En el alba, el sol saliendo en su máximo esplendor e iluminando todo Lindon con sus rayos de sol, su calidez inundó cada pasillo del gran palacio Targaryen y en la sala del trono yacía la reina en su respectivo trono mirando hacia aquellos cinco delante suyo quienes miraban expectantes a su reina.- He tomado una decisión... - comenzó - Desde este día, decreto que las fronteras de Harlindon sean abiertas a los extranjeros para que así nuestro comercio prospere. Nobles, reyes y plebeyos de toda la tierra media están invitados a este acontecimiento. Pocos conocen Harlindon y pronto estarán todos admirando nuestras preciosas tierras. Mis líderes de distrito, espero que hagan un buen trabajo y me mantengan al tanto. - sentenció y luego sonrió levemente. Todos se emocionaron y sin poder contenerse se abrazaron entre todos para festejar. Daenerys se sintió bien al ver como sonreían llenos de alegría.
- Gracias majestad - agradecieron los cinco haciendo una reverencia de 90°, la platinada alzó un poco su mano en un ademán y extendió está hacia la puerta que se abrió al ver sus señas.
- Muestren su gratitud llenando de bienestar los comercios, vayan. - dijo y ellos asintieron marchandose. Ella vio sus vigorosas siluetas y suspiro satisfecha, giro su cabeza y miro a Ämbar que como siempre estaba a su lado - ¿Te encargas de lo demás? - suplicó arqueando ambas cejas. La elfa le sonrió e asintió.
- Ha hecho un estupendo trabajo manteniendo el bien de la sociedad. Por favor, vaya a descansar que yo me haré cargo de lo demás.- dijo con orgullo de lo sucedido. Dany con ligereza se paró del trono y con agilidad salió de la sala rápidamente. Ämbar negó con diversión al verla prácticamente correr, suspiro y miro hacia el ventanal con
vidrios de colores diferentes que al ser alumbrados por el sol iluminaban la sala con rojo, amarillo y verde.[...]
Dany corría por los pasillos de su palacio hasta que se topo con Legolas a la lejanía. Sus ojos chocaron, ambos corazones dieron un vuelco al verse, y una sonrisa se dibujó en sus labios. Ambos se acercaron a paso lento hasta quedar a un distancia bastante corta.- Buenos días... - saludo Dany en un susurro; con las mejillas levemente ruborizadas. Se sentía una tonta adolescente, pero ¿Y como no? Legolas era aquel que la hacia sentir mil y una cosas en su interior, se volvía torpe e incluso algo tímida más aún luego de por fin besarse y pasar minutos abrazados.
- Buenos días - devolvió el saludo con una contenta sonrisa. No podía evitar sentirse vigoroso, risueño e maravillado y todo gracias a la mujer delante suyo, ella le hacia sentir muchas cosas que iban más allá de la admiración; le gustaba y con aquel beso no pudo negarlo más. Era un sentimiento que crecía más y más ya sin frenos.
Daenerys con solo su silueta podía lograr hacer que el elfo se alegre y él con una sola dulce mirada hacia esfumar todos los problemas de su cabeza.
- He decretado que las fronteras se abran. - contó para tratar disimular su embobada sonrisa.
- ¿ Enserio ? - murmuró sorprendido. - Es genial, habrá mucho movimiento en la ciudadela entonces. - dijo y aquello hizo fruncir el ceño a la mujer.
- Es eso lo que me preocupa. - habló seriamente - ¿Me esperas en mis aposentos? Ire a hablar con Grayworm y San. - no le dio tiempo a responder por qué ya estaba caminando a zancadas agigantadas hacia la esquina del pasillo, perdiéndose de su vista al doblar por este.
Legolas suspiro y sonrió divertido, preguntándose:
¿Cómo podía caminar tan rápido con sus piernas cortitas?
BẠN ĐANG ĐỌC
MOTHER of DRAGONS - LEGOLAS GREENLEAF [EN EDICIÓN]
FanfictionEn la batalla por el anillo único contra Sauron y Sarumar; el Concilio de los Sabios se pusieron de acuerdo para ir a buscar a un apoyo extra para la guerra... Al sur del Golfo de Lune, al oeste de las Colinas de la Torre y del brazo austral de las...