capitulo 5²: Temor

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   Mentiría si digiera que no tenía miedo, todo su interior temblaba por él. La incertidumbre no podía parar de crecer e atormentar sus pensamientos. ¿Cómo no temer? Si sus hijos, sus inocentes hijos, estaban en las garras de aquel ser malvado e avaricioso. No quería imaginarse de lo que él sería capaz de hacer para tener en sus manos el poder que ansiaba.

Le tenía miedo... No podía subestimarlo, Brandon Stark era la clase de  enemigo que desearías nunca haber tenido.

— Respondé: ¿ Porque tu hermano te envío aquí ?- mascullo tratando de mantener una postura paciente pero todos allí sabían que iba a explotar en cualquier momento.

— Ya se lo he dicho: no lo sé - volvió a responder lo mismo ganándose un gruñido por parte de la mujer. Jon yacia sentado en el piso en la misma celda con las manos encadenadas que se unían a las cadenas de sus pies por lo que le fue imposible no evitar el golpe que Grayworm le proporciono a su rostro.

— Maldito traidor ¡Mí reina te pregunto algo y debes responder! - grito enfurecido tomándolo del cuello de su camisa para enderezarlo para que lo vea a los ojos — Y pensar que una vez confiamos en ti... - siseo con desprecio y una mueca de repulsión.

— Tal vez... - murmuro Nwa a un lado de Daenerys quien giro a verla — Lo necesitamos con vida, majestad- pensó, haciendo que Jon la observará expectante, no obstante, los demás presentes la miraron con confusión. — Si como usted dijo él es el legítimo heredero de Westeros y nuestro actual enemigo lo envío aquí sabiendo lo que le ha hecho, seguramente, esperaba que usted se deshaga de él - señaló haciendo que la platinada alce una ceja pensando en aquella posibilidad.

— Es, de hecho, posible - concordó Nix llevando una mano a su mentón — Si hacemos una alianza para destruir al enemigo, recuperar a Viserion e Rhaegal, y asi Aegon se vuelve el rey de los siente reinos nosotros podríamos estar en paz... - opinó haciendo que la elfa le sonría por su análisis.

— ¿Acaso no escucharon? - resopló Estel — ¡Este bastardo asesino a nuestra reina y la traicionó en el proceso! ¿¡Porque deberíamos confiar en él!? - señaló con enojó. Grayworm concordó con ella, mirando como si fuera a asesinar a Jon.

— Es para beneficio mutuo... - volvió a hablar Nix — ¡Nosotros solo queremos a los hijos de nuestro reina! - alzó la voz enfrentando a Estel

— No podemos confiar en él... - gruñó la pelinegra.

— Confiar: no - dio un paso adelante, tomando del hombro a Grayworm para que suelte al contrario, él al caer al suelo vio como la reina se arrodillaba de cuclillas frente suyo. —  Pero no tenemos otra alternativa - bufó, percatandose del repentino brillo de esperanza en los ojos cafés. Se irguió rápidamente, ignorando la mirada del contrario — Nwa, Nix ustedes se encargarán de vigilarlo todo el tiempo; Estel y Grayworm ustedes abstengan su furia.- se giró a verlo nuevamente -  Glaesagon - ordenó para luego marcharse siendo seguida por el inmaculado y la mujer de hebras azabache. Dejando a la elfa y la mujer a cargo del prisionero.

— Mí señora debería pensarlo mejor - opino Grayworm tratando de seguirle el paso a la mujer. Ella suspiró, parando repentinamente y volteando a mirar hacia el hombre.

— ¿Que otra opción tengo? - se podía notar lo desesperada que estaba con tan solo ver su rostro — ¡Son mis hijos y si para recuperarlos he de aliarme con aquel que clavo un puñal en mí corazón entonces lo haré sin dudarlo! - sentenció elevando la voz a tal punto que retumbó por todo el pasillo e hizo que ambos se encoguiera en su lugar cuál niños pequeños tras ser regañados.

Daenerys se dio la vuelta y marchó a zancadas largas y pesadas sintiendo como las paredes del pasillos se hacían cada vez más estrechas cómo sus opciones.

