⋰ ⌑ Capítulo 6 ⌑ ⋱

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El sonido de pájaros cantando lo despertó, cosa que no le sucedía hacía mucho. Estragos de vivir en el centro de la ciudad, zona muy urbana.

Se sentó sobre la cama, aún sin mover sus piernas de debajo de las sábanas, y observó su alrededor detenidamente. La noche anterior solo lo tiraron allí dentro y le ordenaron que durmiese, y, sin rechistar, lo hizo, por lo que no le dio tiempo de analizar la estancia.

Con una de sus manos acarició la tela que tapaba sus piernas.

— Seda… — Murmuró para si mismo.

En realidad, solo se concentraba en su alrededor para no tener que pensar en donde estaba realmente. En el palacio de la Corte Real, donde vivía el Rey. Allí estaba.

— ¿Jungkook? — Escuchó del otro lado de la puerta, provocando que saltara en su lugar por el susto, pero, al parecer, se encontraba en el borde la cama, y a consecuencia terminó en el suelo — ¡¿Jungkook?! — La persona detrás de la puerta entró, sin esperar una respuesta a cambio. Jungkook posó cuidadosamente su mano derecha en su cadera, el contrario se agachó quedando a su altura, estiró una mano hacia el pelinegro.

— Majestad — Dijo el chico en voz baja, alejándose del castaño y evitando así que lo tocara.

— ¿Me tienes miedo? — Inquirió intrigado alzando una ceja. Su voz un poco más gruesa y profunda.

El pelinegro tragó fuertemente, desviando su mirada del hombre que tenía enfrente. Se arrodilló al igual que él.

— N-no, su majestad. — Habló nervioso.

— Deja de decir tanto 'su majestad' — Le pidió, y el cambio de voz fue tan drástico que Jungkook se asustó un poco. De una voz gruesa como de un hombre de 27 años, a una voz más de niño pequeño reprochando.

— ¿Cómo le digo entonces? Nadie puede pronunciar su nombre. — Ladeó apenas su cabeza.

— Simplemente no repitas esas palabras al final de cada oración. — Se levantó del suelo y le tendió una mano a Jungkook, quien la observó confundido — Deja de pensar que no me puedes tocar y toma mi mano. — Con toda la inseguridad que no había sentido en mucho tiempo, posó su mano temblorosa sobre la palma ajena.

El contrario le ayudó a levantarse, y juntos caminaron hacia la salida de la habitación.

— Su- digo, bueno… — Su cerebro funcionó como un disco rayado por unos segundos, luego volvió a la normalidad — ¿Qué hago aquí? — Inquirió.

— Te lo dije, algún día lo sabrás. — Le respondió observando su alrededor como si hubiese sido la primera vez que caminaba por allí.

Jungkook trataba amable y cordialmente a su rey, pero debía admitir que no le gustaba en los más mínimo ésta situación. Quería ir a su departamento, cocinarse y comer, además de estar con sus amigos haciendo idioteces. ¿Para qué estar en el gran reino junto al rey si ni siquiera sabes que haces allí?

— Llegamos. — Por suerte para el pelinegro, el castaño lo anunció, de lo contrario seguramente habría terminado chocando con la espalda del menor, y, según él, también habría terminado decapitado luego de aquel suceso.

— ¿Llegamos? — Dijo dudoso saliendo de detrás del rey para observar su frente.

— Así es, es hora de desayunar, hoy será un largo día. — Le sonrió, cosa que estremeció a Jungkook por lo bella que era su sonrisa, hasta dudó que fuese real.

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Podría haberlo dejado en la cocina-comedor, podría haberlo dejado por ahí y que caminara por el palacio, los jardines, podría haberlo dejado en su habitación, pero no. Jungkook fue arrastrado hasta el primer estudio.

Exactamente como había estado Yoongi el día anterior, se encontraba el pelinegro, pero, a diferencia de su amigo, este mismo tomaba café. Si, había dormido, pero no lo suficiente como para aguantar todo un día haciendo nada. Irónico.

De vez en cuando desviaba su mirada hacia el rey que tenía a varios metros lejos de él, concentrado.

— Jungkook — El nombrado se sobresaltó — ¿Cuánto es 38.957 dividido 562 menos 3? — El pálido tenía sus ojos como platos por dos razones. Número uno, ¿Cómo rayos una persona pudo pronunciar tan jodidamente rápido todos esos números?, Y número dos, ¿Aquello era una broma?

— Bien… — Tomó su celular de uno de sus bolsillos, una de las pocas cosas que no le habían sacado (Lo que sí, no poseía de ninguna red social, eso sí se lo habían quitado, ni siquiera podía enviar mensajes).

— Ni pienses en usar la calculadora. — Y ahí fue cuando Jungkook se respondió a si mismo.

« Esto DEBE ser una broma ».

— No comprendo, ¿Usted sabe que eso es bastante difícil de hacer en la mente? Tal vez tarde varios- — Fue interrumpido por el rey.

— 66,31850533807 — Podría haber jurado en su totalidad que su mandíbula se había fracturado de tanto que abrió la boca — Pero para hacerlo menos largo, 66,31, aunque mejor…66,32, se acerca. — El de piel canela sonrió con sus labios sellados.

— Y-yo…amh, ¿P-pe… — No podía formular frases o preguntas.

Decir que Jungkook no sabía cómo ese hombre había pronunciado aquellos números tan rápidos sería una total blasfemia.

— Puedes usar la calculadora para comprobar. — Le hizo un ademán invitándolo a que hiciera la acción.

El peligro lo hizo, pidió una vez más el cómo era la cuenta, y si antes ya estaba sorprendido, fue aún peor al ver que cada uno de los dígitos habían sido nombrados por su rey.

— ¿C-cómo…? — Fue lo único que logró soltar. Quería saltar, gritar, hacer un berrinche por que no entendía que estaba sucediendo.


— Jungkook, no pienses que son injurias, es real. — Dijo derrepente al ver la expresión de su acompañante — A todos se nos da muy bien en algo, a algunos mejor que a otros. A mi se me dan muy bien los números. — Luego de sus palabras se paró de su asiento y ordenó sus papeles — Debo retirarme, así que puedes volver a tu alcoba. Taeyon, acompañale, luego ve a mí estudio. — Anunció, por lo que, dicho y hecho, luego se retiró.

El pelinegro solo quería desaparecer y aparecer en su casa, sentado en su sillón con una copa de vino en su mano, para relajarse un poco de todo lo increíblemente absurdo que sucedía allí.

¿Sabes lo que me pasó a los siete años?



















[Revisado]

Atte ; {℘;℘}

⋰ ⌑ Actualmente El Rey ⌑ ⋱ ; Taekook~Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum