Mi otra vecina: Alice Margatroid

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Capitulo 12

En el cuál Akuma conoce a Alice. Entendimiento mutuo. ¿Debería quedarme aquí? Una nueva invitación.

Punto de vista de Akuma.

Luego de la partida de la maid, decidí comenzar a entrenar y concentrarme en ser más fuerte, claro, eso es lo de siempre pero en esta ocasión tenía una pinta distinta ¿Por qué? Fácil, si voy a empezar a luchar contra enemigos más fuertes debo estar más que listo, tengo mi visita pendiente al templo Moriya y ver qué clase de oponentes hay ahí, además, aquella jardinera que Sakuya y yo encontramos en la noche decía que su ama me invitaba a su residencia a su vez que ofrecía decirme el paradero de Yukari Yakumo, una oportunidad que no dejaría pasar. 

Me encontraba pues, realizando flexiones para incrementar la masa muscular, realizando más de quinientas, mientras tanto, aquella oni torpe, Suika Ibuki, se mantenía ebria como siempre y tirada en el piso, su expresión era el epitome de la completa flojera. Realicé mis flexiones y posteriormente realicé varias sentadillas a su vez que sujetaba una pesa, lo suficientemente pesada para romperle la espalda a cualquier aficionado. A lo que respecta decir, no hay muchos estudiantes en mi dojo por dos simples razones, la primera es que la mayoría son unos miserables cobardes que temen salir de la aldea de los humanos, y la segunda es que simplemente no soportan el estilo de Akuma. A pesar de esto, tengo una mínima cantidad de alumnos que sobrellevan las prácticas y pruebas que les he puesto, entre estos alumnos está Kosuzu, esa mocosa tiene mis respetos, fue la primera alumna que se inscribió y ha llevado todas las pruebas casi a la perfección.

Mientras realizaba mi monólogo, escuché un golpe estruendoso que parecía provenir de unos escasos metros de mi, en una habitación donde se encontraba guardado mi dinero. El sonido del golpe fue claramente de madera rompiéndose,  además de que logré escuchar un leve gemido femenino de dolor. Claramente era una visita de la bruja de negro y blanco, Marisa Kirisame, quien seguramente iba a "pedirme prestado" algo de dinero para nunca pagarme. Me apresuré con el puño al aire y en posición de combate, crucé la habitación para encontrarme con Marisa, tal y como yo lo había sospechado. Ella, quien aún estaba mareada por semejante golpe, fue recuperando la consciencia y me miró con su típica sonrisa boba.

Marisa: ¡Buenas vecino!

Akuma: Ya hablamos de esto, rata.

Marisa: *Colocando una mano en su frente e inclinandose de manera dramática* ¿Cómo puedes hacer semejantes acusaciones a tu linda y dulce vecina? Yo sólo venía a pedirte una tacita de azúcar y, quizás, un poco de dinero...

Akuma: Si te entiendo, te refieres a que viniste a fastidiar mi mañana y robar dinero ¿No?

Marisa: No pensaba robar... aunque bueno, tengo un poco de experiencia en ese terreno, da ze.

Akuma: Claro, si consideras el fracaso como experiencia.

Marisa: ¡Hey! Eso no fue amable *Se voltea de espaldas, con un rostro de puchero y cruza los brazos* Si no quieres ayudar a tu dulce vecina entonces tendré que ir con nuestra otra vecina.

Akuma: ¿Otra vecina?¿De qué demonios estás hablando?

Marisa: ¿¡Qué!? ¿Me estás diciendo que después de todo este tiempo no sabías que tenemos otra vecina?

Akuma: En resumen, no tenía idea.

Marisa: ¡Eso no se puede quedar así! ¡Ven conmigo!

Siendo pues que no tenía nada más que hacer, y dando por terminada mi rutina de ejercicios por el día de hoy, decidí seguirle el juego a Marisa, ella me fue indicando el camino mientras ella volaba con su escoba, la ruta era casi la misma que la ruta que dirigía a la casa de Marisa, sin embargo había que tomar un camino distinto una vez adentrados dentro del bosque mágico aunque no estaba tan lejos de la casa de Marisa.

¡Yo busco al más fuerte! Touhou x Akuma Lector MasculinoWhere stories live. Discover now