capítulo 4: Sol y estrellas

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Daenerys se unió a Rohan para ayudar a los soldados; estableció tiendas médicas donde Grayworm llamo a sus soldados médicos para que se encarguen de los heridos; repartió provisiones y la marcha a Gondor se detuvo hasta el amanecer pues Ämbar les había enviado un halcón mensajero para informales que estaban bien y que el comandante de la otra mitad de soldados de Rohan: Eömer se había encontrado con ellos e hicieron una alianza. Daenerys le informo los buenos resultados de la batalla y que tardarían en llegar allá pues habían muchos heridos.

- El camino a las montañas va directo a Harlindon, tu gente puede ir a mis tierras y acogerse en mí palacio hasta que esto termine... Hay muchos niños, mujeres y ancianos que prefiero no sacrificar aquí. - dijo la peliblanca a un lado de Theoden. Este lo medito un minuto y luego giro a verla.

- Pero si usted está aquí ¿Quien está allá? - pregunto con duda. Ella alzó su vista al cielo nocturno y luego giro a verlo directamente a los ojos, sin titubeos.

- El jefe de mayordomos del palacio... Es él quien queda a cargo del palacio cuando yo marchó. Él se encargará de recibir al pueblo de Edoras. - respondió ella para después volver su vista al frente y comenzar a caminar hacia su comandante. - Aproveche antes de que cambie de opinión. - sentenció con un tono severo. El rey Theoden soltó un bufido y reunió a su gente para que sean llevados a las montañas Lindon guiados por un grupo de soldados.

Daenerys observaba a los heridos siendo atendidos silenciosamente por sus soldados médicos. Greyworn estaba parado en medio del lugar ordenando a sus soldados haciéndolos ir de aquí para allá; otros con comida; otros con medicamentos. Sus cuatro sombras la seguían en todo momento, sin despegarse de ella. Drogon se había apoyado en la copa de las montañas del abismo y observaba todo con cautela. Todo lo que Daenerys no lograba ver, él lo veía.

- Greyworn... - llamo ella y este volteó rápidamente y al hacerlo ; hizo una reverencia. - puedes tomar un descanso, San se encargará. - ella observó a este de reojo y el líder de aquellos cuatro dio unos pasos al frente hasta quedar a lado del tez morena. Ambos asintieron con la cabeza y Greyworn le susurró un : te lo encargo que fue respondido por un asentir determinado de parte del contrario.

- Ve a comer un poco, estás flaco - bromeó ella tratando de que su más fiel soldado se relaje. Este sonrió de lado y asintió para ir a una de las tiendas a buscar su comida.

- Nwa, dime ¿Que ves? - pregunto la mujer en un murmuró a la elfa de cabellos castaños que con su aguda vista observaba todo sin tapujos.

- Nada sospecho, majestad. Puede relajarse - respondió inclinándose y Daenerys soltó un suspiro. Alzó su mano al cielo y se escuchó un chillido hacer eco en las montañas. Rohan aún no se podían acostumbrar a ver a un dragón. Y nunca podrán hacerlo.

Drogon bajo apoyándose en las murallas, o lo quedaban de ellas y miro a su madre. Ella camino hacia él hasta quedar a una corta distancia y le dijo: - ve a casa a comer y descansar, cuando salga el sol vuelve a mí lado... No tardes. - le advirtió con una sonrisa cariñosa y él sacudió su cuello meneando sus escamas rojas con tonalidades negras. Drogon se inclinó hacia ella y ambos apoyaron frente con frente, mientras ella acariciaba la piel escamosa que rodeaban sus ojos. Él voló hacia los cielos y se dirigió a Harlindon a gran velocidad.

Daenerys soltó un suspiro y miro hacia el suelo, proto volvió con los demás manteniendo una mueca preocupada.
Cada vez que pasaba a lado de sus soldados estos detenían su marchar para inclinarse a ella y luego seguir con los suyo. Rohan estaba muy cansado para observar la perfecta sincronía de los eunucos.
Daenerys entró a la tienda donde estaban las personas más importante, por así decirlo, de Rohan. El Rey Theoden; su sobrina Eöwyn. El elfo Legolas; El enano Gimli y el descarado hombre: Aragorn. Claro, allí también estaba Greyworn y las tres sombras pues su líder estaba afuera, comandando las tropas suplantando a el agotado Greyworn. Daenerys le sonrió a sus compañeros y se sentó con ellos a comer pues también tenía hambre.

MOTHER of DRAGONS - LEGOLAS GREENLEAF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now