Mi Primer y Ultimo Amor |Zarry| (Resubida)

✿ Capitulo 3 ✿

Cada vez que las clases de Harry terminaban él se adentraba en el verde bosque para continuar con sus observaciones. Se sentía como una especie de guardián, su instinto le ordenaba cuidarlo y protegerlo de cualquier amenaza cueste lo que cueste. Y eso hacía cada dia.  Miraba y estudiaba con cautela que todo anduviera bien y para su casi inexplicable desgracia lo estaba. Todo marchaba perfectamente bien.

Eso le gustaba y al mismo tiempo lo decepcionaba. Cada vez que entraba a una nueva área del bosque y observaba los alrededores tenía una pequeñísima esperanza de encontrar algo quemado, alguna ceniza, alguna señal que mostrara que él había estado ahí. Pero no había encontrado nada y de ese primer encuentro ya habían pasado dos semanas. Dos semanas en las que el de ojos verdes se sentaba en el bosque cada tarde a esperar que alguna clase de déjà vu ocurriera y le hiciera posible un accidental encuentro con el de cabello oscuro.

Había algo en él que lo hacía especial, algo en él que hacía que siguiera pensándolo aunque hayan pasado ya varios días desde la unica y ultima vez que lo vio. Quizás era la forma tan amistosa que utilizó para acercarse a él o el simple hecho que haya decidido prestarle atención y ayudarle en vez de ignorarlo como todos los demás.

Harry se sentó en el suelo y retiró la corona que se encontraba sobre su cabeza observándola entre sus manos. Las ramas se veían mucho mejor que hace dos semanas cuando fue destrozada, se notaban más vivas e hidratadas. Las flores por su parte demoraban más tiempo en recuperarse, a pesar de que Harry había hecho todo lo que estaba a su alcance para que ellas crecieran con rapidez nada había funcionado y la corona que antes lucía frondosa y llena de sanas flores solo era un montón de ramas con pequeños y escasos botones que crecían desordenadamente. Suspiró pensando en el tiempo que tomará para que se vuelva a ver normal...¿Dos semanas más? ¿Un mes? No lo sabia. No tenia idea.

De pronto sintió unos pasos acercarse y unas voces conocidas comenzaron a resonar entre la frondosidad del bosque. Su corazón dió un vuelco al reconocerlas y la imagen de Erik y Johan aparecieron entre las hojas de los arbustos. Sus rostros se sorprendieron al ver a Harry allí pues no le estaban buscando, pero segundos después se miraron con ojos cómplices y sonrieron de manera malvada. Ni siquiera tuvieron que hablar para que el menor entendiera lo que tenían en sus mentes, para su mala suerte no era nada bueno para él.

No pensaba perder un segundo más, no quería que estos chicos lo agredieran de nuevo. No otra vez. Se levantó del suelo lo más rápido que pudo y comenzó a correr en dirección contraria, sin dirección u algún plan b, el solo quería librarse de la posible golpiza que ellos le darían. Los mayores se asombraron con la reacción del castaño y escasos segundos después comenzaron a correr persiguiendolo.

Pero Harry era muy pequeño, sus piernas no eran tan largas como las de los otros dos y además no estaba acostumbrado a esta clase de ejercicio tan repentino. Mientras jadeaba y corría por el bosque un descuido le jugó una mala pasada y tropezando con una raíz que sobresalía de la superficie cayó aterrizando con sus rodillas y palmas contra el húmedo y sucio suelo del bosque.

          —Por favor no me hagan daño —suplicó con temor sin levantarse del suelo, no se atrevía, no quería pelear contra ellos. Eso solamente empeoraría todo. Ambos chicos soltaron una carcajada burlesca, como si ver el temor de Harry fuese el mejor chiste del año. Les causaba gracia verlo allí, vulnerable y pidiendo compasión. En silencio y sin decir ni una palabra se acercaron al menor acechándolo mientras el solo se limitaba a morder su labio inferior para contener las ganas de llorar. —Por favor...

De pronto el rostro del pelirrojo junto sus cejas como pensando en una pregunta mental, miró hacia su pie y al ver que estaba siendo consumido por fuego comenzó a dar saltos sin parar, exactamente como si hubiera visto un rata. Su acompañante lo miraba intrigado mientras él saltaba, intentando preguntarse de a dónde demonios había surgido fuego en el medio del bosque.