En esos momentos, solo necesitaba a alguien...

Y ese alguien siempre aparecía cuando su corazón y mente estaban angustiados.

Ella camino e atravesó todo el castillo buscando a su amado; preguntando a los siervos y doncellas hasta que lo encontró en el lugar menos indicado: en la sala de entrenamiento, mientras ejercitaba con su arco. Ella se quedó observando: recostandose en una columna y perdiéndose en sus pensamientos.

— ¿ Cuando ibas a decirme? - pregunto, haciéndola despertar del trance en el que estaba, mientras sacaba una flecha del caraj posicionado en un costado de su cintura.

— ¿Decirte que? - indagó sin entender. Él posicionó la flecha en el arco y se enderezó firmemente para disparar con presión haciendo que está se clave en el centro del blanco e atravesando a las anteriores logradas.

— Que el prisionero es ese tal "Jon Snow" - giro a verla, entrecerrado sus ojos como acostumbraba a hacerlo cuando estaba enojado — El hombre que antes amabas - murmuró demostrando todas sus inseguridades en una sola mueca que Daenerys noto inmediatamente.

— Una vez lo ame - admitió causando que Legolas se ponga tensó al igual que su agarre en el arco — Pero... Hace un año: en una noche que recuerdo muy bien conocí a un elfo que me dejó atónita con su belleza. - sonrió caminando lentamente hacia él hasta quedar a una pequeña distancia, sin embargo, él se negaba a mirarla manteniendo con mucho esfuerzo la vista en el piso. — Luego, me salvó de que muera, se ganó mí corazón y confianza, me he negado muchas veces a ese sentimiento pero simplemente caí rendida a tus pies, Legolas. - tomó su mano desocupada y como acostumbraba beso dulcemente sus nudillos — Te amo como no tienes idea, y si no lo crees entonces no dudaré en demostrar cuánto lo hago - implicando algo de fuerza, tiro de su brazo para hacer que se inclinara, y de puntitas de pie lo tomo de la nuca y beso sus labios de una forma tan única; no era un beso fogoso o ardiente, era uno lento con paz y amor, transmitiendo los más puros y genuinos sentimientos que la madre de dragones sentía solo por él y nadie más. Legolas no dudo en corresponder, soltando el arco y tomándola de la cintura para profundizar este.

— Solo pido que confíes más en mí... - pidió el de hebras rubias tras separarse de la mujer. - ¿Porque... Lo liberaste? - indagó suplicante de una respuesta.

— ¿Cómo te enteraste?- se separó aún mirándose fijamente.

— Solo hay que saber escuchar para enterarse de todo. Un susurro nunca pasa desapercibido por el buen oído de un elfo - dijo con total orgullo en su capacidad haciendo sonreír levemente a la contraria.

— Bien... - suspiro pesadamente al notar la persistente mirada del elfo. — Mañana haré una reunión en la cual Jon Snow estará presente. - informo, haciendo que Legolas se muestre aún más confundido — Si para recuperar a Rhaegal y Viserion hay que coexistir con él, entonces haré todo lo posible para que esto termine rápido y sacar a mis hijos del peligro  - habló muy determinada, pero Legolas veía la desconfianza y temor que sus ojos reflejaban por lo que comprendió y para demostrar su apoyó: llevo una mano a su mejilla y la acarició.

— Pase lo que pase, estaremos juntos hasta el final....

— ¿Hasta el final? - murmuró ella mirando con un brillo especial en sus ojos.

— Hasta el final de nuestros días... - asintió con una sonrisa, acercándose nuevamente a ella para depositar un beso en su frente, luego en su nariz haciendo la reír en el proceso y por último, uno con mucha ternura en sus labios.

Podía tener el temor revolviendo sus pensamientos, pero tenía al amor de su vida, acompañándola en todo momento.

La madre de dragones estaba lista para hacer lo que sea por sus hijos y por los que amaba.





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Lo sé, lo sé, parece relleno y lo es xd
Pero les prometo que ya va a venir lo buenardo.

Ndeaaa dijo el coscu ahre

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MOTHER of DRAGONS - LEGOLAS GREENLEAF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now