capítulo 2: La última opción

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Había un gran banquete en la mesa del gran comedor, en el comían el personal del castillo como era costumbre allí. Daenerys yacía sentada en la cabecera de la extensa mesa de madera. Ella comía plácidamente viendo a su gente de distintas razas charlar entre sí con mucha energía y rebosantes de amistad. A su lado derecho estaba Ämbar cenando con tranquilidad y elegancia, a su izquierda estaba Greyworn comiendo con su típico rostro inexpresivo. De pronto aparecieron sus dos huéspedes, caminando hacia ella y en el trayecto llevándose las miradas curiosas de los empleados del castillo Targaryen . Daenerys alzó su copa de vino hacia ellos y les sonrió cordialmente. Los que miraban fijamente a los invitados, dejaron de hacerlo para seguir con lo suyo, sin embargo más de uno murmuraba sobre aquellos dos.

- Por favor tomen asiento y disfruten de la cena. - llevo la copa a sus labios y bebió el vino mientras observaba a ambos elfos sentarse en las sillas desocupadas a lado de Ämbar bajo la intensa mirada del comandante de los inmaculados.

Ambos elfos parecían incómodos y Daenerys no dejaba de analizarlos en todo momento. Galadriel y Elrond comían lentamente su comida, aunque estaba deliciosa, no podían comer debido a la presión.
En todos sus años no se habían sentido tan inquietos pues la mirada penetrante de la mujer de cabellos rizados y platinado no les permitía permanecer tranquilos. Sin embargo, habían llegado hasta ahí y no iban a desperdiciarlo. Elrond se erigió en su lugar y se atrevió a mirar a los ojos de la reina, quien alzó una ceja esperando a lo que hablara.

- Disculpe por haber aparecido tan abruptamente... - inclinó un poco la cabeza y tenso su mandíbula en una mueca seria - Pero vinimos aquí con un propósito único y desesperado... Usted sabrá sobre Sauron ¿No? Él junto a su ejército avanzan cada vez más, pronto todo Rohan y Gondor terminarán como Mordor... - dijo Elrond con pesar en sus palabras, sin embargo Daenerys no se inmutó en ningún momento. Entonces él prosiguió - Si no lo detendremos entonces todo quedará en cenizas...

- ¿"Detendremos"? Que insinúa lord de Rivendel... - se metió a la conversación de manera brusca el hombre de tez morena y aura dominante. Daenerys alzó su mano y lo detuvo negando con su cabeza. Entonces con la misma mano hizo un ademán al elfo para que prosiguiera.

- Hemos enviado un grupo de personas formados por diferentes razas hacia Mordor para destruir el anillo único en el bosque del destino donde fue forjado, sin embargo me temo que el tiempo no está en nuestras manos y... Sauron crece cada vez más, haciéndose aún más fuerte cuando Sarumar se unió a él... - masculló y Daenerys observó a la elfa que más confiaba, ella tenía la mirada perdida en su comida. Sabía cuánto le afectaba todo pues Mordor alguna vez fue su hogar y allí casi muere. Dany paso su mano hasta las temblorosas de ella y las apretó transmitiendo su calidez. Esta logro calmarse y le agradeció con la mirada; la peli blanca apartó su mano y las entrelazó debajo de la mesa.

- Entonces... Señora de Harlindon qué opina... - la suave voz de Galadriel se involucró en la charla. Daenerys permaneció en silencio y soltó un suspiro pesado.

- Yo opino que ustedes vinieron aquí cómo su última opción ¿No es así? - sus ojos se clavaron en ambos y estos no pudieron negarse. - Sé exactamente lo que sucede en Mordor pero también sé que Gondor y Rohan no son mis tierras por lo tanto no es de mi incumbencia lo que les pase. - su tono se volvió frío y su mirada aún más distante que antes, tomo la copa de vino y movió un poco el líquido morado dentro de esta para luego beberlo.

- ¡Pero debe de escucharnos mejor! ¡Sangre inocente es derramada cada vez más por la crueldad de Saruman!   - Galadriel exclamó  parándose abruptamente haciendo que el rechinar de la silla al ser arrastrada por el suelo haga eco en toda la sala, la gente miro con ojos filosos a la elfa de armoniosa aura que ahora estaba desesperada. Daenerys elevó su dedo índice y todos los empleados se retiraron incluyendo a Ämbar y Greyworn. La mujer se acomodo en su silla, cruzando sus piernas y apoyándose en el respaldo de esta con los brazos cruzados junto a un aura hostil. Galadriel se calmó y volvió a sentarse correctamente.

MOTHER of DRAGONS - LEGOLAS GREENLEAF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now