó, no dijo nada más, pues creía que aquel chupetón era de unos días antes y aunque definitivamente sabía que no lo había hecho él, no quería perder a Harry por algo así.

Era la 1 en la madrugada y el omega estaba revisando las fotos que había tomado ese día en el pequeño recorrido de la ciudad, cuando alguien tocó la puerta.

—Harry—escuchó el susurro.— ¿Estás despierto?—vio a Louis mostrar medio cuerpo por la puerta y luego cerrarla detrás de él cuando confirmó su pregunta

—¿Qué haces aquí?—preguntó sentándose en la cama

—Vístete, te voy a llevar a un lado—le dijo todavía susurrando.

—Louis, es tarde-

—Harry, solo hazlo ¿sí?—pidió un poco irritado— por favor.

El omega suspiró, pero salió de la cama. Tomó un par de cosas de su maleta y se metió al baño, para salir minutos después, completamente vestido. Louis le hizo señas para que se mantuviera en silencio y salieron del cuarto, bajaron las escaleras y atravesaron la puerta principal.

—Ven—le extendió la mano al mismo tiempo que le picaba algo en su celular y el flash les alumbraba el camino hasta una motocicleta.— Ponte esto—le pasó un caso y luego se puso uno también.

—¿A dónde vamos?—preguntó mientras se montaba detrás del alfa y lo envolvía con sus brazos

—Sh.

—¿A dónde vamos?—insistió

—Harry, le quitas la magia.

El sonido del motor fue casi ensordecedor en contraste al silencio que había en el lugar, lo que hizo que Harry se preguntara si tal vez Raphael habrá escuchado aquello. El rizado admiró las casas levemente alumbradas mientras pasaban por ellas y se adentraban más en la ciudad, cuando menos se dio cuenta, Louis se había detenido en frente de un edificio oscuro con grandes puertas de metal.

—Finalmente sei venuto—un omega algo mayor se acercó al chico con un set de llaves.— Se qualcuno lo scopre...—le entregó algo con una mueca.

*Finalmente llegas. Si alguien se entera...*

—Lo so, puoi essere calmo—Louis le palmeó la espalda.

*Lo sé, puedes estar tranquilo.*

—Qué molesto ¿también hablas italiano?—preguntó Harry en voz baja y para sí mismo, aunque el alfa lo escuchó y le dedicó una sonrisa burlona

—La mia lingua è abile—le dijo coqueto, el hombre italiano soltó feromonas avergonzadas ante las palabras del ojiazul.— Sígueme. Grazie Gio—le dijo al otro omega mientras se despedía con la mano y abría el candado con una de las llaves en el set.

*Mi lengua es hábil. / Gracias Gio*

Harry supo inmediatamente en donde estaba cuando el montón de cartas en el túnel acapararon su campo de visión. Louis lo dejó pasar primero y el rizado sintió como si estuviera en una puta película romántica cuando las luces se encendieron e iluminaron el patio de la casa, así como el túnel.

—Me trajiste a la casa de Julieta.

—En el día está llena de turistas, es imposible ver algo con tanta gente—le explicó. Se adentraron al centro del lugar— Siempre odié este lugar porque pensé que cuando viniera acompañado sería con Eleanor—hizo una mueca.— Solía decirme que iba a arrastrarme hasta acá y me iba a hacer jurarle mi eterno amor n una carta.

—¿Eleanor Calder?—preguntó viendo embobado la estructura vieja de la casa, pero atento a la historia

—Íbamos a casarnos—Harry frunció el ceño.— Yo estaba bien con el plan que tenía mi padre para mí. Realmente no estaba... consciente, entonces no me importaba—Louis se detuvo frente a la estatua de Julieta.— Pero te conocí y... me mantuve sobrio el tiempo suficiente para salirme de esa mierda de contrato.

—¿Ahorita, crees que, estarías casado con ella?—preguntó posicionándose a su lado

—Harry, si no te hubiera conocido, ahora estaría muerto por sobredosis—contestó serio.— La única razón por la que me mantuve sobrio durante un tiempo fue porque no podía sentirte y me desesperaba mucho más ese sentimiento de lo que me desesperaba no estar drogado.

Se quedaron callados por un momento, Harry procesando la información que acababa de recibir.

—Eramos tan... jóvenes. Realmente no era nuestro tiempo ¿verdad?—ambos se giraron hacia el otro al mismo tiempo, quedando de frente— No habría funcionado en ese entonces.

—No—Louis le quitó un mechón de cabello de la cara a Harry y se acercó al omega.

—No somos quiénes éramos antes.

(—Se le llama "Hilo rojo del destino"—dijo Des tapándolo con una cobija que Anne había tejido.— Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.
No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.

—¿Crees que yo voy a conocer al amor de mi vida algún día?—preguntó un Harry de 9 años, inocente y ajeno a todo

—No es solo amor, bebé—dijo su madre acariciando sus rizos.— Es tu Destinado... alguien hecho para ti. Es un alfa creado solo para ti.)

—Harry no puedo dejar de amarte—susurró Louis juntando sus frentes.— Y lamento tanto el daño que te hice, en serio lo siento.

—Alfa...—susurró el omega, perdido en las palabras y el recuerdo del maldito hilo— Bésame, Alfa—pidió con voz queda.

Louis tardó un segundo en reaccionar ante la petición de su omega, asintió tembloroso y puso ambas manos en los costados del rostro de Harry, acercándolo al suyo y provocando un choque inicial de dientes. Después fue todo labios mojados, suspiros robados y un sentido de pertenencia que ambos extrañaban. Ninguno experimentó fuegos artificiales, ni mariposas, ni el mundo sacudirse bajo sus pies.

Sintieron calma, paz, suavidad y el no querer apartarse nunca.

Se sentía como en casa.

Se separaron después de lo que parecieron horas, aunque en realidad no pasaron más de unos minutos.

—Louis, devi andare—escuchó la voz del italiano en la entrada de la famosa casa de Julieta.

*Louis, tienes que irte.*

—Dammi un momento—pidió el alfa con la respiración entrecortada.

*Dame un momento.*

—¿Tenemos que irnos?—preguntó separándose Harry, Louis hizo un sonido de afirmación y el rizado asintió comenzando a caminar con el castaño detrás de él

—Espera.

Giró para ver al ojiazul escribir algo en un pedazo de papel, se acercó para leer lo que decía y sintió su corazón saltarse un latido.

"Siempre en mi corazón, Harry Styles. Sinceramente tuyo, Louis"

El alfa metió la pequeña carta entre el millón de papeles que estaban ya en el panel del túnel y le dedicó una sonrisa a Harry.

—¿Nos vamos, bonito?

Fire On Fire [larry stylinson]Where stories live. Discover now