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! Esta historia contiene temas de drogas, el abuso de ellas, violencia familiar y lenguaje homofóbico.


El primer día de clases fue un éxito. Louis se burló de unos betas que se tropezaron en la cafetería y lo hizo notar. Soltó unas carcajadas tan fuertes que contagió a media cafetería.

Liam lo observó avergonzado, Lauren (la otra alfa del grupo) se unió a él y Camila (su omega) se rió con disimulo.

—Eres una mierda, Louis.—Zayn le dirigió una mirada irritada— Solo se tropezaron.— eso desencadenó otras risotadas por parte del castaño.

Cuando el descanso terminó y Louis y su grupo regresaron a sus respectivas clases, todo mundo los observó en silencio al salir. Algunos omegas, embelesados por la leve esencia que el castaño dejaba tras de sí.

Era extraño ser un alfa y tener el aroma de Louis. Tan varonil y ¿delicado? a la vez. Tan imponente y terrorífico, pero al mismo tiempo relajante y suave. Sin duda hacía que los pobres omegas temblaran y cerraran los ojos por inercia.

Y es que, Louis era todo un caso. Su padre, Mark, le había enseñado desde pequeño a controlarse y mostrarse siempre tranquilo, inalcanzable y siempre superior a todos. Aunque en realidad, Louis Tomlinson era un alfa alegre, le gustaba bromear y jugar pesado, las fiestas eran su especialidad y tontear con sus amigos era su trabajo; era un hijo de puta en su máximo esplendor y le divertía demasiado molestar a los demás.

—Tomlinson.—el profesor de Análisis y Diseño (El Calvo) bufó al verlo.

Louis, sonrió con diversión y un brillo en los ojos, se paró en frente del escritorio del beta y tomó una pluma, observando las iniciales de la universidad, con fingido interés, luego la dejó caer en el escritorio.

—David. Cada vez te brilla más la calva.—se paró de puntitas y sacó sus colmillos (algo que Louis había descubierto podía hacer cuando quisiera, cosa que no era muy común en alfas) y los lamió, pretendiendo que veía su reflejo en la cabeza de su profesor

Aquella acción aterrorizó al beta. Había visto colmillos dos veces en su vida, y todas igual de aterradoras. Se sintió impotente al ser intimidado por un estudiante, en especial un niñato como Louis. Con el coraje que pudo reunir, le hizo una seña con la mano de que se fuera a su lugar y el chico, después de sonreír con triunfo, se sentó al fondo con sus amigos.

—¿Cómo hiciste eso?—Liam y Perrie preguntaron al mismo tiempo

—En verano descubrí que podía hacerlo.—se encogió de hombros— A veces, simplemente salen y es molesto porque duran horas.

Danielle, una omega que ama a Louis desde que lo conoció lo observó desde su lugar, que estaba unos asientos abajo del de él. Y no pudo evitar soltar feromonas al ver la dentadura del castaño. Inmediatamente todos se giraron hacia ella, algunos alfas olisqueando el aire y dilatando sus pupilas. Pero Louis ni se inmutó y ni si quiera le prestó atención al olor que se dispersó por toda el aula. Danielle, se avergonzó y dirigió su cabeza a su profesor.

—Tal vez tu alfa te trata de decir que ya quiere marcar a un omega.—Perrie le dijo en un susurro

—No lo creo, mi alfa y yo nos llevamos bastante bien y no ha dado indicios de tal cosa.—escribió algo en su cuaderno, sin dejar de ver la proyección y sin voltear hacia sus dos amigos

Las clases, luego de eso, transcurrieron con rapidez. Entre risas y rápidas anotaciones en cuadernos, Louis se alejó de la universidad. En el estacionamiento, se encontró a su hermana, mordiendo nerviosamente su labio y esperando por él, recargada en su auto. Louis se puso sus lentes de aviador y prendió un cigarro.

—¿Cómo estuvo tu primer día?

