Capítulo 4

11.1K 1.3K 745
                                    

No tengo escapatoria

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No tengo escapatoria.

Nendou y Kaido me habían arrastrado a ir por ramen junto a Mera y la alumna nueva, no era culpa de la chica, era culpa de esos dos.

Hubiera podido usar la teletransportación si hubiera salido antes o la hipnosis para hacerlos creer que me fui, pero no puedo hacerlo con esos dos cerca. No tuve más opción que acompañarlos.

Ya sé que mi vida no es normal, pero no esperaba que la chica que salvé de morir se transfiriera a nuestra academia.

Sé que ella puede notar que no me siento cómodo estando con ellos, no si alegrarme o sentirme descortés, como sea, no es culpa suya.

Cuando por fin pude ir a casa, volví a escuchar como sonaba otra canción en la mente de Hirai, una canción romántica.
No me interesa el romance, pero al menos puedo concentrarme y escuchar algo diferente en mi cabeza.


Al llegar a casa le dije a mis padres que hoy ayudaría a Mera, así que subí a mi habitación y me arregle el cabello para que no me molestara.

—¡Vuelvo más tarde! —grité mientras me ponía los zapatos.

—¡Ten cuidado cariño!

—¡Estaré bien! —esta vez grité desde la puerta.
Salí y fui en dirección a casa de Chisato.
«Cuando vuelva haré mis deberes, estoy feliz de ayudar a Chisato... Y de paso me compraré un postre»

Chisato me esperaba en la puerta de su casa.
—¡Koemi! Gracias por ayudarme, en serio te lo agradezco.

—No hay de qué, vamos que se nos hace tarde.
«no quiero que mi "jefe" se moleste el primer día»

Chisato y yo nos apresuramos a llegar al Café Mami. Al llegar el gerente me mostró un uniforme especialmente para mí.

—¿Está seguro? Luego se lo pagaré.
«no esperaba que me diera un uniforme, esto alterará su presupuesto»

—No te preocupes, necesitas estar con la ropa apropiada para trabajar.

—Gracias —hice una pequeña reverencia y tomé el uniforme.

—¡Koemi te ves muy linda! —Chisato me halagaba mientras yo me apenaba.

—Calla —reí —¿Que hago primero?

—¿Puedes lavar algunos platos?

—Claro —me dirigí a hacer lo que me habían dicho, cuando terminé oí que el gerente gritaba el nombre de Mera.

Salí a ver qué pasaba, intenté no reír cuando observé a Chisato queriendo comer una orden.

—¡MERA ESTA ES LA SEXTA VEZ EN LA SEMANA! —el hombre forcejeaba para arrebatarle el pedido a Chisato.
«no debería reírme, le compraré algo más tarde»

—¡Hirai! ¿Podrías atender un rato? Mera me mantendrá ocupado un momento.

—No hay problema —oí que la campana de la puerta sonó, un cliente había llegado, cuando me asomé ví que el chico ya había elegido una mesa así que me acerqué a pedir su orden.

—Bienvenido ¿Que desea ordenar? —me di cuenta que ese chico era el compañero de Chisato.
«¿Cómo se llamaba? ¿Sei? ¿Sai? ¡Saiki!»

Eso es un poco ofensivo.

Saiki ordenó una gelatina de café, una excelente opción a mi parecer, ya que tenía una pequeña adicción al café.

Santo Cielo, sería más fácil usar la hipnosis para que no me reconozcas. Pero estoy un poco cansado gracias a esos chicos.

Le llevé la gelatina a Saiki, juro que pude ver cómo sus ojos se iluminaron al ver la gelatina.

—Disfrútala —escuché un pequeño "gracias" cuando me alejé.

De lejos pude observar como ese chico serio y callado se transformaba en alguien con las mejillas coloradas y evidente alegría por probar una gelatina.
«Supongo que estuvo esperando todo el día para probar algo así»

No tienes idea.

Cuando me di cuenta, Saiki ya no estaba y había dejado el dinero en la mesa.

—Él es tu compañero ¿Verdad? El chico de cabello rosa —Chisato limpiaba una mesa, mientras yo limpiaba otra, estábamos a punto de irnos.

—¿Saiki? Sí, es un cliente habitual.

—Ya veo.

«Deben gustarle mucho las cosas dulces»

Cuando terminamos, nos despedimos del gerente y caminamos de vuelta a casa.

—Muchas gracias por ayudarme Koemi.

—No te preocupes, me gusta ayudarte. —iba a irme cuando recordé algo —¡Cierto! Esto es para ti y tus hermanos.

Le extendió una caja donde había algunas galletas, las compré en el café antes de irnos.

Chisato sonrió.
—¡Eres demasiado dulce Koemi! Te prometo que te pagaré todo lo que haces por mí —al parecer sus hermanos escucharon, salieron a ver qué pasaba y al enterarse me agradecieron.

—Con tu amistad basta, ¡Disfrútenlas! —me despedí para después caminar a casa.

Chisato fue la única niña que me trató bien cuando era pequeña, desde ahí comenzó nuestra amistad, ella siempre me defendió, ahora quiero regresar el favor.

Mientras caminaba empecé a cantar hasta que llegara a casa, esto ya era una costumbre.

También se me está haciendo costumbre escucharte.

También se me está haciendo costumbre escucharte

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝐶𝑎𝑓𝑒í𝑛𝑎〈𝑆𝑎𝑖𝑘𝑖 𝐾𝑢𝑠𝑢𝑜〉Where stories live. Discover now