Lottie, lo observó, extrañada y preocupada. Algunas personas los observaban con curiosidad, dándose cuenta inmediatamente del olor a molestia y miedo que salía de los alfas.

—Perdón. Estaba en celo y no es excusa, pero quiero que me perdones. Pensé con lo de allá abajo y me dejé llevar.

—No quiero saber.

—Lou, escúchame. Eres mi hermano, mi mejor amigo y- —Louis alzó una mano

—Deja de decir estupideces, Charlotte. No estoy enojado contigo, así que deja de hablar de esto y sube.—le quitó el seguro al auto

—Pero, Lou...

Sube al auto.—Lottie se congeló por un momento, su alfa intentando luchar contra la Voz de su hermano. Pero era tan potente que sin darse cuenta, su mano ya estaba abriendo la puerta y se agachó para entrar al carro.

Espero en silencio por su hermano, un tanto confundida por haber recibido órdenes de otro alfa (uno que no fuera su padre). Finalmente, Louis entró y salió del estacionamiento como un rayo. Encendió la radio y evitó a toda costa ver a su hermana.

—¿Cómo hiciste eso?

—Papá me enseñó. Desde que tengo quince, sé usar mi Voz. No es tan difícil de controlar, pero suele asustar a los demás.

—Yo... no entiendo.

—También puedo sacar mis colmillos.—le mostró— Eso lo descubrí yo solo.

—¿Cómo?

—Cuando te vi cogiendo con mi novia, me enojé tanto que los saqué. En ese momento, lo único que pensaba era en alejarte de esa... de esa maldita. Dios, sentí tanto asco cuando... —suspiró— No estaba enojado contigo, cachorra. Mi alfa y yo te amamos. No podría hacerte daño aunque quisiera y lamento haber usado mi Voz contigo hace rato.

Lottie se sonrojó. "Cachorra". Louis siempre había sido su punto débil y ella misma haría cualquier cosa por ver a su hermano sonreír. Aunque muchas veces, peleaban y se molestaban, nunca se iban a los extremos. La rubia se lamentaba por haber sucumbido a los deseos de su alfa.

—Uhm...—Lottie habló después de un rato— ¿Algo nuevo?

Louis pensó en el aroma a vainilla que se coló por entre los demás olores e hizo una mueca.

—Nada.—contestó, sonando sincero, aunque por dentro, la duda rondaba por su cabeza

Su hermana asintió y le subió el volumen a la música. Llegaron a su casa 10 minutos después, en donde Doris y Ernst los recibieron con un abrazo. Los pequeños omegas marcaron inconscientemente a sus hermanos y les depositaron besos en las mejillas.

—¿Ya no van a pelear, hermanitos?—Ernst hizo un puchero

Louis negó con la cabeza y sonrió.

—No estábamos peleando, simplemente tuvimos una diferencia. Pero no volverá a pasar, ¿verdad cachorra?—se giró un poco hacia su hermana

Lottie asintió.

La rubia recordó cuando Louis tenía quince años y ella doce, estaban en la escuela secundaria y unos alfas más grandes le gruñían porque había tropezado con ellos.

Aún puede ver perfectamente como su hermano los ahuyentó, lanzándoles el libro de Álgebra I. Después se giró hacia ella y le dio un abrazo, luego un beso en la frente.

—No dejes, ni por un momento, que te hagan sentir inferior. Eres mejor que todos estos idiotas aquí.

Su hermano le había sonreído y ayudado a recoger sus cosas.

Ahora, viéndolo agachado, en frente de sus hermanos menores. El corazón de Lottie se hinchaba de orgullo. Louis era un alfa poderoso, capaz de lograr lo que sea que se propusiera, la gente babeaba por él y su hermano sabía usarlo a su antojo; también era amoroso y eso amaba de él. La rubia, en su mente, deseó ser la mitad de alfa de lo que era Louis.

Fire On Fire [larry stylinson]Where stories live. Discover now